Como lo informó La Nación el jueves 28 de abril, el Ministerio de Salud investiga el caso de una niña de dos años y ocho meses que presentó hepatitis sin un motivo aparente, lo cual podría ser señal de que se trata de uno de los casos raros de una enfermedad que ya se reporta en 11 países de tres continentes.
“Ante esta situación, la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio generó la alerta para los servicios de salud y se conformó un equipo interinstitucional que está dando seguimiento al comportamiento del evento”, informó el Ministerio este martes en un comunicado.
Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños (HNN), había informado a este diario que la menor estuvo internada durante cinco días y evolucionó muy bien, se recuperó y regresó a su hogar.
“Lo interesante y lo que la convierte en un caso sospechoso es que al revisar todos los estudios que se le hicieron para identificar la causa de la hepatitis, hasta el momento, todos los estudios que tenemos están negativos. Es decir, no corresponde a una hepatitis A, no corresponde a una hepatitis B, ni a una hepatitis C. Esto la convierte en un caso sospechoso”, especificó.
La jerarca explicó que en Costa Rica no hay posibilidades de diagnóstico de hepatitis D y E. Entonces, en este caso particular y con esta alerta internacional, lo que se hizo fue tomar muestras del suero de la niña; una parte la tienen en el HNN y otra, con ayuda del Ministerio de Salud, se envió a un laboratorio en el extranjero para completar el estudio serológico y determinar si se trató de una infección con estos otros dos tipos de virus o si efectivamente se trata de esta hepatitis de origen desconocido que se investiga en varios países.
“Esta es una niña que evolucionó muy favorablemente y no tuvo consecuencias de una falla hepática como la vista en menores de otros países. Ella está muy bien”, reiteró Arguedas, quien confirmó que la menor no tiene factores de riesgo y es una niña saludable.
Salud, por su parte, recomendó a los padres estar vigilantes debido a que no se tiene claridad sobre las posibles causas, así como estar al día con la vacunación.
“A la vez se recomienda a la población en general no descuidar las medidas de higiene como el lavado frecuente de manos con agua y jabón, protocolo de tos y estornudo, una adecuada manipulación de alimentos, evitar tener contacto con personas con síntomas respiratorios o similares a los de la hepatitis y estar atento a los comunicados de las autoridades de salud”, dijo este martes.
Situación mundial
La última información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) data del 23 de abril. En ella se hablaba de 169 casos en 11 países. De 169 enfermos detectados, 17 (el 10%) se complicaron al punto de requerir un trasplante de hígado y al menos uno ha fallecido.
Estos pacientes tienen entre 6 meses y 16 años, pero en su gran mayoría tienen entre 2 y 5 años. Los países que ya han confirmado la presencia de la enfermedad son Reino Unido (114 pacientes), España (13), Israel (12), Estados Unidos (9), Dinamarca (6), Irlanda (5), Países Bajos (4), Italia (4), Noruega (2), Francia (2), Rumanía (1) y Bélgica (1).
Sin embargo, la mañana de este martes, en conferencia de prensa, un vocero de la OMS indicó que había 228 casos en 20 países y otros 50 en investigación. La suma de muertes sube a cuatro, tres de ellos en Indonesia.
“Todavía no está claro si se trata de un aumento de los casos de hepatitis o si más bien el aumento en la alerta haya hecho que se detecten casos que normalmente no se habrían detectado”, aclara el reporte.
La principal preocupación se debe a los casos en donde se produce una falla hepática fulminante, que deja al hígado sin funcionar en cuestión de horas o días y por eso se requiere trasplante. Esto solo se ha visto en el 10% de los casos, pero sigue siendo una cifra preocupante para los especialistas, quienes subrayan que usualmente son muy aislados los casos en los que un niño previamente sano hace una falla de hígado tan agresiva como para requerir trasplante.
“Si un niño previamente sano tiene hepatitis y requiere trasplante es porque evolucionó a una hepatitis fulminante, a un fallo hepático agudo, así se llama. Eso es una indicación absoluta de trasplante. Cuando uno tiene un fallo hepático agudo ese chiquito se coloca de primero en la lista de prioridades. El hígado dejó de trabajar”, explicó Arguedas este martes en entrevista con La Nación.
“Esa es una evolución rápida, la hepatitis fulminante se da en cuestión de horas o días, no es cuestión de semanas. Es una minoría, pero no un número despreciable, por eso debemos estar atentos. Lo bueno es que aquí tenemos toda la capacidad de realizar trasplantes de emergencia en niños”, agregó.
Una de las características de estos pacientes es que tienen un número elevado de transaminasas, unas hormonas del hígado.
Los síntomas de alerta, a los que pueden estar atentos las familias son:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Algunos tienen debilidad y somnolencia
- En algunos casos hay un color más oscuro en la orina.
- Casi ninguno ha presentado fiebre.
Para Arguedas, las familias deben tener clara la importancia de la prevención. Las hepatitis virales, según dijo, se transmiten principalmente por las manos, por eso es trascendental no solo que estén atentas a los síntomas, sino también que se apliquen estas otras medidas:
- Lavado riguroso de manos.
- Lavado de alimentos antes de cocinar.
- Si la causa fuera un virus respiratorio, las medidas contra la covid-19 también funcionan.
Mientras tanto, el hospital se mantiene vigilante para que, de confirmarse algún caso, se le pueda dar la mejor atención.
“Tenemos ya en alerta al personal de Gastroenterología, que son quienes atenderían un caso si se presentara, y al servicio de trasplante, porque es importante que ellos estén conscientes de esta alerta”, declaró la jerarca.
Si se diera un caso, definitivamente debe ser tratado en hospital, y, por las particularidades si se diera en la periferia del país, ser trasladado al HNN.
Una hipótesis de causa
Hay varias hipótesis del origen, la más fuerte (pero no la única, ni la definitiva) es que se trate de un tipo de virus llamado adenovirus, que se ha visto en varios de los menores. Se trata de un subtipo específico llamado adenovirus F41, que, a diferencia de otros subtipos que provocan resfríos y problemas respiratorios, ha sido asociado con problemas gastrointestinales.
“Esta asociación con este virus, pero no podemos hablar de que sea una asociación causal, puede ser meramente coincidente. Hay que verlo con cierta cautela, no hay certeza todavía”, apuntó la especialista.
El reporte de la OMS coincide: “aunque el adenovirus actualmente es una hipótesis de la causa, no necesariamente explica la severidad de las manifestaciones clínicas. La infección con el tipo 41 no se ha vinculado anteriormente a esas presentaciones clínicas. (...) Sí se han tenido casos de hepatitis en niños inmunocomprometidos y con infección de adenovirus, pero el tipo 41 no se ha asociado con hepatitis en niños saludables”.
La ventaja es que si se diera el caso, en Costa Rica hay pruebas que ayudarían a determinar si un eventual paciente con hepatitis tiene o no este adenovirus.
Otras posibilidades incluyen que sea un virus desconocido o que sea consecuencia de otro tipo de patógeno. Tampoco se descarta que sea una complicación poscovid o una secuela de la covid-19.
Los efectos de la vacuna contra la covid-19 fueron descartados como causa, dado que la gran mayoría de los afectados no habían sido vacunados. El grupo mayoritario es menor de 5 años y no hay vacunas disponibles para este grupo de edad.
¿Por qué una hepatitis puede ser tan grave?
La palabra hepatitis significa inflamación del hígado. El hígado es un órgano sumamente importante en el funcionamiento del cuerpo, porque se encarga del manejo del metabolismo de una serie de “elementos tóxicos del cuerpo”, indicó Arguedas.
También se encarga de la síntesis de las proteínas y de algunos elementos que tienen que ver con la coagulación de la sangre. Parte trascendental de la síntesis de proteínas son las inmunoglobulinas, anticuerpos que son decisivos para la función de nuestro sistema inmunitario. Además, es el encargado de todo el procesamiento y producción de la bilis.
“Cuando una persona tiene hepatitis se afecta el hígado en todas su dimensiones. En su producción de proteínas, de factores de coagulación y las inmunoglobulinas. Una falla produce un universo muy amplio de manifestaciones clínicas muy graves”, evidenció la pediatra e inmunóloga.