Prometen mejorar la salud o hacer que se pierda peso de forma natural, dar energía o acelerar el metabolismo, pero también envían al hospital a miles de personas cada año.
No son “gotitas” o “cápsulas” inofensivas, ya que los suplementos, tan populares hoy, pueden acarrear problemas, advirtió un reporte publicado en el New England Journal of Medicine. Solo en Estados Unidos el número de pacientes que llega a urgencias por culpa de estos “ayudantes” se acerca a 23.000 casos anuales.
Los de más riesgo son los usados para perder peso y aumentar la energía, pues pueden alterar gravemente el organismo. Estos productos causaron el 72% de los malestares tratados, desde dolores de pecho hasta arritmias.
Por su parte, los utilizados para fisicoculturismo y para mejorar el rendimiento sexual generaron síntomas cardíacos.
Y es que, lo que se vende como inocuo y se consigue en cualquier macrobiótica o supermercado, puede ser incluso letal si no se tiene la recomendación y vigilancia de un especialista.
Antes de consumir suplementos, es mejor consultarle a un médico, ya que algunos pueden interferir con medicación que se esté ingiriendo. Además, muchas vitaminas, en dosis elevadas, son dañinas.
“Por más que parezcan muy naturales y se les haga ver como inofensivos, para todo hay una dosis. Un suplemento de vitaminas, que es útil si se usa bien, puede poner en riesgo la salud de alguien que tome más de lo necesario”, explicó Esteban Vega, coordinador de Servicios Farmacéuticos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Mercado floreciente. La investigación estadounidense asegura que el mercado de suplementos alimenticios se multiplicó exponencialmente en la última década. Así, mientras en 1993, la oferta era de unos 4.000 tipos, ya para el 2012 en ese país se ofrecían más de 55.000 productos.
En Costa Rica, la Oficina de Registros y Controles del Ministerio de Salud incluye los suplementos en la misma categoría de los alimentos, por lo que no es posible obtener una cifra exacta. No obstante, un estudio de la firma Euromonitor afirma que hay unas 900 opciones en el mercado nacional.
Entre los ticos, la ingesta de “gotas” y “cápsulas” es popular. El estudio de Euromonitor sugiere que las ventas de suplementos subieron un 8% entre 2012 y 2013.
Lo malo, advierten los expertos, es que los suplementos no requieren para su venta la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Tampoco son sometidos a exámenes que sí se aplican a los fármacos que prescriben los médicos.
Luego, si algo sucede, se reacciona, pero puede ser que “el daño ya esté hecho” y, en algunos casos, podría ser irreversible.
“Si se encuentra que un producto es inseguro, la FDA puede ordenar que salga del mercado”, señaló el estudio.
La nutricionista costarricense Emilce Ulate recalcó, en una entrevista anterior, que una persona sana obtiene los nutrientes necesarios de la comida y no requiere suplementos, a no ser que se lo indique un especialista.
Metodología. Para llegar a estas conclusiones, expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos analizaron los registros de salas de emergencia de 63 hospitales entre el 2004 y el 2013.
Tras estudiar 3.667 casos detectados por el consumo de estos productos, estimaron que se dan unas 23.000 visitas anuales a las salas de emergencias por problemas de salud relacionados con el consumo de suplementos. De esos pacientes, 2.154 debieron ser hospitalizados para su atención.
Los efectos también deben ponderarse. Steve Mister, presidente del grupo Consejo para una Nutrición Responsable, dijo: “Parecen grandes cifras, pero no lo son. Los riesgos son muy, muy pequeños si se toman en cuenta los millones de personas que usan estos productos”, concluyó.