Santiago de Chile. El Mercurio/GDA Para los músculos de las pantorrillas, trotar es mejor que caminar rápidamente. Este es el resultado de un estudio hecho por un grupo de científicos y publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU.
Para llegar a esta conclusión, los expertos ataron una sonda de ultrasonido a la parte posterior de la pierna, donde se encuentran los músculos llamados popularmente “gemelos”. Así, en tiempo simultáneo, pudieron observar los ajustes que se producían en ellos.
El nombre correcto de estos músculos es “gastrocnemio”. Este se sitúa en la parte posterior de la pierna, entre la rodilla y el tobillo.
Según el médico traumatólogo David Figueroa, los resultados explican que, al trotar, los músculos de la pantorrilla funcionan de forma más eficiente y se aumenta el nivel de energía; además, se avanza más y se cansa menos.
Por el contrario, al caminar, el músculo se elonga cada vez más, pero entregando menor energía al cuerpo.
En el caso particular de los gemelos, al caminar rápidamente se acortan y elongan con más rapidez y velocidad –ya que se exacerba el movimiento de punta y talón–, disminuyendo los períodos de recuperación y la capacidad del músculo de producir grandes fuerzas.
Todo ello, a corto plazo, producirá una mayor fatiga muscular.
“Sin embargo, al comenzar a correr, en forma paradójica, el músculo se acorta a una menor velocidad, lo que da espacio a un mejor trabajo del músculo en términos de su fuerza y de la fatiga muscular”, detalla el experto.
En discusión. Según reconoce Figueroa, este estudio solo se hizo con un grupo muscular, por lo que no se pueden sacar conclusiones para el resto de los músculos.
Aclara también en que es mejor caminar que no hacer nada, como es el caso de las poblaciones que no hacen deporte habitualmente, pero para las cuales caminar sí es una buena alternativa.
Finalmente, el médico traumatólogo Roberto Negrín agrega que los beneficios de trotar o caminar son variables pues no todas las personas están en condiciones.
“Para trotar se necesita una muy buena condición muscular ya que el músculo es un amortiguador de la rodilla y el tobillo”, dijo.
Sin la musculatura adecuada, se pueden causar lesiones musculares, fracturas por estrés o tendinitis. “Esto es común entre quienes comienzan a correr. Por eso recomendamos a una persona sin una actividad física regular, que comience caminando, luego camine rápido, después haga trotes cortos”, concluyó Negrín.
La zapatilla es lo más importante para prevenir lesiones en el troteTrotar con regularidad no sólo permite tener una mejor condición física, sino también estimula el crecimiento de materia gris en el cerebro, según un estudio realizado por la U. de Cambridge (Inglaterra).
Sin embargo, caminar también tiene sus virtudes: diversos estudios muestran que una caminata enérgica libera endorfinas, neurotransmisores asociados a la sensación de bienestar, lo que aminora el estrés y la ansiedad.