Un simple método que consiste en instalar luz de rayos ultravioleta (UV) podría ser una forma sencilla y barata de reducir la propagación de tuberculosis (TB) en los hospitales de los países en desarrollo.
Así lo reveló un estudio realizado por científicos del Colegio Imperial de Londres en un hospital en Lima, Perú , cuyos resultados se divulgaron en la revista PLoS Medicine .
Según el análisis médico, la luz ultravioleta logra reducir hasta en 70% la propagación de TB en la sala de un hospital.
Además, se detectó que esta radiación también es efectiva para la purificación del aire en la misma estancia.
“Estas medidas simples podrían potencialmente salvar muchas vidas alrededor del mundo. Particularmente en hospitales donde hay sobrepoblación de pacientes”, dijo el doctor Rod Escombe, investigador del Centro para Medicina Tropical Clínica del Colegio Imperial y autor del estudio.
De fácil contagio. Según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año unos nueve millones de personas resultan infectadas con tuberculosis y cerca de dos millones mueren a causa de la enfermedad.
Las tasas de infección son particularmente altas donde la gente vulnerable vive en lugares muy concurridos, como hospitales, refugios para personas sin hogar y prisiones.
Recordemos que la tuberculosis es una enfermedad sumamente contagiosa.
De hecho, cuando un solo paciente con este mal tose en un hospital propaga bacterias en el aire –en forma de pequeñas gotas que flotan alrededor de la sala– e infecta casi instantáneamente a otros pacientes, visitantes y al mismo personal de salud.
Pero, según la nueva investigación, estos contagios masivos podrían acabarse tan solo si el hospital coloca una lámpara de luz ultravioleta de onda corta (UVC) con un ventilador para mezclar el aire.
Ellos comprobaron que la luz UVC mata la bacteria de la tuberculosis, incluyendo aquellas cepas que han mostrado resistencia a los medicamentos tradicionales.
Esta radiación ultravioleta lo que hace es dañar el ADN de la bacteria, de modo que pierde su capacidad para infectar a la gente, crecer o dividirse.
Su efectividad es cada vez más conocida. Por eso, ambulancias y quirófanos utilizan luz UVC a alta intensidad para desinfectarse.
“Una lámpara típica de UVC cuesta alrededor de $350 y reemplazar las bombillas unos $25”, dijo el doctor Escombe.
Para comprobar su hipótesis, los científicos colocaron lámparas de UVC durante 535 días en una sala de hospital en Lima.