Vacunar a la mujer embarazada para así proteger a su bebé contra el virus sincitial respiratorio (VSR) es una realidad que podría estar cada vez más cerca. La semana anterior, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) aprobaron la primera vacuna destinada a proteger a la población infantil.
Esto es especialmente importante, pues se trata de la enfermedad producida por el popularmente llamado “virus asesino”. En Costa Rica, el virus sincitial respiratorio es la primera causa de hospitalización en menores lactantes y la segunda causa de muerte en recién nacidos. Este patógeno es altamente contagioso y afecta las vías respiratorias y los pulmones.
El producto se llama Abrysvo, de la compañía farmacéutica Pfizer. La FDA aprobó su uso para el periodo entre las 32 y 36 semanas de gestación y la EMA para el lapso entre las 27 y las 36 semanas. Anteriormente, este producto se había aprobado para las personas mayores de 60 años, que también se ven muy afectadas por este patógeno.
“Esta aprobación provee una opción para los profesionales de salud y las embarazadas de proteger a los infantes de esta enfermedad potencialmente mortal”, señaló en un comunicado de prensa Peter Marks, director del Centro de Investigación y Evaluación de Productos Biológicos de la FDA.
No obstante, FDA hizo una salvedad y solicitó estudios posteriores a su comercialización para monitorear si hay mayor riesgo de nacimientos prematuros o de preeclampsia, una condición potencialmente grave que aumenta la presión arterial de las mujeres durante la gestación. Esto es así porque durante el ensayo clínico el 5,7% de las mujeres vacunadas tuvieron un niño prematuro, contra un 4,7% en las mujeres que recibieron placebo. Por otra parte, el 1,8% de las mujeres que recibieron la vacuna tuvo preeclampsia, en comparación con el 1,4% del grupo de placebo.
“Son peticiones normales que hace la FDA. Nos ha pedido hacer un seguimiento. Hasta hoy no hay una diferencia significativa asociada con la vacuna, son eventos que ocurren en el transcurso de un embarazo. La FDA quiere acompañar para ver si es algo normal del embarazo o si hay algo relacionado. Los estudios de seguimiento son normales para todas las vacunas. Acompañaremos a las participantes del estudio y a quienes sean vacunadas a futuro”, comentó, en entrevista con La Nación, Graciela Morales, líder de Asuntos Científicos y Médicos para mercados emergentes de la división de Vacunas y Antivirales de Pfizer.
La experta agregó que los prematuros, tanto de quienes recibieron la vacuna como de quienes recibieron el placebo, continúan en seguimiento. Hasta el momento ambos han crecido y ganado peso y desarrollo con fuerza y sin mayores contratiempos.
Esta vacuna, aunque ya fue aprobada por las agencias reguladoras, todavía necesita un paso más para ser utilizada en ambas regiones. En el caso de Estados Unidos, se requiere una reunión del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Este comité debe votar si recomienda su uso y en qué forma. La próxima reunión del ACIP está prevista para el 12 de setiembre.
En tanto, en el Viejo Continente, esto debe ser revisado por la Comisión Europea, que dará el aval de comercialización y sus posibles usos en los sistemas públicos de salud.
Protección indirecta
A diferencia de las vacunas que se ponen en los niños en los primeros días o semanas de nacidos, esta se administra a su madre mientras el bebé está en el vientre. ¿Cómo ocurre esta protección? Es la llamada inmunidad indirecta o pasiva, que se da cuando el individuo (en este caso, el bebé) no recibe el fármaco, sino los anticuerpos que lo protegen.
En otras palabras, la vacuna motivaría a la embarazada para que el sistema inmunitario desarrolle los anticuerpos y estos anticuerpos protegerían al bebé; la madre se los “pasaría” a través de la placenta.
“El sistema inmunitario inmaduro de los niños no permite producir anticuerpos competentes para combatir el virus. Contra otros virus sí es posible y por eso se vacuna contra estos desde los primeros días, pero no contra el VSR”, destacó, en una entrevista anterior, Rodrigo Sini, director de Asuntos Médicos de Vacunas para América Latina de Pfizer.
Esta vacuna usa una subunidad de la proteína F del virus, que es esa “puerta de entrada” del patógeno a nuestro cuerpo. Morales comentó que esta es una vacuna bivalente, que protege contra los tipos A y B del virus, porque ambos circulan a la vez.
“El target de la vacuna es bloquear esa interacción, evitar que el virus penetre, se multiplique y cause la enfermedad”, afirmó Morales en entrevista con La Nación.
En el ensayo clínico que dio origen a esta vacuna materna participaron 7.358 mujeres entre los 18 y los 49 años, de 24 países. Ellas tenían entre 24 y 36 semanas de gestación. Se les dividió en dos grupos, donde 3.682 recibieron 120 microgramos de dosis y 3.676 un placebo. Posteriormente, se examinaron los bebés a los 90, 120, 150 y 180 días de nacidos.
Al concluir los estudios, se vio que cuando se hablaba de enfermedad grave, la protección de la vacuna era de un 81,8% en los primeros 90 días de vida y de 69,4% en los primeros seis meses. En el grupo de placebo, las cifras fueron del 57,1% y 51,3%, respectivamente.
Los especialistas creen que con esto bastará para dar protección al bebé durante los primeros seis meses de vida, época en la que los riesgos de complicaciones del VSR son más probables. A estos bebés se les dará seguimiento para ver si en algún momento es necesario tener un refuerzo que se les aplique directamente.
¿Cuándo llegaría a Costa Rica?
Inscribir una vacuna en Costa Rica toma su tiempo. El primer paso consiste en la presentación por parte de farmacéutica al Ministerio de Salud de su dossier (expediente) con la información del producto y de los ensayos clínicos. La oficina de Pfizer en Costa Rica indicó que la vacuna contra virus sincitial todavía no se ha sometido al Ministerio de Salud. Sin embargo, el equipo ya trabaja en reunir toda la documentación requerida.
Una vez sometido el dossier, las autoridades de salud lo analizan, solicitan aclaraciones y convocan a reuniones de ser necesario.
Cuando todo está aclarado, la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) determina si da su aval y sus especificaciones de uso. Esto garantiza su entrada al país y al mercado privado, pero no quiere decir que el fármaco se utilice en la seguridad social; para ello, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) debe hacer análisis de costo-efectividad.
¿Por qué no había vacuna antes?
Conseguir esta vacuna tomó 60 años; son varias las razones. La primera está relacionada con el virus en sí mismo. La variabilidad de los antígenos (proteínas virales) es muy amplia y esto dificultaba llegar a un punto que pudiera atacar a cada virus. La proteína F, esa llave con la que el virus entra a las células, variaba una vez que invadía el cuerpo y para el sistema inmunitario es difícil seguirle la pista.
La otra razón se remonta a una tragedia sucedida en la década de 1960. En 1965, en varios centros de Estados Unidos comenzó a probarse una vacuna de virus inactivado (es decir, se inyectan virus a los que se les inhabilita para producir la enfermedad) en bebés. Los niños toleraron bien la vacuna, con efectos adversos leves.
Pero cuando llegó el otoño de 1966 y el virus comenzó a circular con más fuerza, los bebés comenzaron a infectarse y la vacuna les provocó una reacción exacerbada que aumentó sus probabilidades de hospitalización. El 80% de los niños vacunados que contrajeron el VSR requirieron hospitalización, en comparación con el 5% de los niños que recibieron un placebo. Dos de los menores participantes en el ensayo murieron.
La investigación se paralizó durante décadas para que la ciencia pudiera desentrañar qué había salido mal y por qué. ¿Por qué la vacuna más bien había hecho peor la enfermedad en los bebés?
La respuesta vino muchos años después, en 2013. Un equipo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) estudió a fondo el virus con una técnica llamada cristalografía por rayos X, que no existía en el momento de aquel ensayo clínico. Ahí fue cuando vieron el poder de metamorfosis de la proteína F.
Esta proteína es como si fuera una tijera de punta roma antes de entrar a la célula, pero al invadirla, la tijera se convierte en afilada y puntiaguda para atacar y replicarse mejor. Cuando los bebés se vacunaron, el virus inactivado ingresó como punta roma y el cuerpo lo reconoció así, pero cuando se infectaron con el virus, este cambió a la punta afilada al entrar a la célula, por eso el sistema inmunitario no lo reconoció.
Con esta información, la ciencia supo que tenía que actuar sobre esta proteína en sus diversas formas para poder atacar al virus.
Más información sobre el virus sincitial respiratorio
‘Tuve a mi hija al borde de la muerte; vi a otros niños morir’, advierte mamá sobre virus sincitial respiratorio
Vacunas contra virus sincitial respiratorio apuntan a proteger a adultos mayores
¿Qué es el virus sincitial respiratorio?
Costa Rica prueba vacuna contra virus respiratorio sincitial en adultos mayores
Fuerte pico de virus respiratorios obliga a Hospital de Niños a habilitar más camas
Vacuna para embarazadas promete proteger a bebés de virus sincitial respiratorio
Virus sincitial respiratorio: vacunar a la madre para proteger al bebé