La tasa de contagio de covid-19 en Costa Rica se mantiene oscilando en niveles muy similares a los de hace una semana, según la cual cada persona con el virus infectaría a 1,1 personas más, o, en otras palabras 10 personas portadoras podrían contagiar a otras 11.
Estas son las estimaciones publicadas por el Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (CCP-UCR) la noche de este miércoles en su sitio web.
La tasa de contagio, también llamada tasa R, indica a cuántas personas podría contagiar, en promedio, cada enfermo.
Si es igual a 1, cada persona enfermará, en promedio, a otra más, y esto mantendrá la infección constante. Si está en 2, en promedio, cada persona enfermará a dos más y la velocidad de transmisión se duplicará.
Lo ideal, por eso, es que esta sea inferior a 1, que es señal de que el ritmo de casos nuevos va bajando.
El análisis para este 20 de agosto toma el corte de los datos al 19 de agosto, y estaría basado en los contagios que se dieron aproximadamente el 13 de agosto, dado que el periodo de incubación del virus (tiempo que transcurre entre la infección y los primeros síntomas) en promedio está en 6 días.
Este número es muy similar al visto la semana pasada, cuando también se establecía un promedio cercano a 1,1.
De acuerdo con los especialistas del CCP-UCR, Costa Rica estuvo en un momento crítico a finales de junio, cuando estuvo en más de 1,7.
Posteriormente, la recomendación del uso de las mascarillas la impulsó a la baja y alcanzó un valor de 1 a finales de julio.
“Coincidió (la baja en la tasa) con la orden sanitaria de usar mascarillas en lugares públicos a partir del 27 de junio y con las restricciones de movilidad y agrupamiento que se endurecieron especialmente del 11 al 19 de julio, en lo que se denomina la política del ‘martillo'.
“Aunque no es posible establecer de manera inequívoca una relación de causa-efecto, la coincidencia es muy sugestiva de que estas intervenciones tuvieron un impacto”, cita el documento.
Para los especialistas, la segunda fase de la política de “martillo” (que va del 10 y el 21 de agosto) también podría impactar la tasa R a la baja.
“Los datos más recientes insinúan una posible baja como respuesta a la segunda ola de restricciones establecida a partir del 10 de agosto. En los próximos días se verá si este deseado impacto se hace más evidente”, destaca el reporte del CCP-UCR.
El análisis compara Costa Rica con otros países de América Latina, España, Portugal y el estado de Florida en Estados Unidos, este último fue considerado debido a sus similares características culturales con la región latinoamericana.
En este momento, nuestro país, con 1,12, tiene la cuarta tasa más alta, después de Paraguay (1,58), España (1,28) y Perú (1,18). Florida tiene la tasa más baja con 0,71, seguido de El Salvador con 0,81 y República Dominicana con 0,88.
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Posibles escenarios
Los investigadores del CCP indican que R es un factor muy volátil y puede experimentar grandes cambios en cuestión de pocos días.
Por esta razón, trabajan con posibles escenarios de qué sucedería si se mantiene la tendencia actual y qué pasaría en un contexto más optimista si la tasa baja, o más pesimista si la tasa sube.
Si la tasa se mantiene, el ritmo será constante y no crecerá el número de casos diarios, o lo hará muy lentamente, pero esto no quiere decir que no haya presión para el sistema de salud, el cual recibe embates desde mediados de junio.
“Si el país se estanca en la tasa 1,1, dentro de un mes estaremos con reportes de alrededor de 1.400 casos diarios.
“Este número es casi el doble que el promedio actual y podría desbordar la capacidad de atención hospitalaria de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) (...)
“Con estos números tampoco sería posible que el país recupere la trazabilidad de los casos con rastreo-testeo adecuados”, indica el análisis.
En el escenario 2, o el optimista, la tasa R retorna a la tendencia descendente que tuvo en julio y alcanza en cuatro semanas el valor de 0,8.
Entonces, el panorama en el mes venidero sería de un descenso moderado en el número de casos nuevos que llegaría a 580 diarios el 19 de setiembre.
Sin embargo, aun en este escenario debe tenerse cautela.
“Esta cifra sigue siendo problemática, tanto por la presión sobre los servicios hospitalarios como por continuar por encima de las capacidades del país para un óptimo rastreo y testeo de contactos para contener el brote”, reconoce el informe.
Y añade: “creemos que una situación confortable de óptima trazabilidad de los casos y contención del brote solo se logrará si el número de nuevos casos diarios se mantiene por debajo de 100 (como antes del 20 de junio)”.
El escenario 3, o pesimista, sí demanda aún más esfuerzos por parte de quienes toman decisiones, pero también de toda la población.
Si la tasa sube a 1,5 se daría un crecimiento exponencial y para el 19 de setiembre se tendrían 3.000 casos por día.
De acuerdo con el CCP-UCR, esto podría darse si la gente deja de usar mascarillas (o las usa mal) o si las medidas de apertura se flexibilizan.
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Estrategias para bajar la transmisión
Los investigadores señalan que hay tres posibilidades para bajar esta tasa de transmisión: el distanciamiento físico, las mascarillas y la capacidad de hacer pruebas y rastrear contactos.
Esta parte del estudio es realizada con base en el informe de movilidad que Google actualiza constantemente, según la información de desplazamiento que se muestra en los GPS y bases celulares.
Los investigadores eliminan de la base las salidas consideradas como esenciales: supermercados, centros de salud o farmacias y el transporte hacia el hogar. Con base en ello se ve cómo está la movilidad.
Esta ha aumentado desde que se dieron las semanas de fases de apertura.
“Se observa que el aumento en la movilidad de los costarricenses que se venía observando desde mediados de julio, ha cesado luego del 4 de agosto.
“El dato más reciente muestra que al 14 de agosto Costa Rica se encontraba en un nivel de interacción social de 54% del que tenía en febrero antes de la pandemia, comparado con el 43% que alcanzó a mediados de julio luego del primer ‘martillazo'.
“Resta ver en los próximos días el impacto si el segundo “martillazo”, iniciado el 10 de agosto, logra una reducción sustancial en este índice de movilidad”, cita el documento.
De acuerdo con estos datos, Costa Rica tiene una movilidad que se ubica en un punto medio entre países con mucha movilidad como Portugal o muy poca como Panamá.
En cuanto a las mascarillas, esto es más difícil de medir, porque no hay datos de cómo se está cumpliendo esta medida sanitaria en los lugares públicos de concentración masiva.
“Evidencia anecdótica apunta a que la mayoría de la población ha acatado esta disposición. El problema mayor parece ser el no uso de mascarillas por la creencia equivocada de que las caretas plásticas son equivalentes.
“Dado que está demostrada la transmisión de covid-19 por aerosoles, es decir gotitas minúsculas que flotan en el aire, dispositivos como las caretas que no se ajustan a la cara dejan salir esos aerosoles y no cumplen el propósito de ser una barrera para el contagio”, afirma el reporte.
Finalmente, la capacidad de rastreo de contactos y de hacer exámenes diagnósticos sigue siendo (como lo es desde mayo) la piedra en el zapato para nuestro país.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que por cada persona con un resultado positivo haya 10 negativos; de lo contrario, es mejor hacer más pruebas.
“Desde mediados de mayo se manifestó una preocupante tendencia de disminución de este indicador que ha caído desde alrededor de 40 a tan solo 2 descartes por cada positivo desde mediados de julio.
“El aumento en la cantidad de casos positivos desbordó las capacidades del sistema para efectuar exhaustivamente esta actividad”, concluye el análisis.