Darmstadt, Alemania Agencias La primera sonda lunar europea, Smart-1, se estrellará hoy a las 11: 45 p. m. (hora de Costa Rica) con la Luna a una velocidad de 7.200 kilómetros por hora y finalizará así una exitosa misión científica de 16 meses de duración.
El choque se producirá en el llamado Lago de la Excelencia de la Luna y creará un pequeño cráter de 3 a 10 metros de diámetro.
En ese momento, la sonda Smart-1, morirá y en el centro de control de operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) dejarán entonces de oír su señal.
La fecha y el lugar de la caída de esta pequeña nave de un metro cúbico se eligió pensando en que los científicos puedan verlo desde la Tierra sin la interferencia del Sol, ya que si este la iluminara directamente, impediría su visibilidad.
La estación de la ESA en Australia recopilará los últimos datos de Smart-1 , unos 20 minutos antes del impacto.
Numerosos observatorios participarán en esta acción científica única para ver de forma coordinada la nube de polvo que generará la nave al chocar con la Luna.
Analizar la reflexión del polvo con el Sol permitirá determinar qué materiales y minerales hay en esa región del satélite de la Tierra y así poder descifrar su origen y formación.
Como una consecuencia de la fuerza de la gravedad lunar, todo objeto colocado en órbita alrededor del satélite natural de la Tierra está condenado a terminar allí su vida en cuanto se deje de corregir su trayectoria o no sea eyectado fuera del campo del atracción.
Más que un cubo. Smart-1 es una nave en forma de cubo que mide un metro de lado y pesa 290 kilogramos. Su nombre se deriva de un acrónimo en inglés que significa ‘ Pequeñas Misiones de Tecnología e Investigación Avanzada ’ .
La sonda fue lanzada el 28 de setiembre del 2003 del centro espacial guyanés de Kurú con un cohete Ariane-5 y entró en órbita lunar en noviembre del 2004.
Smart-1 empezó sus observaciones científicas en marzo del 2005, al colocarse en órbita elíptica polar –es decir en los polos lunares– a una distancia de entre 300 y 3.000 kilómetros.
El principal objetivo de la primera parte de la misión fue probar nuevas tecnologías de vehículos espaciales. Por eso Smart-1 utilizó xenón como combustible y un sistema de propulsión iónico.
Como se ahorró combustible gracias a este motor iónico, la misión fue prolongada un año más de lo inicialmente programado.