Una nueva terapia genética es capaz de reconstruir pulmones que, debido a daños que se consideraban irreparables, anteriormente eran desechados para un posible trasplante.
Científicos y médicos de la Universidad de Toronto, en Canadá, lograron corregir lesiones pulmonares aplicando genes y una solución de oxígeno, proteínas y nutrientes. Esto permite que las células se reparen , y que el pulmón funcione de nuevo.
“Normalmente, solo podemos trasplantar el 20% de los pulmones a las personas que lo requieren, porque el 80% de los órganos tiene daños severos que hacen que no pueda utilizarse”, explicó en un comunicado de prensa Shaf Keshavjee, director del Programa de Trasplantes de Órganos del Hospital Universitario de Toronto y uno de los investigadores.
“Con este método, tenemos opciones para mejorar la estabilidad del pulmón y que pueda utilizarse en otra persona sin problemas. Esta técnica también podría utilizarse más adelante en otros órganos”, añadió el especialista.
La situación. Los daños en los pulmones que se utilizan en trasplantes se dan en el momento de la muerte cerebral del donante. En ese instante, se produce inflamación en los pulmones, lo cual impide que la sangre llegue a los alveolos (ramificaciones más pequeñas del pulmón). Al no haber sangre suficiente para irrigar el órgano, este deja de funcionar.
Para evitar estas lesiones, la terapia utiliza los genes IL-10, los cuales secretan hormonas llamadas “citoquinas”, que tienen poder antiinflamatorio y ayudan a que las células se regeneren.
Para lograrlo, una vez que el donante entra en muerte cerebral, se extraen los pulmones y se mantienen a la temperatura natural del cuerpo humano (37°C), en lugar de enfriarse a 4°C, como se hace normalmente al extraerse órganos.
Posteriormente, se llevan a una sala especialmente diseñada en la que los pulmones se conectan a respiradores y ventiladores artificiales para mantenerlo en las mismas condiciones que tenía en el cuerpo humano. Después se inyectan los genes IL-10, junto con proteínas y también nutrientes.
Los primeros resultados mostraron que, doce horas después de esta aplicación, todos los pulmones comenzaron a regenerar sus células y a reparar los daños. La inflamación bajó hasta un 80%.
El siguiente paso de la investigación consiste en ofrecer estos pulmones a pacientes que esperan por un trasplante para salvar su vida. A ellos se les explicará la terapia genética y, si lo aprueban, podrían ser trasplantados con estos órganos, si no aparecen pulmones en mejores condiciones.