En 2019, Costa Rica dio uno de los pasos más importantes en la salud sexual y reproductiva de sus mujeres al comenzar la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Esta vacuna protege contra las cuatro tipos de papiloma responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino y tumores anales, así como del 90% de verrugas genitales.
Esta vacuna se pone en niñas en los 10 años. La estrategia durante el 2020 era acudir a los centros educativos para inyectar ambas dosis, que se colocan con seis meses de distancia. Sin embargo, la pandemia envió a las menores a estudiar desde sus casas recién iniciado el curso lectivo y la estrategia de inoculación se vio forzada a cambiar. De las escuelas, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) pasó a inmunizar en los ebáis.
Esto hizo que la demanda bajara y que menos muchachas se inocularan. De un 95% con ambas dosis en 2019 se pasó a un 75% en 2020. El año pasado, el 85% de la población meta recibió una sola dosis, contra un 98,5% que lo hizo en 2019.
Esto también ocurrió con otros biológicos que se administran en época escolar y que debieron trasladarse a los ebáis, como los refuerzos contra sarampión, rubeola, parotiditis (paperas), además difteria y tétanos. En el primer caso, se pasó de un 109% (pues se inocularon más dosis de las previstas en un inicio) a un 76,6%. Con la difteria y tétanos, el porcentaje bajó 93,5% a 88,5%.
“Las coberturas en general no han tenido un gran impacto negativo, excepto en las que se aplican en escenario escolar; por eso que este II semestre del 2021 se han establecido y fortalecido las actividades en nivel local para aumentar la captación y aumento de coberturas de las vacunas de escenario escolar”, expresó Leandra Abarca Gómez, coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización de la CCSS.
En Costa Rica, todo el esquema básico de vacunación infantil es obligatorio.
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Acercar la vacuna a las personas
Abarca manifestó que cada área de salud conoce mejor la situación de la cobertura con cada una de las vacunas. El regreso a lecciones presenciales ayudó mucho, pero no es la única estrategia para acercar a las familias los fármacos que necesitan.
Para cerrar las brechas, las familias pueden llegar a los centros de salud y solicitar las vacunas. Esto permitiría concertar citas o, de haber disponibilidad, inmunizar de una vez.
Además, se ha fortalecido comunicación local con los padres de niños con vacunas pendientes, se coordina con centros educativos y se hacen visitas domiciliares.
Estas estrategias ya comenzaron a levantar las coberturas, aunque todavía falta trabajo. En los primeros seis meses del año, la cobertura con el biológico contra sarampión, rubeola y parotiditis llegó al 73,8% y la de difteria y tétano al 76,9%. En cuanto al VPH, se reporta una cobertura del 78% en primeras dosis y una del 66% en segundas dosis.
Abarca recuerda a todas las familias que pueden acercarse a su ebáis a solicitar las vacunas que les hagan falta a sus hijos.
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Vacunas de bebés no sufrieron bajas
Las vacunas que tradicionalmente se ponen al nacimiento y los primeros meses de vida no sufrieron bajas. Las campañas se mantuvieron tan fuertes como en los últimos años.
Por ejemplo, para la de vacuna pentavalente (que contra polio, Haemophilus influenza B, difteria, tétanos y tosferina) más bien aumentó la cobertura. Los datos de la CCSS hablan de que se pasó de un 94,6% con las tres dosis a un 95,6%. Los datos del Ministerio de Salud (que incluyen a los inoculados en centros privados) hablan de 96,1%.
Solo en el primer semestre del 2021, incluso, se rebasó la expectativa con esa vacuna pentavalente, y se llegó a un 102,7% de inmunización en la seguridad social. Es decir, se vacunó más de las personas que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) eran vacunables. Abarca indica que superar el 100% es esperable con algunos productos del esquema.
“Se rebasan los números porque se ven modificadas por población extranjera, sobre todo, migrantes. En Costa Rica, por la Ley General de Salud, por la Ley de Vacunación y el Código de Niñez y Adolescencia, se vacuna a todos los niños que se capten con dosis pendientes, vengan de donde vengan”, subrayó Abarca.
“También hay niños menores de un año que migran con sus padres y se vacunan, se captan los niños que vienen cada año acompañando la población migrante en que vienen a apoyar la recolección de café y otros cultivos. En los centros transfronterizos, también se vacunan si se captan conglomerados de niños que se pueden vacunar; hay albergues con población migrante donde también se les aplica vacunas a los niños y adolescentes”, añadió.
Inmunizaciones sí bajaron ‘dramáticamente’ en el mundo
Los números vistos en Costa Rica presentan muchas diferencias a las vistas en el resto del planeta, donde en la mayoría de los casos las bajas han sido dramáticas y exponen a los países a brotes de enfermedades que habían sido eliminadas o que solo registraban casos puntuales.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), en el que participaron 160 países señaló que, en el 2020, 23 millones de niños se quedaron sin las vacunas básicas. De ellos, se estima que 17 millones no recibieron ni una sola.
El reporte arroja que las restricciones a la circulación por la pandemia contribuyeron a un menor número de vacunaciones. Además, muchas personas se mostraron reticentes a acudir a los centros de salud para solicitar las vacunas por miedo a infectarse con covid-19.
Las regiones más afectadas son Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental. No obstante, también hay problemas en el continente americano. Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sostuvo que, en 2020, solo el 82% de los niños fueron totalmente vacunados contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, en comparación con el 91% en 2016.
La situación también es preocupante con el VPH. A nivel mundial, solamente el 13% de las niñas fueron inmunizadas, en comparación con el 15% en 2019.
La tasa de vacunación para la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión fue del 71%, para controlar la enfermedad, son necesarias tasas superiores al 95% de cobertura.
“Los países y la comunidad de la salud en general deben asegurarse de que las nuevas olas de la covid-19 y el despliegue masivo de vacunas contra esta enfermedad no frustren la inmunización sistemática, y de que se sigan reforzando las actividades para ponerse al día con la vacunación”, concluyó Etienne.
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