¿Cuánto impacto tuvieron para reducir la propagación de la covid-19 medidas como la restricción vehicular sanitaria, el lavado de manos, el cierre de aeropuertos, el uso de la mascarilla o la vacunación? Esas son precisamente las preguntas que un análisis de la Universidad de Costa Rica (UCR) buscó contestar.
Las respuestas son complejas, pues no todas las medidas entraron a regir de manera simultánea ni actuaron por sí solas, es decir, siempre hubo más de una a la vez. Sin embargo, la conclusión general es que algunas medidas tuvieron impacto durante períodos puntuales y luego dejaron de ser tan eficaces. Dentro de ellas está la restricción vehicular.
En otros casos, están las que sí fueron eficaces en un momento, pero la economía del país requería que dejaran de implementarse, como los cierres de establecimientos o de los aeropuertos.
Y hay otras que siguen resultando de mucha utilidad en estos momentos, como el lavado de manos (medida que estuvo desde antes de que entrara el virus al país y cuya recomendación se mantiene), la vacunación o el uso de mascarillas, especialmente en el transporte público o sitios cerrados.
“En algunos momentos unas medidas fueron más efectivas que otras. Por ejemplo, en el segundo semestre de 2020 fue el trabajo remoto en centros educativos. En ese momento, la población de estudiantes no tenían acceso a vacunas que los protegieran. Ahí fue una medida muy efectiva en ese momento. Luego, la vacunación es una medida con una fuerza muy importante para controlar las complicaciones de la enfermedad”, manifestó Rodolfo Romero, investigador de la UCR y uno de los autores de la publicación.
La restricción vehicular, agregó, sirvió como una medida de contención muy importante, pero esta dejó de ser tan efectiva meses después y por eso debía eliminarse para darle paso a las que sí funcionaban mejor.
“Para la opinión pública tal vez ha costado entender el impacto de la restricción vehicular. La gente decía ‘el virus no viaja en bus entonces’ o ‘el virus solo se sube al carro después de las 9 p. m.’ pero no era así. Lo que buscaba era restringir la movilidad de las personas hacia procesos de socialización, que se evitaran eventos sociales después de horas laborales que nos llevaran a romper las burbujas y aumentar contagios. También se redujeron las atenciones hospitalarias por accidentes de tránsito”, manifestó.
Los resultados fueron publicados en la Revista Panamericana de Salud Pública, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Para Romero, quien trabajó junto con el investigador Guarner Rojas, de la Escuela de Estadística de la UCR, la pandemia debe verse como algo integral, que depende no solo de las medidas, sino también del virus y de sus diferentes variantes, y del comportamiento que las personas tengan, independientemente de las restricciones.
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Paso a paso
Este trabajo comenzó con una petición que el Ministerio de Salud hizo a la Universidad de analizar progresivamente cada medida que iba implementándose en el país. Para hacerlo se conformó un equipo de más de nueve investigadores de diferentes unidades académicas que fungen como parte del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo, el cual da a las autoridades información semanal desde inicios de la pandemia.
Conforme pasaba el tiempo se hizo un modelo matemático que contempló datos estadísticos. Con base en ese modelo se correlacionaron las variables relacionadas con las medidas.
Estas fueron las variables estudiadas y el impacto que se buscaba con cada una de ellas:
- Trabajo remoto en centros educativos. Reducir la transmisión del virus, se evitó el contacto físico en los centros educativos.
- Horario regulado en playas. Restringir la concentración de grupos de personas, movilización de individuos y actividades sociales.
- Cierre de cines y tiendas. Evitar las aglomeraciones y el contacto físico de personas y así contener el crecimiento de casos nuevos.
- Restricción vehicular. Reducir la movilidad de personas mediante franjas horarias diurnas y nocturnas para evitar desplazamientos que, potencialmente, generaran reuniones sociales fuera del horario laboral con rompimiento de burbujas o crecimiento de aglomeraciones.
- Cierre de aeropuertos. Regular la importación de casos nuevos a consecuencia de la entrada y salida de turistas.
- Uso de mascarilla. Reducir la transmisión del virus al impedir que se compartan las gotas y partículas respiratorias expulsadas al hablar, toser o estornudar.
- Vacunación. Disminuir la probabilidad de enfermedad grave y fallecimientos, minimizar riesgo de saturación hospitalaria. Reducir el contagio y carga viral en personas infectadas.
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Los diferentes momentos
Al inicio, de marzo a noviembre de 2020, la mayor efectividad para reducir contagios estuvo en las lecciones virtuales, con las que se habrían evitado 17.191 casos en dicho período. Le siguen el cierre de tiendas, con 16.033 y la restricción vehicular, con 10.878.
La menos eficaz fue tener el horario regulado en playas (cierres a partir de las 7 a. m.), que habrían evitado 2.311 casos.
Ya para mayo de 2021 las medidas más eficaces fueron los protocolos de higiene (como el lavado de manos o desinfección con alcohol en gel), con 60.434 casos potencialmente evitados y el uso de las mascarillas, con 38.326. En ese momento la vacunación todavía no había despegado lo suficiente, por lo que su impacto fue de 15.394.
Sin embargo, esto no debe verse como que las medidas en solitario evitaron específicamente esa cantidad de casos, ya que siempre se ha tenido más de una medida que cumplir en un mismo período de tiempo. Estas son estimaciones de la carga que cada una pudo tener.
Por ejemplo, para mayo de 2021, las medidas de higiene habrían estado relacionadas con el 95,4% de los casos evitados, mientras que las mascarillas, que entraron a fungir varios meses más tarde que las medidas de higiene, influyeron en el 60,5% de los casos evitados y las vacunas (que en ese momento solo habían alcanzado a personal de primera línea y a mayores de 58 años) en el 24,3%.
Sin embargo, los investigadores son de la idea de que, en conjunto, como un todo, las medidas sí tuvieron impacto en la mitigación de la enfermedad.
“En Costa Rica, la adopción de medidas dirigidas a evitar el contagio ha logrado una reducción de casos en momentos diferentes de la pandemia”, cita el artículo.
“(...) conforme aumentaban la cantidad de casos por contener de contagio de covid-19, las medidas generaban el contrapeso necesario para la mitigación del contagio, mientras que el efecto disminuido o ralentizado de detener el crecimiento se notó principalmente en las semanas cuando se dio una aceleración fuerte precedida de una relajación de medidas”, añade el documento.
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¿Qué medidas son eficaces hoy?
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Para Romero, en estos momentos hay prácticas que resultan más eficaces, específicamente tres son necesarias:
- Uso de mascarilla en sitios cerrados o cuando estemos en aglomeraciones con personas ajenas a nuestro núcleo.
- Lavado riguroso de manos, vital contra covid-19 y contra muchas otras enfermedades.
- Tener el esquema completo de vacunación.
“Ya podemos liberarnos un poco. Esperemos que no vengan otras variantes que provoquen otras olas, porque eso nos llevaría a ajustar. Tenemos más relajación, pero debemos tomar en cuenta que la pandemia no ha acabado, hay gente que sigue hospitalizándose y muriendo, pero la vida sí podemos llevarla más normalmente, con ciertos cuidados”, destacó.
“La mascarilla sigue siendo un implemento importante que vamos a mantener por algún tiempo”, concluyó.
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