Seis de cada diez adultos mayores de Santo Domingo de Heredia podría tener algún tipo de disfunción cognitiva.
Esta es una de las conclusiones de un estudio piloto realizado en dicho cantón herediano por la Asociación Costarricense de Alzhéimer y Demencias Asociadas (Ascada) y cuyo objetivo era probar la herramienta de análisis y ver si la investigación puede extenderse a nivel nacional.
El informe tomó en cuenta a 101 personas entre los 65 y los 98 años. Los resultados mostraron que el 60,4% tiene algún tipo de disfunción cognitiva. De ellos, el 5,5% tiene deterioro cognitivo leve y el 5,5% tiene deterioro cognitivo ya moderado. Los resultados se mantuvieron similares independientemente de edad, sexo y nivel de escolaridad.
De acuerdo con la Clínica Mayo, el deterioro cognitivo leve sí es mayor al esperado para la edad de la persona. Esta condición puede implicar problemas con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el juicio que son más significativos que los cambios normales relacionados con el envejecimiento. No obstante, estos cambios no son tan graves como para interferir significativamente en la vida diaria y actividades habituales.
Por su parte, el deterioro cognitivo moderado es considerado por algunos especialistas como una demencia leve, y se caracteriza porque ya comienza a afectar las funciones básicas de la persona.
“Es algo que nos involucra a todos, gobiernos locales, personal de salud, familias, individuos y sociedad civil. Esta investigación es motivada por una organización de sociedad civil”, manifestó el médico Norbel Román, director de Ascada y coordinador del estudio.
Factores de riesgo empujan preocupación
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La investigación también exploró sobre los factores de riesgo que tienen las personas para desarrollar este tipo de disfunciones cognitivas.
“Sí, sí hay un componente genético que nos hace más propensos al deterioro cognitivo, pero eso solo tiene un 2% de peso, el 35% es por factores que son completamente modificables”, aseveró Román.
El documento explica que estudios científicos previos han destacado factores que elevan las posibilidades de desarrollar demencia. Dentro de ellos está la hipertensión arterial, el tabaquismo, la hiperglicemia en ayunas, el índice de masa corporal elevado (tener sobrepeso u obesidad), la desnutrición durante los primeros años de vida, la hipercolesterolemia, el abuso de bebidas alcohólicas y las dietas altas en sodio.
Además, el tener más de 90 años, ser mujer y presentar baja escolaridad aumentan el riesgo.
Los resultados indican que el 33,7% de los sujetos de estudio tiene hipertensión, el 27,7% diabetes, el 19% tenía historia de problemas cardíacos, el 20,8% sufría depresión, el 28% fumó en algún momento de su vida, el 14% toma licor actualmente y el 15,8% tiene antecedentes de alcoholismo.
Además, el 56% es sedentario y no camina 500 metros al día (parámetro para definir inactividad física), el 14% dice sentirse solo y el 15,8% presenta problemas de sueño
“Son muchos los responsables de esto. Sí, por un lado está el individuo quien debe asumir la salud en sus manos, pero hay más factores. Por ejemplo, la persona podrá querer hacer actividad física, pero qué pasa si no hay aceras cerca de su casa o si están en mal estado.
"Tampoco podemos pedir comer sano si hay pobreza y la persona no puede escoger qué comer, o cómo evitar que sientan tristeza o soledad si no tienen espacio para relacionarse con familiares o con gente de su edad. Es un trabajo de todos”, enfatizó Román.
Y agregó: “Todos ellos dicen tener hijos o familiares cerca, pero, por ejemplo, solo el 2% va a centros diurnos, y ya después de los 86 años ninguno de los entrevistados va a este tipo de lugares. Aquí los gobiernos locales y las municipalidades también tienen mucha responsabilidad”.
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El estudio en detalle
Este estudio lleva por nombre 10/66. La denominación se da porque, al inicio de este proyecto, en 1999, solo el 10% de las investigaciones sobre alzhéimer en el mundo se realizaban en países donde vivía el 66% de quienes sufrían este trastorno neurológico.
Costa Rica es el primer país centroamericano en efectuar esta investigación, la cual es parte del Plan Nacional para la Enfermedad de Alzheimer y Demencias Relacionadas 2014-2024.
Según explicó Román, se escogió Santo Domingo de Heredia para el plan piloto por ser un cantón donde hay sitios urbanos y rurales, y en el que la población usualmente se mantiene estable en un mismo lugar de residencia.
Además, según señala el reporte, este cantón “tiene una de las tasas de envejecimiento más altas del país, cercana al 9,65%”.
La investigación busca entender los signos del deterioro mental y las demencias; para tal efecto se utilizan diversos cuestionarios y pruebas clínicas.
Estas herramientas de investigación pretenden determinar no solo las características de las demencias, sino también los factores de riesgo relacionados. Entre estos aspectos están:
Riesgo genético de alzhéimer. Para ello, se indaga en sangre los genes y proteínas asociadas con este trastorno.
Factores de deterioro cognitivo. Se estudia memoria, atención, concentración, habilidad para realizar actividades cotidianas.
Párkinson. El estudio de esta enfermedad neurológica no está contemplado dentro del 10/66. Sin embargo, Costa Rica quiso incluirlo porque también es un mal observado en esta población. Un estudio anterior, hecho, de igual manera, en Santo Domingo de Heredia, mostró que esta afección es tres veces mayor en este cantón herediano que en el promedio mundial.
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Próximos pasos
Con los resultados de este plan piloto, ya Román y su equipo trabajan en las siguientes fases. De acuerdo con el investigador, ya se tienen conversaciones para comenzar en Aserrí, San Carlos, Tibás, Limón centro y Santa Cruz. Asimismo, hay más datos para analizar en lo ya obtenido en el cantón herediano.
De acuerdo con Román, se comienza en lugares considerados estratégicos ya sea por la cantidad de adultos mayores o por las características de la zona en particular.
Aún no hay fecha específica para comenzar con este trabajo de campo ni para posibles resultados preliminares, pero el equipo ya está preparándose para profundizar en el análisis.
“Sabemos que nuestra participación como grupo de la sociedad civil es vital”, concluyó Román.