El Hospital Nacional de Niños (HNN) reportó a 18 menores enfermos con el síndrome Kawasaki, entre enero y abril de este año.
Se trata de una extraño mal que inflama los vasos sanguíneos y puede dañar el corazón si no hay atención oportuna.
En el 2005, el hospital atendió a 25 niños con el síndrome. Este año, lleva ya 18 casos en tan solo cuatro meses.
Los especialistas no pueden afirmar aún si las cifras para el 2006 superarán a las de períodos anteriores.
En países asiáticos se presentan picos de casos cada cinco o diez años, sin que estén aún claras las razones del incremento.
Altas temperaturas. El síndrome lleva el apellido de su descubridor, el japonés Tomisaku Kawasaki, quien en 1967 describió esta enfermedad que suele atacar a infantes.
Rolando Ulloa, infectólogo del HNN, explicó que entre sus síntomas están temperaturas de hasta 40 grados centígrados por más de cinco días, brotes en la piel e inflamación de labios y lengua.
Agregó que los niños también sufren de inflamación y descamación en sus manos y pies, así como enrojecimiento de los ojos.
Algunos pacientes tienen además descamación en los genitales y enrojecimiento donde recibieron la vacuna de la tuberculosis.
La edad promedio de los niños más afectados es de dos años.
Es muy extraño que un menor sufra dos veces este mal.
Para su atención, el niño debe ser hospitalizado: recibe antiinflamatorios (gammaglobulina por vía venosa) y aspirina para evitar la aparición de coágulos.
Se desconocen las causas que provocan el síndrome Kawasaki, pero algunos estudios indican que podría aparecer debido a una infección severa.
Atentos. El diagnóstico del síndrome Kawasaki se obtiene a partir de los síntomas, porque no existe un examen de laboratorio para identificar el mal.
Es importante que los padres acudan rápido al médico si sus hijos presentan alguna de las señales de este padecimiento, como altas temperaturas.
Si el diagnóstico no se hace a tiempo, las arterias coronarias se pueden dilatar porque la enfermedad provoca una inflamación especialmente en esos vasos.
Un niño con un diagnóstico tardío puede sufrir, además, trombosis y aneurismas.
Se sospecha que algunas muertes súbitas de adultos jóvenes, especialmente de varones, tienen como causa este síndrome en edades infantiles.