Escoger cuál carrera estudiar es todo un reto para muchos jóvenes que están a un paso de ir a la universidad.
Para no desfallecer en el intento, la máster en Psicología del Trabajo y las Organizaciones y coach ejecutiva, Gabriela Blanco, aconseja tomar en cuenta doce factores; entre ellos, el estilo de vida que se desea tener –-laboral o personal–, la dominancia cerebral, las habilidades y características personales, y los intereses y los recursos económicos.
Otros aspectos son: el tiempo que dedicaré a la carrera, el mercado laboral, el conocimiento de la profesión, el centro de estudio, la influencia de los familiares y amigos y el aporte a la sociedad.
La elección de carrera, ¿puede generar miedo o incertidumbre?
Sí, claro, es normal. Muchos jóvenes están acostumbrados a que decidan por ellos y esta es una decisión que influye en el resto de su vida. Un proceso de reflexión, exploración e investigación puede atenuar esas emociones que paralizan y hacen de esto una experiencia enriquecedora.
”La tarea de decidir no debemos verla como difícil, sino como una decisión que no debe tomarse a la ligera. Se dedica tiempo para tomar decisiones de aspectos menos importantes como la ropa que nos vamos a poner o el lugar a donde ir el fin de semana, pero no se dedica lo necesario para una decisión que puede afectar muchas áreas de la vida”.
¿Qué vale más, la demanda laboral o la vocación?
Cada factor tiene su peso en cada caso particular. Si tomo una decisión basándome únicamente en la demanda laboral, podría terminar en una profesión donde gane bien, pero que no me realiza. Se paga una factura emocional y física a largo plazo. Si tomo una decisión basándome solo en la vocación, podría toparme con la realidad de no encontrar trabajo.
¿Cómo influyen las actividades que nos gustan, talentos y habilidades a la hora de elegir una profesión?
Las actividades que nos gustan nos permiten exponernos y explorar lo que disfruto hacer y en lo que puedo destacar. Este es un factor y debemos observarlo en relación con los otros que se han mencionado.
¿Puede un joven decidir su carrera teniendo como referencia las materias que más le gusta o en las que tiene mejores notas?
Es información valiosa, pero no debería etiquetar. No significa que ‘si no me va bien en matemática’ tenga que desechar todas las carreras relacionadas, pues podría ser resultado de una deficiencia en la técnica de estudio, una mala experiencia con un docente o circunstancias emocionales temporales.
¿Por qué hay casos en los que las personas inician una carrera, se cambian a otra y luego a otra, perdiendo tiempo y dinero?
La experiencia indica dos errores más comunes: uno, escoger a la ligera. También dejarse presionar por demandas externas, complacer a padres, estudiar carreras ‘socialmente prestigiosas’... En general, seguir los ideales de otros en lugar de los suyos.
¿El joven debe buscar primero la universidad o la carrera?
Con una valoración de los factores anteriores, el joven busca una carrera que conecte con su proyecto personal y sus sueños. Luego, siguiendo el proceso, planea cómo va a cumplir ese sueño que incluye elegir la universidad.
¿Tienen algo que ver los sueños que tenemos desde niños? Hay quienes, incluso, asumen personajes como astronautas, modelos, cantantes, bomberos...
De niños, nos acercamos de una manera fantasiosa a esas carreras a través de películas, historias y aventuras. La tarea está en reflexionar cuál era nuestra idea en ese momento y qué de esa ilusión permanece.
¿Qué pasa si la carrera que me gusta está teniendo dificultades en la inserción laboral o en el desarrollo económico?
Es necesario establecer un proyecto paralelo a mi plan de estudios. Este proyecto podría desarrollar competencias técnicas para facilitar encontrar empleo, como certificaciones o idiomas, por ejemplo). Otra opción es desarrollar destrezas de emprendedurismo (habilidades empresariales).
Hay padres que les dicen a sus hijos que estudien ciertas carreras por tradición. ¿Debe influir la familia en la decisión que se tome?
Así como la familia tiene influencia en otros aspectos de la vida de los jóvenes, lo tendrá –directa o indirectamente– en la elección de carrera.
¿Cómo pueden ayudar los padres sin presionar?
Los padres pueden aprender a acompañar asertivamente a sus hijos en el proceso de elección de carrera. Apoyo es acercarse a su hijo(a) y escuchar sus inquietudes, sin juzgar.
”También significa incentivar a que se conozca más a sí mismo y acompañar en la búsqueda de información clave. Debe generar espacios y oportunidades para que el joven explore y conozca. Los padres deben evitar frases como las siguientes: ‘Que mi hijo haga lo que yo no pude’, ‘esa no es una carrera para una mujer o un hombre’, ‘estudie una carrera que le deje plata, no como yo’”.