En los primeros cuatro meses y medio de vacunación contra la covid-19 se habrían evitado 650 muertes en el país, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores ticos con base en los datos del Ministerio de Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De acuerdo con el análisis, dos dosis de la vacuna (en aquel momento considerado esquema completo) protegieron en un 97% de una hospitalización y 100% de muerte. Una sola dosis ya significaba diferencia, pues evitaba la hospitalización en un 76% y los fallecimientos en un 63%.
Estos datos coinciden con los vistos en los ensayos clínicos de las vacunas, según destaca el estudio, que fue aceptado para publicación en la revista BMC Infectious Diseases.
“Implementar la vacunación priorizando esos grupos que son más vulnerables, donde la enfermedad mataba más, como lo son los adultos mayores tuvo un efecto director de prevenir la muerte de muchas personas. Después de eso ha salvado más vidas”, destacó Rolando Herrero, director de la Asociación Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB) y uno de los investigadores.
El estadístico Romain Fantin, autor principal del reporte, advirtió que estos resultados se circunscriben a este período en el que todavía la cobertura de vacunación era limitada, pero que conforme fue pasando el tiempo la inoculación salvó más vidas. “Ahora podríamos hablar de miles”, precisó.
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Paso a paso
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Este es un estudio ecológico. Esto quiere decir que se comparan grupos grandes de personas, en vez de individuos, para establecer las diferencias en determinada enfermedad, en este caso, covid-19.
“No son datos a nivel individual, son datos agrupados. No estamos siguiendo personas con nombre y apellido”, dijo Fantin.
Las pesquisas contaron con científicos de ACIB, la Universidad de Costa Rica (UCR), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Salud y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
El equipo de investigación tomó los datos desde el 1.° de diciembre de 2020 (23 días antes de las primeras inoculaciones, para tenerlas de referencia), hasta el 13 de mayo de 2021, poco antes de la llegada de la variante delta y de que la vacunación llegara a grupos más jóvenes. También se tomó una época que fue casi exclusiva de la vacuna de Pfizer, para utilizarla como referencia.
Según explicó Fantin, el hecho de que en Costa Rica se hubiera dado prioridad a la población mayor de 58 años hizo más fácil el estudio. Se cortó antes de la fecha en la que entraron los grupos más jóvenes, en donde la priorización no se hizo con base en edad sino en factores de riesgo.
“Es un modelo estadístico muy novedoso. Aprovechamos que la vacunación empezó en un grupo muy definido, permite analizar el impacto en la incidencia de hospitalización y mortalidad. Se ve cómo las curvas de población vacunada se separan de la no vacunada”, declaró Herrero.
En el inicio de la campaña también se inocularon personas más jóvenes con más alta exposición al virus, como los trabajadores de la primera línea, pero este es un número más pequeño que no implica diferencias.
Los investigadores dividieron a la población en tres grupos etarios: menores de 60 años, entre los 60 y los 74 y de 75 o más.
Fantin añadió que, antes de la vacunación, las curvas de casos, hospitalizaciones y muertes eran muy similares en los diferentes grupos de edad. No eran iguales porque los adultos mayores sí estaban más vulnerables a complicarse y morir, pero la forma en la que las curvas subían y bajaban era igual.
Cuando comienza la vacunación las curvas comienzan a diferenciarse y entre más vacunados había más se separaban de los grupos de edad no vacunados.
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Para Herrero, con todo lo que ha cambiado la enfermedad desde mayo de 2021 la vacunación sigue siendo vital y es necesario que las personas que no tienen una sola dosis comiencen su esquema y quienes no han llegado a la tercera lo completen.
“La vacuna sigue teniendo este efecto para proteger a la gente. Quienes peor se ponen siguen siendo los que no se han vacunado. Hay que aprovechar la vacuna”, subrayó Herrero.
Datos de la CCSS indican que, al 12 de setiembre pasado, 199.505 mayores de 12 años no tienen una sola dosis. Ellos representan el 4,67% de este rango de edad. En los niños de 5 a 11 años hay 126.185 sin iniciar esquema, es decir, el 24,01% de este grupo etario.
La otra preocupación es quienes, teniendo ya el tiempo necesario para completar la protección con una tercera dosis no lo han hecho. En esta situación hay 1.569.171 mayores de 12 años, el 36,71% de este grupo, y 165.785 niños, para un 31,55%.
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