Los pacientes con lesiones en el cerebro, tras haber recibido golpes en accidentes. tienen una nueva herramienta para rehabilitar su memoria y actividad cerebral.
El Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) presentó ayer un sistema informático que analiza el tipo de daño cerebral y ayuda al paciente en su evolución mediante la computadora.
Se trata de una serie de pruebas que se diseñan según el nivel del daño y de la afectación del paciente. A través de preguntas y pruebas visuales, se mide su capacidad para memorizar, reconocer colores o formas y distinguir diferentes sonidos. Las pruebas también determinan el impacto de la lesión y la capacidad de concentración de la persona.
“Los golpes muy fuertes en la cabeza afectan el cerebro. Estas lesiones pueden alterar la atención, la concentración, la memoria, el aprendizaje, el lenguaje, la conducta y las emociones. Estas personas deben seguir teniendo actividad mental para que las neuronas que no fueron dañadas continúen realizando sus funciones”, dijo Frida Madrigal, coordinadora de la Unidad de Neuropsicología del Cenare.
“Este nuevo programa nos ayuda de dos formas. Por un lado, es un programa de investigación que nos ayuda a detectar dónde están los daños cerebrales y cómo puede ayudar este sistema. Por otro, puede ayudar a que la persona se recupere. Sabemos que las neuronas dañadas no pueden recuperarse, pero sí podemos estimular al cerebro para que las neuronas que no están dañadas hagan el trabajo de las que se perdieron”, agregó.
El proyecto. El programa comenzó a funcionar la semana pasada con 30 pacientes de la Unidad de Trauma Cerebral del Cenare. Todos ellos sufrieron trauma cráneoencefálico después de un accidente.
A cada uno de ellos se les diseñó una serie de pruebas especiales, con base en el tipo y magnitud de la lesión del cerebro. A través de imágenes, se mide la capacidad de la persona para reconocer formas y colores, comprender ideas completas, el nivel de memoria y la rapidez para contestar.
Los pacientes reciben dos sesiones de una hora por semana, y, conforme van avanzando, se cambian las prácticas que se realizan.
Ayer por la mañana, cinco personas con traumas en el cráneo, muchas de ellas con dificultades para hablar y moverse, se pusieron frente a una computadora para comenzar las pruebas. Figuras geométricas coloridas y diferentes sonidos fueron parte de su sesión. Todos ellos expresaron estar satisfechos con su nueva terapia.
“Queremos darle calidad de vida al paciente y ver la forma en la que, agilizando la mente, podamos reducir el impacto del daño”, comentó Madrigal.
“De momento, trabajamos con personas con traumas craneoencefálicos, pero el año entrante vamos a trabajar con personas con otro tipo de daño cerebral o parálisis. En diciembre, veremos los primeros resultados de esta investigación para ver cómo evolucionaron los pacientes y en qué otras lesiones puede utilizarse el programa”, comentó Federico Montero, subdirector del Cenare.