Una de las hipótesis sobre la diseminación de la viruela del mono, en países donde antes no se había visto, es que la protección colectiva de la vacuna contra la viruela humana (un virus de la misma familia) ha ido disminuyendo y por eso ahora somos vulnerables. Por la cercanía genética entre ambos virus (ambos son orthopuxvirus), esta vacuna daría una protección cercana al 85% a quienes se la aplicaron.
La viruela humana se erradicó del mundo en 1980 y no se volvieron a dar casos. Esta es la única enfermedad que ha sido erradicada por vacunación.
Al desaparecer los casos de este mal, este biológico dejó de aplicarse y son cada vez menos las personas vivas que alguna vez se colocaron este biológico.
En Costa Rica, la enfermedad se eliminó en 1933, pero se continuó vacunando incluso hasta 1959, lo cual quiere decir que la población nacida después de ese año no cuenta con dicha protección. Las personas más jóvenes que accedieron a este fármaco tienen 63 años.
Además, hay otras cosas que deben tomarse en cuenta, según la infectóloga pediatra y exministra de Salud, María Luisa Ávila. Por ejemplo, las campañas de vacunación no fueron universales, como la de covid-19, o masivas, como la de la influenza. Estas fueron muy puntuales.
“No quiere decir que si yo nací en esa época yo haya sido vacunada”, puntualizó. “La estrategia de erradicación de viruela fue que aparecía un caso y se vacunaba en anillo alrededor. Se vacunaba a los vecinos y a gente con contacto cercano. Así se fue conteniendo. Si usted no estuvo en contacto con un caso, es posible que nunca la hayan vacunado y no tuviera esa protección”.
Y, además, la protección de la vacuna disminuye con el tiempo.
“La protección también depende de en qué momento se vacunaron. Por ejemplo, México vacunó muchos años después de que se vacunara en Costa Rica. Ahí hay gente relativamente joven que posiblemente sí la recibió. Aquí, en la gente que eventualmente fue vacunada hace más tiempo, las personas son mayores y los anticuerpos van decayendo con el tiempo. Si se enfrentan a un virus parecido, podría ser que quede algo de inmunidad celular que haga que el sistema inmune recuerde ese estímulo”, explicó Ávila.
A esto hay que añadirle que los virólogos que han estudiado directamente ambos patógenos indican que la protección cruzada podría ser robusta durante los primeros cinco años y, luego, decaer.
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¿A quiénes vacunar?
Rosamund Lewis, jefa técnica para viruela del mono de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recordó que con la erradicación se guardaron algunas dosis de vacunas contra la viruela y se guardaron por si en algún momento llegaran a necesitarse nuevamente.
“Son vacunas bastante estables en condiciones de frío. Las reservas son de vacunas de primera generación; no cumplen con los estándares de nueva generación. Ahora, se nos plantea si podemos usarlas, hasta cierto punto podemos utilizarlas, pero recordando que las reservas son limitadas”, expresó.
Ávila agregó que debe analizarse cómo está la condición de las vacunas, dado que tienen mucho tiempo guardadas. Sin embargo, estas sí lograron aprovecharse en un brote anterior de viruela de mono en Estados Unidos en 2003.
“Tomaron una vacuna y, con base en su contenido, sacaron cinco y así se fue inoculando a quienes trabajaron con el virus”, recordó la especialista.
También, hay laboratorios que buscan opciones específicas contra la viruela de mono. No obstante, esta no sería para realizar campañas masivas.
“Un grupo de expertos ha estado revisando directrices iniciales. Serían vacunas para personas que hayan tenido contacto con enfermos y con trabajadores de la salud que puedan estar en contacto con estas personas en atención primaria, atención de emergencia u hospitales”, recalcó Lewis.
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Sin potencial de pandemia
En este momento, los datos oficiales de la OMS hablan de 550 casos en 30 países. Reportes elaborados por investigadores independientes hablan de que a este viernes 3 de junio, había 911 confirmados, uno probable y 72 sospechosos en 36 países.
¿Corremos el riesgo de una nueva pandemia? Ávila insiste en que esta enfermedad no tiene potencial pandémico. La primera razón es que este no es un virus nuevo, no tiene ese poder de diseminación.
Por otra parte, este es un virus de ADN y no muta con tanta rapidez como los ARN. SARS-CoV-2 sí es un virus ARN y por eso mutó más rápido y, al ser nuevo, sí logró tener ese poder de convertirse en pandemia. Sí muta, pero jamás a una velocidad de un virus como el que causa covid-19.
“La gente puede estar tranquila con eso. No alcanzará un nivel de pandemia. Y también es un virus menos transmisible y su agresividad no es tan alta por lo que hemos podido observar”, señaló la infectóloga.
Lewis es de la misma opinión: “En este momento solo estamos hablando de brotes específicos. Se han visto en varios países, pero siguen siendo muy puntuales”.
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La varicela no ‘protege’ contra viruela símica
Una pregunta que ha sido común en los últimos días es si quienes han tenido varicela anteriormente, o han sido vacunados contra esta, tienen algún nivel de protección contra esta enfermedad. La respuesta es no.
“Son familias diferentes. La varicela es de la familia de los herpesvirus, no es orthopoxvirus. Son virus absolutamente diferentes, no tienen ningún parentesco entre sí y provocan enfermedades muy diferentes”, aseveró la infectóloga.