
Hacer ejercicio controlado regularmente –como caminar en una banda sin fin – mejora la calidad de vida de quienes sufren de enfermedad arterial periférica, un mal que bloquea las arterias que nutren de sangre las piernas.
Así lo demuestra un estudio publicado en la última edición de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
Los expertos hallaron que cuando un paciente con mal arterial periférico se ejercitaba, caminando en una banda sin fin durante seis minutos diarios, su capacidad para caminar se elevaba.
Es decir, sus miembros inferiores – que habían perdido movilidad producto del padecimiento – recuperaban parte de su fortaleza y resistencia.
La enfermedad arterial periférica es un padecimiento cardiovascular. En ese mal las arterias que riegan de sangre las piernas se bloquean y, por ende, los miembros inferiores reducen el flujo sanguíneo que pasa por esta zona del cuerpo.
Al disminuirse la circulación de la sangre, los pacientes tienen una sensación de cansancio y dolor en sus piernas. Otro de los síntomas es la dificultad para que las heridas cicatricen.
Según explicó Roger Jiménez, médico del hospital San Juan de Dios, este padecimiento afecta entre un 5% y un 10% de la población del costarricense.
Quienes desarrollan el mal suelen tener más de 50 años de edad y se caracterizan por ser personas fumadoras, hipertensas, diabéticas y presentar altos niveles de colesterol en la sangre.
“De este tema – actividad física – se ha escrito mucho. El trabajo lo que viene a reforzar es la importancia de la actividad física para tratar los problemas cardiovasculares”, dijo Jiménez.
El estudio. Para identificar los beneficios del ejercicio controlado, los expertos analizaron a 156 pacientes con enfermedad arterial periférica durante un periodo de cuatro años.
Algunos de ellos presentaban los síntomas de la enfermedad, mientras otros no sufrían de ninguna molestia.
Los pacientes fueron divididos en tres grupos. Los participantes del primer segmento realizaron caminatas supervisadas en una banda sin fin por seis minutos al día. A otra parte se les dio una rutina de ejercicios con pesas, mientras al resto no se les pidió realizar ninguna actividad física.
A todos los pacientes se les practicaron análisis para medir los resultados. Al finalizar el estudio, las personas que usaron la banda elevaron su capacidad para caminar en casi 36 metros. Quienes usaron pesas pudieron caminar solo 12,4 metros más.
Los autores señalaron que es necesario evaluar por qué el ejercicio controlado brinda mayor beneficio para tratar este mal.