Los adolescentes se encuentran con cantidad y variedad de bebidas azucaradas dentro de sus colegios, lo cual incumple los protocolos del Ministerio de Educación Pública (MEP) y del Ministerio de Salud. En estos lugares es normal hallar jugos y gaseosas con altos niveles de azúcar.
Así, mientras los comedores administrados por los centros educativos cumplen con la normativa y los estudiantes acompañan sus comidas con agua, las sodas operan con mayor libertad.
Estas son las conclusiones de un estudio del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa). Los resultados fueron publicados en la revista Nutrients.
“Hay un incumplimiento muy, muy grande del reglamento”, resumió Rafael Monge Rojas, coordinador de la investigación.
En 2012 entró a regir el Reglamento para el Funcionamiento y Administración del Servicio de Soda en los Centros Educativos Públicos. Según este, los refrescos preparados en el lugar no deben tener más de dos cucharaditas (10 gramos) de azúcar por 250 mililitros (ml).
Además, están prohibidas las bebidas preenvasadas cuyo ingrediente principal sea azúcar, así como bebidas carbonatadas de todo tipo, incluso las light. Tampoco se permiten refrescos con pulpas azucaradas y concentrados artificiales, que contengan más de 15 gramos de azúcar (tres cucharaditas) por 250 ml.
Salud comenzó a supervisar este reglamento en 2015.
¿Qué encontró el estudio de las bebidas azucaradas?
En 2022 se hicieron tres olas de entrevistas con directores y profesores de colegio, miembros de juntas de educación, y concesionarios de sodas. Se escogieron tres secundarias públicas y tres privadas en la provincia de San José.
Tres de estas sodas ofrecían gaseosas tradicionales y cuatro vendían gaseosas light. Ninguno de estos productos está permitido. Por ejemplo, una gaseosa regular puede contener 17,5 gramos de azúcar por 250 mililitros (3,5 cucharaditas) o más.
Todos los establecimientos ofrecían jugos preempacados y pulpas de frutas azucaradas; la mayoría sobrepasaban los límites establecidos. Además, cinco sodas vendía “frescos” hechos ahí mismo, todos con alta cantidad de azúcar.
“Evidenciamos que el director sabe que existe un reglamento, y hasta ahí llegó. No le da seguimiento. El comité de nutrición vigila que el comedor sirva agua, pero no se mete en las sodas”, manifestó Monge.
¿Qué dice el MEP sobre los productos en las sodas estudiantiles?
Johan Mena Cubero, director de Programas de Equidad del MEP, indicó a La Nación que el Ministerio, como ente rector en educación, carece de competencia para la atención de la salud pública.
Sin embargo, sí mencionó las sanciones a las que se exponen quienes incumplen con el reglamento. Dentro de ellas figuran los llamados de atención para el concesionario, pedirles que realicen cambios en su oferta e incluso podrían perder la concesión.
En el caso de las juntas de educación o juntas administrativas que incumplan, pueden ser reportadas al Concejo Municipal para que reciban su sanción.
Finalmente, el Ministerio de Salud puede decomisar productos y emitir órdenes sanitarias.