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El biólogo británico Robert Edwards, padre de la técnica llamada “fecundación in vitro”, recibió ayer el premio Nobel de Medicina 2010 por posibilitar una solución para la infertilidad en el mundo.
“Sus logros hicieron posible el tratamiento de la infertilidad, una condición médica que afecta a más del 10% de las parejas alrededor del mundo. Robert Edwards abrió un nuevo campo en la medicina, sus descubrimientos guiaron todo el proceso desde el descubrimiento hasta las técnicas modernas de fecundación in vitro. Su trabajo es un bastión de la medicina moderna”, aseguró el jurado del premio en un comunicado emitido por del Instituto Karolinska de Estocolmo.
En la década de 1950, Edwards –biólogo especialista en reproducción asistida en ratones– comenzó a experimentar con conejos y ver cómo la fecundación in vitro podría servir en su reproducción. Al probar la eficacia de la técnica en conejos comenzó a investigar el proceso en humanos, pero los primeros intentos por fecundar un óvulo humano resultaron fallidos.
En 1965, Edwards descubrió que un óvulo humano requería al menos 24 horas para madurar y ser fecundado (y no ocho horas como el de un conejo). Así empezaron sus intentos de fecundación humana en laboratorio.
En 1969 se logró la primera fertilización in vitro en un laboratorio. No obstante, ningún óvulo fecundado sobrevivía suficiente como para implantarse en el cuerpo femenino y lograr un embarazo.
Por eso, al año siguiente, Edwards contactó con el fallecido ginecólogo Patrick Steptoe (1913–1988), quien utilizaba la laparoscopia, con la cual se podían “aspirar” óvulos del útero femenino en momentos determinantes del ciclo menstrual para su desarrollo.
El trabajo conjunto de estos dos especialistas logró, en 1971, que el óvulo ya fecundado pudiera crecer y desarrollarse un poco más.
Pero todavía no había embarazos. Ellos vieron que los tratamientos hormonales que proponían estaban perjudicando a las mujeres que buscaban quedar embarazadas, y optaron por cambiar dichos protocolos hormonales.
En 1977, finalmente se logró el primer embarazo exitoso y, el 25 de julio de 1978, nació Louise Brown, la primera niña probeta del mundo, quien hoy tiene 32 años y es madre de dos niños.
Tras el nacimiento de Brown, los especialistas fundaron la Clínicia Bourn Hall y en los primeros cinco años vieron nacer a 139 bebés. En 1986 se llegó al récord de 1.000 partos mediante esta técnica.
Actualmente, la fecundación in vitro es responsable del nacimiento de cuatro millones de niños. En Europa se estima que entre el 2% y 3% de los partos son posibles gracias a esta técnica. En Costa Rica, 15 niños fueron concebidos así.