Se levantan. Desayunan a la carrera. Trabajan más de ocho horas frente a una computadora. Almuerzan en un dos por tres, generalmente comida rápida porque no dio tiempo de preparar en casa. Llegan a su vivienda. El sillón, con un televisor al frente, los espera. Allí comerán y al día siguiente se repetirá el ciclo.
¿Tiempo para algún tipo de ejercicio? ¿Cuál? Entre el trabajo y la casa, no hay tiempo... o no quiere sacarse.
¿Le suena familiar? Este estilo de vida es el que tiene sumido al planeta en una nueva pandemia: el sedentarismo.
Un estudio publicado ayer en la revista The Lancet, con motivo de los Juegos Olímpicos, señaló que la inactividad física es culpable de 5,3 millones de muertes al año en el orbe; cifra que ya iguala las muertes por el fumado. Ya se habla de una nueva pandemia.
“El reto es para todos. Está claro: debemos hacer de la actividad física una prioridad de salud pública en todo el mundo para mejorar la salud y bajar la cantidad de muertes”, afirmó, en un comunicado de prensa, Pedro Hallal, uno de los coordinadores del estudio.
Costa Rica no fue incluida entre los 75 países que abarcó el análisis, pero los datos nacionales no son halagadores. Una e ncuesta de Unimer del año pasado señaló que solo el 40% de los ticos hace ejercicio regularmente.
Asesino silencioso. No es enfermedad, pero la inactividad física mata lenta y silenciosamente. Si no lo consigue, puede dejarle como recuerdo males crónicos.
Numerosos estudios ya han relacionado este hábito con hipertensión, diabetes, cáncer, infartos y otros males del corazón. Si esto se combina con una dieta alta en grasas y baja en frutas y verduras, el resultado será peor.
Para el especialista en Educación Física Juan Carlos Gutiérrez, el ejercicio es vital para muchas funciones del cuerpo humano.
“El cuerpo necesita moverse para hacer funciones bioquímicas que lo mantienen con salud”, dijo.
“El problema es que consumimos más energía de la que gastamos, y, como no se puede destruir, el cuerpo la almacena”, añadió.
Gutiérrez manifestó que el humano está diseñado para almacenar grasa pues en los primeros años de la historia debía cazar su comida, había momentos en los que no había qué cazar y por eso guardaba una reserva de nutrientes. Ahora, la situación es otra.
Este planteamiento también lo tiene el médico español José Campillo, quien define al ser humano como un “ mono obeso ”.
“Somos el único animal que puede meter miles de calorías en su cuerpo sin tener que hacer ejercicio para obtenerlas. Los otros animales cazan su comida, nosotros no; por eso, si comemos mucho y nos nos movemos, el cuerpo reacciona enfermándose”, dijo.
Gutiérrez señaló también que el ejercicio es de las mejores medicinas para el cuerpo humano.
“El ejercicio genera hormonas que protegen el cuerpo de males crónicos. El problema no es tanto estar pasado de peso, sino no moverse del todo. Hay personas muy delgadas que no se ejercitan y eso puede enfermarlas. Por eso todo debe ir de la mano: hacer ejercicio y comer sano”, concluyó.