Cuando Rebeca nació, hace 21 años, Marielos Madrigal escuchó lo que llamó los “nuncas”: su hija nunca tendría un desarrollo cerebral normal, nunca caminaría, nunca hablaría y nunca tendría controlar de sus esfínteres ni de sus músculos.
Mucho de eso fue cierto, pero no todo. Hace unos años empezó a caminar y, desde la semana anterior, esta joven ramonense ya toma cosas con sus manos, da abrazos y sostiene la cabeza que siempre estuvo gacha porque no podía sostener su peso.
Sus padres asocian esos cambios a una apuesta que hicieron cuando la medicina tradicional no les dio respuestas: un implante con células madre hecho este 28 de mayo.
“Ya al día siguiente la vimos agarrar limones y hasta pudo darnos un abrazo. Tenía 21 años esperando que los músculos de mi hija pudiera darme un abrazo”, comentó con emoción su papá, Luis Alberto Quirós.
Las células madre tienen la capacidad de transformarse en varios tejidos del cuerpo, y desde hace años son centro de estudio en distintas enfermedades.
El costo de este tratamiento varía según la condición de cada paciente, pero algunos dijeron a La Nación haber pagado $4.000 (unos ¢2 millones).
¿Qué es? La técnica se llama terapia celular de fracción estromal o fracción vascular estromal, y consiste en tomar de 60 a 100 gramos de la grasa del paciente y extraer sus células madre. También se toman células de la médula ósea.
Luego pasan a un laboratorio, donde se colocan las células junto con factores de crecimiento y citoquinas (proteínas que regulan interacciones de las células del sistema inmunitario). Esto dura unas tres horas.
Después son aplicadas a la persona vía intravenosa.
“Es un procedimiento ambulatorio, mínimamente invasivo que puede usarse en muchas condiciones o enfermedades. Se ha utilizado en gente con diabetes, párkinson, charcot y otras”, detalló Marjorie Mariana Gómez, médico que aplica esta técnica en San Ramón de Alajuela.
Si el paciente no tiene suficiente grasa, se puede usar la de un familiar. De hecho, en el caso de Rebeca, su madre aportó la grasa.
“Las células tienen esa maravillosa característica, no generan rechazo, así que se te pueden poner las de alguien más”, explicó Milagros Sánchez, especialista venezolana quien vino a Costa Rica a dar charlas sobre el tema.
Aunque Gómez asegura que cualquiera puede recibir estos implantes, días antes de recibirlo la persona debe cambiar su alimentación y no consumir grasas, azúcares y más vegetales.
“Fueron unos días de tomar batidos verdes, había que limpiar el organismo y prepararlo para que las células estuvieran mejor y los resultados fueran mejores”, recordó Madrigal.
Única opción. Quienes acuden a este tipo de implantes son personas a las que la medicina tradicional ya no les ofrece alternativas.
Como Ana Badilla. Ella tiene párkinson y ya se sometió al primer tratamiento luego de tener una discusión con su neurólogo.
“Él me dijo: ‘así es como los estafan a ustedes, eso no te va a servir de nada. Para eso, mejor usá la plata en otra cosa, como en ponerte teresas (pechos)’. Pero yo quise intentarlo. Me puse el implante un martes y a los dos días ya era otra; no voy a decir que estoy curada, porque esto no cura, pero sí estoy mejor”, relató.
Este tipo de técnica aún es nueva y la evidencia científica apenas se está acumulando. Sin embargo, los avances dictan algunos caminos por seguir.
“Cuando vamos a congresos nos dan carpetas llenas de material sobre estudios de la fracción estromal vascular de células madre. En Costa Rica todavía hay mucha ignorancia. Tuvimos que esperar más de dos años para tener permisos del Ministerio de Salud y, ahora que los tenemos, luchamos por esto, porque vemos los beneficios”, dijo Goméz.
Agregó que “la eficacia dependerá de la condició n de la persona, pero también de su salud, porque un fumador, o que usó drogas o es sedentario, no tendrá una buena base de células madre”.
Sánchez añade: “No usamos células madre de cordón umbilical porque son células muy inmaduras y más bien pueden ser contraproducentes”, explicó la especialista venezolana.
Para el neurólogo Dennis Chinchilla, falta evidencia científica para comprobar que esto realmente es certero. Sin embargo, si un paciente le dice que quiere probar, tampoco lo desalienta.
“El problema es que en este momento no hay cómo saber si los beneficios están directamente relacionados con las células madre o no. Hace falta todavía tiempo para determinar bien esto”, aseveró Chinchilla.
Aunque muchos médicos son bastante escépticos, la esperanza es el acicate para los pacientes.
“Leí muchísimo antes de venir aquí, y sé que lo peor que puede pasar es que no me haga efecto y que todo siga igual. No he leído que me vaya a hacer daño”, concluyó Freddy Jackson, quien tuvo cáncer y buscó las células madre para tratar la debilidad producida por la quimioterapia.