![](https://www.nacion.com/resizer/iQ-7zH1gHq0fxSzHgRUvzqcSJXc=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/B5AFI3FX55EBPMSGYS2S23BRVQ.jpg)
El parque central del cantón continúa cerrado, como parte de las medidas nacionales contra la pandemia. Foto: Irene Rodríguez
Cañas. “Nosotros estuvimos dos meses sin un solo caso y, de un pronto a otro, tuvimos 20. En cuestión de dos semanas fuimos de cero a 20 casos. Fue de golpe”.
Así resume Carlos Andrés Porras Alfaro, jefe de consulta externa del Centro de Atención Integral en Salud (CAIS) de Cañas, Guanacaste, el reto que enfrentaron.
El alcalde local, Luis Fernando Mendoza, también recuerda muy bien ese primer caso registrado el 8 de mayo y todo lo que pasó en cuestión de días.
“Al principio, solo Nandayure y Cañas estaban sin casos en todo Guanacaste y, de pronto, se vinieron 20 y pasamos a ser el cantón con más casos en la provincia”, recordó Mendoza.
A Diana Valles, coordinadora de Vigilancia Epidemiológica del CAIS, no le preocupó tanto ver ese incremento, pues en realidad obedeció a la estrategia para atender la emergencia: salir a buscar enfermos y no esperar a que les llegaran a consulta.
“No me desmotivaba el número: era mejor, porque era señal del trabajo. Si estamos haciendo búsquedas activas vamos a encontrar. Por eso vimos los casos subir tan rápido, pero eso era mejor a esperar a que se soltara la transmisión”, destacó.
A este lunes 1.° de junio, Cañas contabilizaba 23 casos (uno ya recuperado), todos debidamente identificados, en conglomerados definidos y con su respectivo plan de seguimiento.
Esto no quiere decir necesariamente que no habrá más casos, pues si un caso confirmado vive con dos, tres o más personas, es muy posible que estas enfermen, pero el aislamiento evitaría mayores contagios.
Además, los números comienzan a bajar pues de los 28 pacientes nuevos incluidos en el reporte del pasado lunes, solo dos corresponden a esta comunidad.
“Cañas entró en un ascenso de casos, pero la atención ha sido tan oportuna que se ha logrado contener y ya no se ven los mismos.
" Si usted está en un núcleo familiar en donde hay un enfermo es mucho más fácil que se enfermen los demás de la casa, y eso inevitablemente va a aumentar los casos. Pero se cercan y se aíslan”, aseguró Warner Picado, director regional de Servicios de Salud del Área Chorotega de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El primer caso de aquel 8 de mayo tenía un nexo epidemiológico muy definido: un transportista que llegó a una zona ganadera del cantón. De hecho, esa persona estuvo relacionada con 18 casos en Guanacaste.
El virus también llegó a través de un funcionario bancario que trabaja en Abangares y vive en Cañas.
Así se identificaron los conglomerados: en Bello Horizonte, Villa Esperanza y San Miguel.
La estrategia: no esperar
Si se le pregunta a las autoridades locales de la CCSS, Salud, Municipalidad, Fuerza Pública y Cruz Roja sobre el manejo que le dieron a la llegada del covid-19, la respuesta es similiar: actuaron de una vez y no esperaron a una emergencia mayor.
Como en muchas regiones del país, en este cantón desde febrero se contaba con áreas de atención diferenciadas para las personas con síntomas respiratorios.
También comenzaron con estrategias de información no solo en los centros de salud, sino que también se hizo perifoneo en los barrios.
Pero, tal vez, el secreto estuvo en la actuación agresiva tras la detección del primer paciente.
“Hay equipos de respuesta rápida a través del 9-1-1 o de otra forma, si se capta un caso sospechoso, se comunica con nosotros. Los equipos van directo a la casa del paciente, se toma temperatura y vía telefónica se le toman los demás datos”, expresó Valles.
“La idea es evitar que el paciente ande en la calle y pueda contagiar a los demás. Si se le dice que venga al CAIS se podría transformar en un foco de diseminación”, complementó Carlos Andrés Porras.
Otra acción clave han sido los barridos: apenas se confirma el caso, se va a la zona donde vive y se trabaja para hacer pruebas a contactos. Se han hecho exámenes en comunidades, en el salón parroquial y en lugares de trabajo agrícola.
“Yo no me espero a que el paciente tenga toda la definición de caso. Con solo decirme que tuvo contacto con un positivo y tiene dolor de garganta ya se la hago. Así hemos detectado más de una persona", enfatizó Valles.
Tampoco se esperan al día siguiente si se les dice que hay un caso sospechoso al final de la jornada.
“No nos esperamos a mañana. Las muestras se toman ese mismo día, porque entre más se tarde se haga, más tarde llegará a San José y más en hacer el cerco. Y así el Ministerio de Salud puede hacer más rápido las órdenes sanitarias”, precisó Porras.
El engranaje con las diferentes instituciones ayuda también a una respuesta más rápida. La CCSS y el Ministerio de Salud funcionan como uno solo.
“En Cañas, aun cuando es una zona de alto riesgo social, el área rectora del Ministerio, el CAIS, la Fuerza Pública, el gobierno local y la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) tienen identificada, muestreada y contenida a la población con el virus”, apuntó Guiselle Guzmán, jefa del Área de Salud Colectiva de la CCSS.
Hasta el viernes anterior, en Cañas se habían tomado 398 muestras en los barridos y 103 en los centros de salud, todo esto en un periodo de tres semanas. A esto se le une la toma a 28 trabajadores de la salud.
LEA MÁS: CHEC culpa a la pandemia de covid-19 de más atrasos en la ampliación de ruta a Limón
Asintomáticos y con síntomas leves
“No queda nadie sin tamizar, el que tenga síntomas o el que uno sospeche que pueda tener covid-19, aunque sea asintomático, se tamiza", subrayó la coordinadora de Vigilancia Epidemiológica.
Y estas palabras no son antojadizas. De los primeros 20 casos, cuatro no registraban un solo síntoma.
“A la fecha esas personas no registran síntomas. Si no nos hubiéramos salido de la definición de caso y hecho pruebas más ampliamente, esos cuatro no se habrían tamizado y nos hacen un reguero”, explicó Porras.
Los síntomas más frecuentes en la zona han sido dolor de garganta, dolor de cuerpo y tos seca.
LEA MÁS: Evolución de cifras de pacientes recuperados de covid-19 en Costa Rica al 31 de mayo
![](https://www.nacion.com/resizer/QXw-CI1FbblijNQK6c181WC1MQY=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/HGUPWYQE3FGJNCKZE3GI25RM5A.jpg)
En la entrada del CAIS de Cañas, Guanacaste, hay una estación de lavado de manos que cualquier persona que ingrese debe utilizar antes de entrar. Foto: Irene Rodríguez
“No hay ningún paciente que yo le diga que haya tenido fiebre muy marcada, todo leve. Ahí está lo difícil de diferenciar un virus respiratorio normal del covid. ¿Cómo identifico a un paciente con covid-19 si tiene los mismos síntomas de un ‘no covid’? Por eso también mejor vamos a una definición más amplia”, señaló Valles.
Por el tipo de activades en la zona, la mayoría de los enfermos son hombres entre los 20 y los 29 años, pero los rangos de edad fluctúan entre un niño de año y ocho meses y una mujer de 69 años.
Incluso, hay una persona de 55 años en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Liberia.
LEA MÁS: ¿Por qué hay pacientes con covid-19 que dan positivo más allá de dos semanas después?
Cañas, el puerto sin mar
Hay muchas características que hacen de Cañas un lugar para ponerle atención y que lo hacen más vulnerable a brotes de enfermedades infecciosas de cualquier tipo. Su ubicación geográfica es una de ellas.
“Somos una zona de paso: de aquí se va hacia Monteverde, San Carlos, Tilarán, Upala, las fronteras, La Cruz. La carretara Interamericana pasa al frente y te da vía hacia San José, esto hace que haya mucha gente entrando y saliendo”, manifestó Porras.
Otra característica es su condición social.
“Se comporta como un puerto sin mar: entra y sale mucha gente, aunque uno quiera aislarlos, a ellos cuesta más cuando deben salir a buscar su subsistencia", manifestó Guiselle Guzmán, jefa del Área de Salud Colectiva de la CCSS.
"Es una población de alto riesgo social: mayor pobreza, mayor desempleo, mayor migración”, expresó.
César Bustillos, quien trabaja de jornalero, confirma la problemática: “Tengo que salir para encontrar cómo comer; desde la casa no puedo ganar plata”.
LEA MÁS: Brasil supera los 25.000 muertos por covid-19
Bismark Villegas, coordinador de Vigilancia Epidemiológica de la Región Chorotega, considera que las condiciones sociales de la región la dejan en vulnerabilidad.
Entre los 11 cantones de la provincia, Cañas ocupa el lugar nueve en el Índice de Desarrollo Humano Cantonal y en el Índice de Desarrollo Social Cantonal, y el puesto 10 del Índice de Competitividad Cantonal.
Una solución que han encontrado para evitar una mayor propagación del covid-19 consiste en la repartición de diarios para personas que están en aislamiento para que no deban romperlo.
LEA MÁS: Muere primera mujer en Costa Rica por covid-19
Los retos: bares clandestinos, estigmatización y migración
Quienes trabajan en la atención de la emergencia en esta zona guanacasteca son conscientes de que hay situaciones que ponen en riesgo el control del virus pandémico.
Las fiestas, las licoreras y bares clandestinos, así como la entrada de migrantes son las que más preocupación causan. A esto se le une la estigmatización que sufren las personas contagiadas.
“Lo que le refieren al Ministerio de Salud es que hay bares clandestinos, fiestas, cimarronas, tal vez hasta en las mismas localidades en las que hay pacientes que son positivos”, destacó Valles.
Dichas actividades clandestinas representan ahora una de las mayores preocupaciones para el alcalde Luis Fernando Mendoza.
“Teníamos conocimiento, antes de la pandemia, de una, dos o tres ventas y ahora se ha triplicado la comercialización de bebidas alcohólicas clandestinas. Las compran para fiestas con familiares y vecinos donde no se cumplen las burbujas sociales”.
“Ya hemos tenido reuniones, encuentros virtuales con las autoridades para atender o para controlar el tema de la comercialización clandestina”, añadió.
A ello se le une la preocupación de ser un cantón de alta migración.
“Tenemos denuncias de llegadas muy probablemente de indocumentados en El Vergel, San Cristobal Sur, La Libertad y Bebedero. Es una preocupación enorme, el control que tenemos a nivel nacional podríamos perderlo si no sabemos la condición en la que vienen estas personas; podrían ser fuente de contagio o de descontrol”, alertó Mendoza.
Para Valles, la estigmatización en perjuicio de los pacientes también afecta, pues podría hacer que estas no busquen ayuda médica.
“Viven la discriminación de los vecinos. Algunos ni pasan por la acera en donde hay casos confirmados por miedo ‘a contaminarse’. La gente hasta se queja si una persona en aislamiento abrió el portón y recogió su diario y la gente ya cree que con eso rompió el aislamiento y denuncian”, comenta la epidemióloga.
Gobierno local, CCSS, Ministerio y Fuerza Pública trabajan para evitar una nueva escalada de casos, la experiencia les dice que ya pudieron una vez por lo que tienen herramientas para lograrlo.