Una sola dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) será suficiente para proteger contra el cáncer de cérvix, de acuerdo con la recomendación del Grupo Técnico Asesor (TAG, por sus siglas en inglés) en Inmunizaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De esta forma, los países deberán considerar de ahora en adelante un esquema de una sola inyección, que también protege contra tumores como el de vulva, ano, pene laringe y orofaringe.
Estas recomendaciones van en línea con las realizadas en diciembre pasado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Una sola dosis de la vacuna contra el VPH es suficiente para generar una respuesta inmune que provea una protección similar al de un régimen multidosis. La protección se mantiene para la infección inicial y la persistente (tiempo que el virus se queda en el cuerpo)”, destacó el reporte.
Sin embargo, las personas con algún nivel de inmunocompromiso (problemas inmunitarios por una enfermedad, trasplante o medicamento que tomen) deberían recibir dos dosis con un intervalo de seis meses entre una y otra.
De los países de la OPS, 47 (el 92%) ya incluyeron este fármaco dentro de su esquema básico para niñas, y 27 (53%) también incluyen a niños. Hay diez naciones (el 23%) que ya migraron a un esquema unidosis: Bolivia, Guatemala, Guyana, Jamaica, México, Perú, y en el Caribe, las Islas Turcas y Caicos, Anguila y Montserrat.
Vacunación en Costa Rica
En Costa Rica, desde junio de 2019, esta vacuna se administra a través de la seguridad social a niñas de 10 años, a las que se les aplica dos dosis con seis meses de diferencia entre una y otra. Mujeres de más edad u hombres pueden conseguirla en la medicina privada.
De inyectarse a niños, reciben las mismas dos dosis que las niñas; en los adultos el esquema ha sido de tres dosis, hasta el momento.
Si se adoptara un esquema de una única dosis, con la misma cantidad de biológicos sería posible vacunar a otros grupos poblacionales, como mujeres adolescentes que no fueron cobijadas por las campañas anteriores porque tenían más de 10 años cuando el país empezó a aplicar el fármaco.
También podría pensarse en cubrir a los varones de 10 años, que también pueden verse afectados por cáncer de pene, ano, orofaringe y verrugas genitales. Además, al ser ellos portadores del virus, podría reducirse el riesgo de transmisión.
Sin embargo, los especialistas recuerdan que la prioridad deben ser las niñas entre los 9 y los 14 años.
En nuestro país la decisión de migrar al esquema unidosis corresponde a la Comisión de Vacunación y Epidemiología (CNVE), órgano adscrito al Ministerio de Salud que determina todo lo concerniente a campañas de inoculación.
La Nación consultó si ya se evalúa tener un esquema de una sola dosis. A través de la oficina de prensa, el Ministerio respondió que el tema no ha sido discutido, pero que se encuentra dentro de la agenda para ser discutido en las próximas sesiones de la CNVE.
“Cualquier decisión que se tome al respecto, será comunicada de manera oportuna”, indicó la entidad.
El virus
La vacunación busca combatir un microorganismo de transmisión sexual. Trece de los 150 tipos del VPH pueden infectar células del cérvix.
Una persona podría portar el VPH sin saberlo y, a través de diferentes prácticas sexuales, contagiar a sus compañeros. Por ello, se darían tumores en el cuello de útero, ano, pene, vulva, garganta y boca.
Cerca del 80% de las personas han tenido una infección por VPH. Casi siempre, el cuerpo combate la infección y la elimina por sí mismo, en esos casos, el individuo ni se percata de que la tuvo, pero a veces se forman lesiones que, con los años y si no se tratan, derivan en cáncer.
Hay tipos del virus que son más agresivos y cancerígenos que otros. Por ejemplo, los tipos 16 y 18 del VPH son responsables de aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero, del 75% al 80% de los tumores anales, del 70% de las lesiones precancerosas de vulva y vagina relacionadas y del 75% de las lesiones precancerosas del ano.
Entretanto, los tipos 6 y 11 del VPH son responsables de aproximadamente el 90% de los casos de verrugas genitales.
La vacuna
Costa Rica utiliza la vacuna Gardasil 4, de la casa farmacéutica MSD, que protege contra los tipos 6, 11, 16 y 18. Este biológico funciona con proteínas no infecciosas altamente purificadas. Esto quiere decir que, en lugar de virus inactivados o “dormidos”, utiliza proteínas generadas por este. Cada uno de los tipos de VPH contiene en su superficie proteínas, entonces los científicos aíslan las de su interés, las purifican en laboratorio y con esto se obtiene la vacuna.
Estas partículas no son infecciosas porque no tienen el ADN del virus.
Sin embargo, la vacuna no es la única arma. El informe recuerda la necesidad de que en mujeres de 35 años o más, que ya han estado más expuestas al virus, se hagan pruebas de detección para así tratarlo y prevenir lesiones.
Estudios clave en Costa Rica
Investigaciones realizadas en nuestro país han sido trascendentales para el entendimiento del virus y para saber cuántas dosis son necesarias para alcanzar protección.
El médico e investigador Rolando Herrero Acosta y su equipo formaron el Proyecto Epidemiológico Guanacaste (PEG), que entre 1997 y 2004 analizó las características del cáncer de cuello uterino en la provincia. Entre 2004 y 2006 se probó la vacuna contra el papiloma Cervarix. En dicho ensayo, se usó un esquema de tres dosis.
Herrero explicó que, por algunas razones, no todas las mujeres recibieron las tres dosis. De las 7.466 participantes, 891 recibieron dos dosis y 549 solo una.
Al ver los resultados a cuatro años plazo, publicados en 2011, se determinó que la cantidad de anticuerpos era mayor cuantas más dosis se tenían. Sin embargo, no eran necesarios tantos anticuerpos, ya que una dosis protegía a las mujeres de infecciones y de lesiones precancerosas.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Journal of the National Cancer Institute (JNIC).
A las mujeres se les ha seguido analizando. Posteriormente, en 2018, el estudio a 10 años plazo confirmó la eficacia de esta única dosis. Dichos resultados fueron presentados en el XXXII Congreso Internacional de Papilomavirus, en Australia.
“Dos dosis siempre van a generar más anticuerpos que una, pero lo que nuestros estudios han mostrado es que no se necesitan tantos anticuerpos para prevenir la infección y protegerse del cáncer. Hemos visto cómo, a través de los años, una sola dosis ha protegido a las mujeres del primer estudio”, evidenció Herrero.
Sin embargo, el fin de dichos estudios no era revisar el impacto de una sola dosis, y por eso se realizaron nuevas pesquisas para comprobarlo. Con esa idea, Herrero y su equipo formaron la Asociación Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB).
Primero comenzó a desarrollarse el proyecto ESCUDDO, que pretende establecer si una dosis de la vacuna es suficiente para adolescentes; en este participan 20.000 jóvenes costarricenses. Desde febrero anterior, también se realiza el ensayo PRISMA, que determinaría si una dosis basta para las mujeres entre 18 y 30 años.
También está en desarrollo la investigación PRIMAVERA, cuyo objetivo es demostrar que una dosis de la vacuna más inmunogénica (capacidad de generar reacción ante un patógeno), en este caso, Cervarix, confiere una protección no inferior a la protección que dan tres dosis de la vacuna Gardasil, de la casa MSD.
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