“Se han notificado 550 casos en más de 30 países donde el virus de la viruela del mono no es endémico. Se están realizando investigaciones epidemiológicas. Sin embargo, la aparición repentina de la enfermedad en muchos países al mismo tiempo sugiere que puede haber habido una transmisión no detectada durante algún tiempo”.
Estas son palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien en conferencia de prensa advirtió de que es muy probable que estos casos sigan surgiendo y que en este momento haya un subregistro.
Reportes elaborados por investigadores independientes hablan de que a este jueves 2 de junio, había 772 confirmados, tres probables y 50 sospechosos en 35 países.
Costa Rica ya aparece en esta lista con el caso sospechoso de la turista noruega de 21 años que se notificó este miércoles. Otros países de América Latina presentes son Argentina, que confirma dos pacientes y México que contabiliza uno. Entre los sospechosos, además de Costa Rica están Uruguay, con cuatro, Brasil, con dos, y Bolivia y Paraguay, con uno.
Rosamund Lewis, jefa técnica de viruela del mono de la OMS,tranqui confirmó que pudo haber circulación no detectada desde hace tiempo, pero no se sabe si se trata de semanas, meses o incluso un par de años.
“No sabemos si es demasiado tarde para contener el virus. La OMS y los estados miembros están tratando de prevenir la expansión. Por eso es necesario aislar a los casos y dar seguimiento a los contactos. No es demasiado tarde para realizar este trabajo”, aseguró.
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Mayor dispersión
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Los casos no solo están presentes en países del mundo donde antes no se veían. Además, la velocidad con la que se transmite es mayor a la vista en los brotes en países donde la enfermedad es común. Sobre esto, hay varias hipótesis.
Uno apunta a que la vacuna contra la viruela humana ofreció durante décadas protección cruzada contra la viruela símica. Pero, como la enfermedad se erradicó en 1980, este biológico dejó de aplicarse y son cada vez menos las personas que la tienen. En Costa Rica, la enfermedad se eliminó en 1933, pero se continuó vacunando incluso hasta 1959, lo cual quiere decir que la población nacida después de ese año no cuenta con dicha protección.
“La inmunidad colectiva ya no es la que era”, resumió Lewis. “Estos virus pertenecen a la misma familia vírica. La vacuna contra la viruela humana ofrece una eficacia cercana al 85% contra la viruela del mono. Hay que seguir estudiando el tema para tener respuestas más certeras”.
El virólogo costarricense David Loría tiene el mismo criterio: “el objetivo siempre fue dejar de vacunar a la población en algún momento cuando se llegase a erradicar la viruela, no seguir vacunado a la población para algo que ya no está circulando en el planeta”.
“Teníamos un beneficio extra en ese momento, porque la vacunación estaba evitando esos brotes frecuentes de viruela de mono. El resultado ahora es que volvemos a la normalidad y que el virus haga brotes de forma periódica en la población que no recibió esa protección cruzada”, expuso.
Las autoridades mundiales de salud sí tienen existencias de algunas vacunas contra la viruela humana por si sucedía un evento como este. Sin embargo, no se recomienda una campaña general de vacunación, más bien que se dé en casos puntuales, como los contactos y los profesionales de la salud encargados de atender estos casos.
Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS, también indicó que hay que tomar en cuenta que esta es una enfermedad zoonótica, es decir, que se transmite de animales a humanos.
“Existe una presión ecológica en el sistema. No sabemos cómo está cambiando el comportamiento. Hay una gran fragilidad ecológica entre el animal y el ser humano y esto aumenta el riesgo de transmitirse. Esto no ha aumentado solo en la viruela del mono, también en otras enfermedades, como la gripe aviar”, señaló.
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