El número de infecciones por el nuevo coronavirus en China superó al de la epidemia de SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en el país en 2002-2003, según cifras oficiales publicadas este miércoles.
Las autoridades sanitarias chinas dieron cuenta este miércoles de 5.974 casos confirmados de contagio en China continental, o sea más de 1.400 más que la víspera, y 132 muertos. El virus del SRAS había infectado a 5.327 personas en el país.
El virus del SRAS, también un coronavirus, había infectado a 5.327 personas en China continental y provocado 349 muertos en el país.
A nivel mundial, según la OMS, la epidemia de SRAS causó 774 muertos, de los 8.096 casos registrados en 2002-2003, antes de ser controlada.
Al igual que el SRAS, el nuevo virus aparecido en Wuhan (centro) en diciembre se transmite entre las personas y provoca problemas respiratorios graves.
Este virus, bautizado 2019-nCoV, y el del SARS pertenecen a la misma familia de coronavirus, y tienen un 80% de similitudes genéticas. Pero el 2019-nCoV es menos "fuerte" y más contagioso.
"Por lo que vemos ahora, esta enfermedad no es (...) tan fuerte como el SRAS", declaró el domingo Gao Fu, jefe del Centro de control y prevención de enfermedades chino.
Por el contrario el nuevo virus tiene un período de incubación de hasta dos semanas y "el contagio es posible durante el período de incubación", incluso antes de que aparezcan los síntomas, "lo que también es muy diferente del SRAS", señaló Ma Xiaowei, jefe de la Comisión Nacional de Salud (CNS).
"Tenemos la impresión (...) de que hoy la propagación de este virus es más rápida que la del SRAS, pero que en cambio la mortalidad es considerablemente inferior", afirmó la ministra de Salud francesa, Agnes Buzyn.
Según la OMS, el SRAS había alcanzado una tasa de mortalidad del 9,5% (en comparación con el 34,5% para la única otra epidemia causada por un coronavirus, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio o MERS, que apareció en 2012 en la Península Arábiga).
La mortalidad del nuevo coronavirus se sitúa muy por debajo, aunque, según los expertos, los datos son solo indicativos, porque se desconoce el número real de personas infectadas, debido a que los pacientes con pocos síntomas, o ninguno, no han sido detectados.
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Australia hace copia del nuevo coronavirus
Unos científicos han conseguido realizar una copia en Australia del coronavirus que apareció en diciembre en China, en lo que describen como un paso en la lucha contra la epidemia de neumonía viral en curso.
El Instituto Doherty de Melbourne anunció este miércoles que había podido crear un nuevo coronavirus a partir de la muestra obtenida de un paciente infectado, por primera vez fuera de China.
"Obtener el virus real significa que ahora tenemos la capacidad de validar y verificar todas nuestras pruebas, y de comparar las reacciones y sensibilidades", declaró uno de los directivos del laboratorio, Julian Druce.
"Es fundamental para el diagnóstico", agregó.
China logró rápidamente secuenciar el genoma de este nuevo coronavirus y publicar los resultados, permitiendo a los científicos de todo el mundo desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico.
Sin embargo, China no ha compartido el virus con laboratorios de todo el mundo, lo que ahora hará el instituto australiano, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta organización indicó que Pekín había autorizado a expertos internacionales a venir a China para colaborar con sus homólogos chinos.
Según el subdirector del Instituto Doherty, Mike Catton, esta réplica del nuevo virus chino permitirá a los científicos crear anticuerpos de prueba, con lo que será posible detectar el virus en pacientes incluso antes de que desarrollen los síntomas de la enfermedad.
Gobiernos, universidades y compañías farmacéuticas se han lanzado en una carrera contrarreloj para desarrollar una vacuna contra este nuevo coronavirus, un proceso que puede llevar meses.
El virus chino, que apareció en diciembre en un mercado en Wuhan, en el centro de China, ya ha infectado a casi 6.000 personas y ha matado a otras 132.
Repatriación
Casi la totalidad de la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, está aislada del mundo para intentar frenar la epidemia. Unos 56 millones de habitantes viven confinados.
Una cuarentena que sorprendió a miles de extranjeros en la región.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera "alta" la amenaza a nivel internacional, anunció el envío "cuanto antes" a China de expertos internacionales para proporcionar una "respuesta global".
Muchos extranjeros que viven en Wuhan, que no tenían garantías de que se irían, estaban angustiados: "Es extremadamente estresante. El principal temor es que esto dure meses", confió a la AFP Joseph Pacey, un profesor británico de 31 años.
Batería de medidas
La propagación del virus aumenta la ansiedad y la batería de medidas de contención. Muchos países reforzaron la precaución en sus fronteras. Mongolia cerró la carretera con China.
Hong Kong ha anunciado que reducirá a la mitad los vuelos desde China continental y cerrará seis de los 14 pasos fronterizos. Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido desaconsejan viajar a China.
El pánico se apoderaba de las grandes metrópolis chinas, donde los habitantes permanecían encerrados en sus casas. Los centros comerciales, cines y restaurantes están desiertos.
"Muchos están muy preocupados. No hay mucha gente en estas calles", declaró a la AFP en Shangái, David, habitante de Wuhan bloqueado lejos de casa.
Las autoridades chinas prolongaron tres días, hasta el 2 de febrero, las vacaciones del Año Nuevo chino celebrado el 25 de enero, para retrasar los retornos masivos a las ciudades de cientos de millones de trabajadores migrantes y reducir el riesgo de propagación de la epidemia.
Desde el viernes se han cancelado en toda China al menos 2.000 trenes interprovinciales. Las rutas ferroviarias estarán suspendidas hasta al menos el 8 de febrero. Y las autoridades recomiendan posponer los planes de viajes al extranjero.