"La anorexia no es un problema de conducta, no es una moda, no es una elección: es una enfermedad, un trastorno mental, y en este se han identificado variantes en los genes que podrían aumentar el riesgo de padecerlo".
Así, Tomás Silber, médico argentino especialista en atención a los adolescentes, comenzó su ponencia sobre "el enigma de la anorexia", que presentó la tarde de este miércoles en el Congreso Nacional de Adolescencia y Juventud, el cual se celebra esta semana en la Universidad Latina, en San Pedro de Montes de Oca.
La anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por dietas estrictas, ayunos y bajar de peso drásticamente. En ocasiones, se acompaña de rutinas fuertes de ejercicios con el fin de perder kilos.
Muchas veces, quienes lo sufren ( 90% de los casos son mujeres) presentan el llamado trastorno dismórfico corporal, en el que, a pesar de tener una extrema delgadez, las personas se ven a sí mismas como si fueran obesas.
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Silber indicó cómo hay áreas en los cromosomas 1,4 y 10 que podrían contener variantes genéticas que aumentan el riesgo de este mal. En su mayoría están orientadas a la gratificación y recompensa, y al control de impulsos.
"Hay estudios en donde se observan cambios en la estructura de las personas con anorexia, pero no sabemos si esas modificaciones ya estaban antes de la enfermedad, si el mal en sí varió la estructura cerebral o si este problema se dio porque la estructura cerebral ya tenía alteraciones", reflexionó Silber.
No obstante, el científico cree que si se toman en cuenta los análisis efectuados a familiares de pacientes que no han desarrollado la anorexia, se puede ver que algunos de estos cambios ya están presentes en ellos. Entonces, se podría pensar que existen factores predeterminantes. "Esto no quiere decir que la enfermedad vaya a desarrollarse, pero sí que hay un riesgo mayor", aclaró.
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Según el especialista, en la mayoría de los casos, la sensibilidad al trastorno aumenta a partir de los cambios propios de la pubertad.
Además, es común que los pacientes sufran también trastornos de ansiedad o depresión.
Características del mal
De acuerdo con Silber, el pronóstico y el tratamiento de la anorexia pueden variar según la edad y el sexo de cada persona.
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"Cuanto más temprano se detecte, más fácil será tratarlo. También es más sencillo cuanto más joven es la persona. Es más factible tratar a una niña de 10 o 12 años que a una de 17 o 18. Los hombres también son más fáciles que salgan adelante. Pero lo cierto es que no es un mal incurable o que quien la padece está condenado a muerte. Eso es falso, solo un tercio de las personas desarrolla una enfermedad así de crónica", manifestó el especialista.
Silber agregó que se trata de personas a las que les es difícil leer sus propias emociones y que son tan perfeccionistas que se casan con la idea de hacer dieta y de lograr adelgazar lo más posible.
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¿Cómo ayudar?
Para Silber, es vital que los padres estén cerca. Sin embargo, el juzgar, reclamar o hacerse las víctimas con ellos no les hace bien a los hijos.
"Primero debemos concentrarnos en que coman y ganen peso, ya después de eso será más sencillo hablar del tema y recuperar a la persona", manifestó.
¿Qué deben hacer los amigos? No aislar al joven, no juzgarlo y tratar de hablar con adultos responsables que sepan cómo guiar el tema.