La tasa de contagio de covid-19 en Costa Rica registra los niveles más bajos desde la semana del 20 de octubre.
Así lo señala el análisis Una pandemia en perspectiva, de la Universidad Hispanoamericana, en el que se ven distintos aspectos de la enfermedad en el país.
La revisión de los últimos siete días dio como resultado una tasa de 0,89, que implica una reducción del 25,8% en comparación con la semana anterior, cuando estaba en 1,12 que fue el valor más alto desde inicios de la pandemia.
¿A qué se debe este cambio tan abrupto? Entre otras cosas, a que este indicador es muy voluble, porque depende de varias factores como el comportamiento de las personas y la cantidad de pruebas diagnósticas que se realizan.
La tasa de contagio, también llamada tasa R, representa la velocidad con la que este virus se esparce en el país e indica, en promedio, cuántas personas contagiaría cada portador del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Si la tasa de contagio es igual a 1, cada persona infectará, en promedio, a otra más, y esto mantendrá la transmisión constante. Si está en 2, en promedio, cada persona infectará a dos más y la velocidad de transmisión se duplicará.
Lo ideal es que R sea inferior a 1, lo cual es señal de que el ritmo de casos nuevos va hacia la baja. Si el índice es superior a 1 la evolución de la enfermedad tendrá mayor velocidad.
Con una tasa en 1 la infección se mantendría constante.
Una tasa de 0,89 significa que cada portador del virus contagiaría a 0,89 personas o, en otras palabras, una generación de 100 personas con el patógeno se lo transmitiría a 89. Hace una semanas esas 100 personas habrían dado origen a una generación de 112 contagios, y hace dos, a 106.
Si tomamos en cuenta el período de incubación del virus, la cantidad de contagios que se reportan hoy, se dieron entre hace siete y 14 días, por lo que este es un índice que muestran sus retrasos.
La tasa R no tiene que ver con la cantidad de casos, sino con la velocidad de transmisión o la velocidad con la que se propaga el virus.
Tampoco mide cuán agresivo es, sino cómo es su movimiento y evolución en determinado lugar.
“El virus sigue dando muestras de su errática y volátil conducta en el país, sin dar señales de tener una tendencia predecible. Venimos de tres semanas consecutivas de ascenso en sus tasas de incidencia y del índice de reproducción y ahora, nuevamente detiene un poco su paso asolador para darnos algún respiro”, cita el análisis.
“Pareciera que juega con nosotros, alentando unas veces el optimismo, para luego al poco tiempo, asestarnos otro golpe. Depende entonces de nosotros, hacer que no se cumplan sus intenciones. En este empeño, tiene que involucrarse todo el país”, añade el documento.
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En las provincias
No todas las provincias muestran el mismo comportamiento, pero en todas la tasa R bajó en relación con la semana pasada. Guanacaste es la provincia con una tasa más alta, con 1, y es la única que se encuentra justamente en el este nivel, las demás están por debajo.
San José y Limón tienen el siguiente nivel más alto, ambas con 0,94.
Le siguen Alajuela y Heredia, con 0,87 cada una.
Las que registran tasas más bajas son Cartago, con 0,85 y Puntarenas, con 0,83.
“Hasta la fecha no hay ninguna semana que haya registrado en todas las provincias un Rt menor a 1,0″, señala el informe, coordinado por el médico y epidemiólogo Ronald Evans.
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No es para confiarse
El tener una tasa R baja es buena noticia, sí, pero esto no significa específicamente menos contagios, si no una velocidad menor.
No es lo mismo una tasa de 1 en un lugar con 1.000 casos activos a uno con 500 casos diarios. La misma R=1 dará más contagios diarios en el 1.000 que en el de 500.
En un lugar con muchos casos, habrá varios grupos de 100 personas que puedan pasar su virus a 89, lo cual no es señal de que la enfermedad baje. Puede haber lugares con una R baja, pero que, al tener muchos casos activos sigan con altos niveles de casos.
En esto, los investigadores llaman la atención sobre 14 cantones en los que la cantidad de casos, según su población, hace que haya más personas que pueden contagiar. Allí hay más de 250 casos por millón de habitantes.
Estos cantones son:
En San José: Coronado y Pérez Zeledón.
En Alajuela: Zarcero, Sarchí y Guatuso.
En Cartago: El Guarco.
En Guanacaste: Hojancha.
En Puntarenas: Quepos, Corredores, Osa y Golfito.
En Limón: Pococí, Limón y Guácimo.
En Heredia no hay cantones en esta categoría.
El informe llama la atención sobre cantones que llevan muchas semanas en esta categoría.
El cantón de Limón es el que encabeza esta lista que ha estado 15 semanas en esta lista, le siguen Puntarenas con 11 y Zarcero con 10.
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La otra cara de la moneda
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Por otra parte, hay cantones donde la condición más bien parece estar más bajo control, en donde menos de 100 casos por cada millón de habitantes. Esto no quiere decir que las medidas deban reducirse, pues, según los analistas, un descuido puede cambiar la situación.
En San José: Turrubares, León Cortés, Dota, Acosta, Aserrí y Puriscal.
En Alajuela: San Ramón, Río Cuarto y Upala.
En Cartago: Jiménez.
En Heredia: San Rafael y Barva.
En Guanacaste: Abangares, Liberia, Nandayure, Carrillo, Bagaces, Cañas y Tilarán.
En Puntarenas: Montes de Oro y Buenos Aires.
Este riesgo bajo no se ve en cantones de Limón.
Sin embargo, el análisis indica que se le debe prestar atención, por sus niveles de tasa R, a Turrubares (con 1,09) y a Puriscal (con 1,07). De momento no son preocupación mayor porque la cantidad de casos activos es baja, pero sí se le debe prestar cuidado por su velocidad de contagio, al tener un R superior a 1.
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