La vacuna contra la viruela humana, virus de la misma familia de la viruela del mono, surge como una esperanza para contener los brotes aparecidos en regiones donde nunca antes se había visto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió, la mañana de este martes, una guía con recomendaciones de cuándo, a quiénes y bajo qué circunstancias aplicar este biológico.
Esta guía es interina y estará en constante revisión para actualizarse en cuanto sea necesario.
“La OMS no recomienda una vacunación masiva. Aunque las vacunas de viruela pueden brindar protección, hay pocos datos clínicos y las existencias son limitadas. Cualquier decisión debe ser tomada por los individuos que están en riesgo y quienes lo están tratando. Es un caso a caso personalizado“, señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la entidad durante conferencia de prensa.
El documento también es enfático en que estas vacunas, por las características de la enfermedad, del brote que están produciendo y de la disponibilidad, deberán ser para casos específicos.
“Para contener el brote actual, las medidas de salud pública incluyen aislamiento estricto para los pacientes durante su período infeccioso. Esto se da cuando todas las lesiones de la piel se sequen, formen costras y se caigan. Esto puede tomar de dos a cuatro semanas”, cita la guía.
El documento añade: “si hay vacunas disponibles se les puede ofrecer a los contactos, pero esto será una estrategia adjunta, no una sustitutiva de las otras medidas”.
El reporte confirma que en este momento el riesgo para la población es considerado como bajo. Esto podría cambiar si el brote no lograra controlarse.
Una de las ventajas es que esta enfermedad es de difícil transmisión, pues se requiere de contacto físico estrecho durante algún espacio de tiempo. Esto puede suceder en personas que convivan o que tengan relaciones íntimas.
Costa Rica no dispone de estas vacunas. Al confirmar el primer caso de viruela del mono en nuestro país, la ministra de Salud, Josselyn Chacón señaló que para adquirirlas se debe negociar una compra grande para toda la región a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
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¿En qué casos sí debe usarse?
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Esta es una recomendación fuera de etiqueta (off label, en inglés), lo cual quiere decir que va más allá del recomendado en la etiqueta de los productos farmacéuticos, y esta no cambiará de momento. Sin embargo, cada país tiene el poder de decisión.
¿Qué vacunas usar? De acuerdo con la OMS, algunos países han mantenido guardadas vacunas contra la viruela humana de las mismas que fueron utilizadas en la campaña de erradicación de la enfermedad. Estos biológicos se colocaron por última vez en 1980, en otros países, incluso antes. Uno de ellos es Costa Rica, donde la última vacuna de estas se puso en 1959. Según la OMS, estas vacunas no son recomendadas porque no tienen los estándares de manufactura de hoy.
Posteriormente, se crearon vacunas de segunda y tercera generación contra la viruela, que son más eficaces y seguras. La vacuna que hoy se aplicaría principalmente es de la farmacéutica danesa Bavarian Nordic, única que tiene licencia en algunos países para aplicarse contra la viruela del mono. Esta empresa ya anunció que tiene pedidos de “varios países” para tener reservas contra la viruela símica.
Este biológico utiliza el virus atenuado para provocar una respuesta inmunitaria en las personas.
¿A quiénes sí vacunar? La OMS establece dos siguientes grupos:
- Quienes fueron contacto de un caso confirmado y muy posiblemente estuvieron en contacto con el virus. Lo óptimo es inocularlos en los primeros cuatro días posteriores a la confirmación del caso o al momento en el que ocurrió el contacto. Se las dará seguimiento por si aparecieran síntomas.
- Quienes están en mayor riesgo de exposición: trabajadores de la salud, personas que convivan con un caso confirmado que anteriormente no hubieran tenido contacto. Si estas personas llegan a tener contacto, deberán ser monitoreadas durante 21 días.
Estos grupos podrían cambiar si los brotes aumentaran y se vieran en mucho mayor medida de lo que se ve hoy.
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Posible declaratoria de emergencia de salud pública
Las últimas estadísticas de la OMS mencionan que, a este miércoles 8 de junio, había más de 1.000 casos confirmados en 29 países donde la enfermedad no es común. No se han dado fallecimientos, pero Adhanom Ghebreyesus mencionó este martes una posible muerte en Brasil que está bajo investigación.
Reportes elaborados por investigadores independientes hablan de que a este martes 14 de junio, había 1.576 confirmados, dos probables y 42 sospechosos en 42 países. Argentina y México son los únicos países latinoamericanos con casos confirmados. Hay sospechosos en Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. En Costa Rica se descartó el caso sospechoso.
El director de la OMS es consciente de que este brote se está diseminando más de lo esperado. Por eso, este jueves su comité de emergencia se reunirá para determinar si esta enfermedad puede ser declarada como una emergencia de salud pública de preocupación internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).
Una PHEIC es una declaratoria en la que se le pide a todos los países estar pendientes y con protocolos preventivos activados. También habilita a la OMS a desplegar apoyos logísticos y técnicos para los países que están siendo afectados por la enfermedad.
La OMS descartó que esta enfermedad fuera PHEIC en mayo pasado, pero hoy lo vuelve a considerar. Con covid-19, se tuvieron dos negativas antes de declararla oficialmente.
En este momento, hay otras dos PHEIC activas: una por la covid-19 y otra por la polio.
Anteriormente, se han dado declaratorias por ébola (tres veces), por la influenza AH1N1 y por el zika. Todas estas se levantaron cuando se consideró que ya no eran emergencia.
Hubo otros dos casos en los que la OMS se reunió y no encontró motivos para declarar una PHEIC: por MERS y por fiebre amarilla.
Es importante aclarar que esta declaratoria no implica que estemos ante una pandemia, pues se da esa clasificación cuando hay transmisión de humano a humano sostenida en varios continentes.
Una PHEIC tampoco implica que el virus sea altamente letal, quiere decir que sus características (en este caso, de transmisión en lugares donde no es usual) ameritan una vigilancia de cerca.
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