Como tomarse un pastillero que contiene todas las pastillas que una persona con VIH necesita durante una semana, y que sea el mismo pastillero el que se encargue de dar al cuerpo la dosis requerida, día con día.
Así definieron los científicos su nueva propuesta experimental de tratamiento contra el Virus de Imunodeficiencia Humana (VIH, causante del sida).
Se trata de una cápsula que está siendo desarrollada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del Baylor College of Medicine, quienes laboran junto con la empresa de dispositivos médicos y biofarmacéuticos Lyndra.
Aunque esta cápsula aún se encuentra en una fase llamada preclínica y solo ha sido probada en laboratorio, en cerdos y en modelos matemáticos, los investigadores creen que podría convertirse en una solución para que los pacientes sí se tomen el tratamiento de manera puntual.
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La falta de adherencia a la terapia es uno de los principales problemas en la lucha contra este virus de transmisión sexual.
Los efectos secundarios, el olvido o el descuido de la salud hacen que cerca del 30% de las personas no tomen los medicamentos como deben (usualmente son varias pastillas todos los días) o los abandonen.
Esto complica la situación de salud, pues es posible que los fármacos dejen de funcionar y que el virus se haga resistente a ellos. Si eso sucede, la alternativa sería buscar tratamientos más fuertes.
"Las personas con VIH necesitan terapia antirretroviral de por vida. Una opción de largo plazo, que podría tomarse en casa solo una vez por semana podría ayudar a que los pacientes se mantengan en su tratamiento y logren tener mayor calidad de vida", explicó en un comunicado de prensa Andrew Bellinger, cofundador y jefe de investigación científica de Lyndra.
¿Cómo es la cápsula?
A simple vista la cápsula es igual a cualquier otra que se toma para tratar diferentes enfermedades o dolencias. Sin embargo, dentro de ella tiene seis brazos distintos en los que pueden ponerse varios medicamentos e indicarse la dosis que deben "liberar" cada día de la semana.
Una vez que el paciente se traga la cápsula y esta llega al estómago, la píldora se "abre" en forma de estrella y se ajusta en el píloro (la conexión entre el estómago y el intestino delgado).
Por su forma, no se impide el paso de los alimentos o bebidas. Los brazos dan rigidez para que la cápsula no se mueva, y los polímeros (moléculas grandes con la que está formada la cápsula) permiten que las drogas se vayan liberando poco a poco conforme el cuerpo las requiera.
"En cierta forma es como tener un pastillero en la cápsula. Se tienen las divisiones para cada día dentro de la cápsula y cada tiempo establecido se libera el medicamento", expresó en un comunicado de prensa Giovanni Traverso, científico del MIT.
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La cápsula está diseñada para que, una vez que todas las dosis sean consumidas, se desintegre en piezas pequeñas que puedan ser excretadas con facilidad.
Los investigadores realizaron su experimento con tres drogas antirretrovirales muy utilizadas: dolutegravir, rilpivirina y cabotegravir. Estos fármacos no solo se utilizan para el tratamiento de personas ya infectadas, algunos sistemas de salud también las usan en personas con un alto riesgo de infección (como las parejas de un individuo seropositivo).
Debido a que son fármacos tan delicados, aún no se han comenzado ensayos en seres humanos.
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Este tipo de dispositivos ya se había utilizado en ensayos anteriores con un fármaco contra la malaria, donde la cápsula permaneció dos semanas en el sistema digestivo. Entonces los científicos buscaron probarlo con antirretrovirales para así buscar una solución al problema de la adherencia.
Los científicos midieron la concentración de las dosis en el transcurso de la semana y monitorearon la presencia en sangre de cada droga.
En dos de las drogas, el medicamento funcionó a la perfección, en otras, los científicos deberán hacer ajustes, pues este se absorbió más rápido de lo previsto. Estos ajustes deben hacerse antes de probar el medicamento en seres humanos.
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"Para poner otro tipo de medicamentos es muy fácil porque la estructura de la cápsula se mantiene, solo necesitamos cambiar cuán rápido o cuán lento se debe liberar el fármaco", indicó en un comunicado de prensa Ameya Kirtane, uno de los investigadores.
Las pesquisas también buscarán ver si pueden diseñar cápsulas que pasen más tiempo en el cuerpo.
Posibles ventajas
El estudio también abarcó la realización de un modelo matemático para ver el impacto que tendría este tipo de terapias que consistan en una sola cápsula una vez por semana.
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El modelo arrojó que pasar de un programa de tomar varios medicamentos una vez al día a tomar una sola cápsula una vez por semana podrían bajar las nuevas infecciones en un 20% (en el caso de parejas de personas seropositivas), lo que significa prevenir entre 200.000 y 800.000 casos en 20 años solo en Sudáfrica.
Estos resultados fueron publicados este viernes en la revista Nature Communications.
Otros esfuerzos de la ciencia
Estos no son los únicos esfuerzos que buscan lograr terapias de largo plazo para mejorar la adherencia al tratamiento contra el VIH.
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Entre ellos están los tratamientos que combinan en una sola pastilla diaria todo el "coctel" de medicamentos necesarios en lugar de que se tomen varias píldoras. Otro consisten en inyecciones que se aplican cada ocho semanas de manera intramuscular y que liberan poco a poco las sustancias necesarias.
Muchos de estas labores están a niveles todavía de investigación, pero la meta es que estas personas puedan tener mayor calidad de vida.