
A principios de 2024, la gripe aviar, que llevaba casi tres décadas propagándose por todo el mundo, hizo algo totalmente inesperado: apareció en las vacas lecheras del Mango de Texas.
Una peligrosa gripe aviar circulaba de repente entre los mamíferos, mamíferos con los que las personas tienen un contacto continuo y extenso.
Thomas Friedrich, virólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison pensó “así es como empiezan las pandemias”.
Esta gripe aviar, que los científicos denominan gripe aviar altamente patógena, o H5N1, se encuentra ya en estado panzoótico —pandemia animal—, matando aves en todos los continentes, excepto Australia. Ha afectado también a diversos mamíferos: gatos, cabras, visones, tigres, focas y delfines. Hasta ahora, Estados Unidos es el único país en el que el virus H5N1 afecta a las vacas; ha aparecido en centrales lecheras de al menos 17 estados.
“Es el mayor brote de enfermedad animal que hemos tenido”, afirmó Maurice Pitesky, investigador veterinario de la Universidad de California en Davis.
Mientras el virus ha viajado alrededor del mundo en las alas de las aves migratorias, ha infectado a más de 960 personas desde 2003, matando aproximadamente a la mitad de ellas. Desde principios de 2024, ha infectado a docenas de personas en Estados Unidos —principalmente trabajadores agrícolas— y mató a una de ellas en enero de 2025.
Hasta ahora, la H5N1 no ha adquirido el truco de pasar con facilidad de una persona a otra. Por ahora, tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., como la Organización Mundial de la Salud, califican de bajo el riesgo para la salud pública. Pero la situación podría cambiar.
“Lo que pasa con este virus es que cada vez que creemos saber lo que va a pasar, hace algo totalmente inesperado”, dijo Michelle Wille, ecóloga de virus en el Centro Colaborador de la OMS para Referencia e Investigación de la Gripe en Melbourne, Australia.
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El salto a humanos
Biológicamente, el H5N1 no es tan diferente de cualquier otro virus de la gripe A, el tipo que reside principalmente en las aves silvestres y murciélagos, y que ocasionalmente ha saltado a humanos. Tiene ocho fragmentos de material genético que codifican 11 proteínas. Dos de ellas, la “H” y la “N”, son clave. H significa hemaglutinina: se adhiere a los azúcares de las células para que el virus pueda entrar. N significa neuraminidasa: permite que las partículas víricas recién nacidas salgan de sus células.

Pero hay mucha variedad posible. El virus de la gripe A tiene al menos 19 opciones para la proteína H y 11 para la proteína N, la mayoría están presentes en las diversas cepas de gripe que infectan a las aves acuáticas salvajes. La H5N1 tiene la versión 5 de la proteína H y la versión 1 de la proteína N.
También existen variantes para los otros genes. Si dos virus de la gripe diferentes se encuentran en una célula que ambos han infectado, pueden intercambiar genes, creando nuevos tipos.
Todo tipo de virus de la gripe A infectan los intestinos de las aves acuáticas salvajes, normalmente sin causarles daño. Pero pueden causar problemas si se trasladan a otras criaturas.
Y el salto de las aves a los humanos no es fácil. Los científicos habían supuesto que, para infectar a las personas, un virus A de la gripe aviar tendría que intercambiar genes con otro virus de una especie intermedia, como el cerdo, para adaptarse a la biología de los mamíferos.
Pero en 1997 en Hong Kong, un niño de tres años murió tras sufrir fiebre alta y neumonía. Los expertos tardaron tres meses en identificar el virus. Al principio, nadie creía que fuera H5N1, dijo Robert Webster, virólogo y profesor emérito del St. Jude Children’s Research Hospital de Memphis, Tennessee, que dirigió uno de los equipos que lo identificaron. Se suponía que un virus con un H5 era un virus de gallina. Pero este H5N1 infectó a 18 personas y mató a seis de ellas.
Webster y otros expertos viajaron a Hong Kong, donde se protegieron inhalando virus H5N1 inactivado obtenido de ese primer caso, tal como Webster relató en el Annual Review of Virology.
“Lo que dejó a todo el mundo boquiabierto fue que los humanos se infectaron claramente con el virus aviar, saltándose el paso del cerdo”, dijo Friedrich.
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Las ‘bolas curvas’ del virus
El vasto linaje vírico seguiría desafiando las expectativas de los científicos. El H5N1 se propagó de granja en granja. Siguió infectando a las personas, normalmente a las que estaban en contacto muy estrecho con sus aves domésticas.
En 2005, el virus lanzó otra bola curva: se propagó de nuevo a las aves silvestres, ya en una forma lo bastante alterada como para ser mortal para ellas, matando a miles de gansos, gaviotas y cormoranes grandes en la Reserva Natural del Lago Qinghai en China.
“Eso sentó las bases de la situación actual”, dijo Richards.
Más aves introdujeron el H5N1 en Europa y África. Mediante mezclas y combinaciones genéticas, el H5 se unió durante un tiempo a otras cepas, como la N8.
El virus siguió propagándose en Asia, Europa y África. En 2020, empezaron a aumentar los informes de infecciones por virus H5 en aves silvestres y domésticas. Una nueva variante del gen H5, denominada 2.3.4.4b, se detectó por primera vez en los Países Bajos. Los virus portadores de este H5 parecen tener una capacidad especial para cruzarse e infectar a los mamíferos, afirmó Friedrich.
En 2021, la variedad 2.3.4.4b de H5 había vuelto con una forma de N1.
“A partir de ahí, empezamos a ver este evento de propagación masiva”, dijo Wille. El virus llegó a Norteamérica a finales de 2021, esta vez para quedarse.
La panzootia había comenzado.

Bioseguridad imperfecta
Cuando las aves emigran al sur para pasar el invierno, llevan el virus H5N1 a las granjas avícolas. La mayoría de los pollos infectados morirán, y la principal defensa es el sacrificio. En EE.UU. se han sacrificado más de 166 millones de gallinas desde 2022.
Parte del problema, según Pitesky, es que las granjas avícolas suelen estar situadas cerca de fuentes de agua donde las aves migratorias pernoctan, lo que pone en estrecha proximidad a los animales salvajes y domésticos.
Desde hace un par de décadas, empresas han diseñado vacunas para aves contra la gripe aviar altamente patógena H5, actualizándolas a medida que el virus evolucionaba. El USDA anunció en enero de 2025 que actualizaría sus reservas de vacunas para gallinas.
La vacuna es eficaz para prevenir los síntomas y la muerte, pero no previene la infección ni la transmisión viral, afirmó Kumar.
EE.UU. nunca ha permitido la vacunación generalizada de las aves de corral contra la gripe aviar altamente patógena, aunque las aves de corral reciben una serie de otras vacunas.
Existe la preocupación de que la vacunación pueda acelerar la mutación del virus. Pero el gran problema que bloquea la vacunación es que hacerlo podría limitar el comercio internacional de aves de corral, y Estados Unidos es uno de los principales exportadores de aves de corral vivas. Un animal vacunado podría ser portador del virus sin presentar síntomas, y muchos países no quieren aves que puedan ser “portadoras invisibles”.
Para sortear ese problema, la vacuna de la empresa Zoetis tiene un truco. Al preparar el virus inactivado, los científicos usaron la N2, en lugar de la N1 con la que el H5 se ha emparejado recientemente. Esto permite comprobar si las aves tienen anticuerpos que indiquen que han estado expuestas al N2 de la vacuna, al N1 del virus real o a ambos.
Repercusión en las centrales lecheras
La aparición del virus en las centrales lecheras de Texas en 2024 fue una sorpresa para los expertos: “la literatura sugería que las vacas lecheras no contraen la gripe A”, dijo Pitesky —pero, “las vacas no leen la literatura”—. A las centrales lecheras les pilló desprevenidas, sin las directrices ni los sistemas de apoyo que existen para las aves de corral. Y, según algunos informes, han tardado en adoptar medidas de bioseguridad.
Las vacas infectadas por el virus H5N1 suelen sobrevivir. La inflamación de sus ubres, o mastitis, hace que su leche se vuelva espesa y amarillenta; las salpicaduras de leche contaminada en las salas de ordeño crean la posibilidad de que el virus pase de un animal a otro.
El USDA ahora exige en los 48 estados contiguos que se analice la leche para detectar la presencia del virus H5N1. Esas pruebas identificaron dos nuevos contagios de H5N1 en rebaños lecheros, en Nevada y Arizona, notificados en febrero de 2025.
Y, preocupantemente, ese virus era una versión diferente de la que infectó a las vacas en 2024. Ese contagio de 2024 era de una H5N1 con una colección particular de secuencias genéticas de la gripe, todavía H5 2.3.4.4b, llamada B3.13. Pero los virus de la gripe evolucionan rápidamente, y ese H5 2.3.4.4b ha barajado genes con otros virus más de una vez, creando variantes y subvariantes.
“Esperamos que solo se trate de una serie de circunstancias únicas y que no se produzcan más casos de contagio”, afirmó Jamie Jonker, director científico de la Federación Nacional de Productores de Leche de Arlington, Virginia. “Nos gustaría tener una vacuna en la caja de herramientas y entender cómo se puede utilizar”. Zoetis y otras empresas trabajan en vacunas contra la H5N1 para las vacas, aunque es demasiado pronto para saber si se utilizarían y cómo.
Sin embargo, incluso con vacunas, “es posible que no podamos apagar este incendio”, afirma Gregory Gray, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston.
Por ahora, las personas están a salvo
¿Qué tipo de riesgo supone para las personas? Gray ha estudiado una serie de virus en el ganado y otros animales, y afirmó que, aunque los contagios de una especie a otra son frecuentes, es raro que un virus se adapte para propagarse fácilmente en la nueva especie. Desde la primavera de 2025, no hay casos confirmados de transmisión del virus H5N1 de humano a humano en Estados Unidos.
“No es como en las películas”, dice Gray. “Harán falta continuos eventos de propagación para que se afiance”. Pero puede ocurrir, como ocurrió en 2009, cuando un virus H1N1 de la gripe A con una novedosa mezcla de genes saltó de los cerdos a las personas, donde se propagó ampliamente. Esto provocó una pandemia que causó la muerte de entre 123.000 y 203.000 personas en todo el mundo.
Para ser capaz de infectar a los humanos, el virus tendría que cambiar la estructura de su hemaglutinina. Para que la transmisión de persona a persona se produzca a través de la tos, los estornudos y los mocos, los investigadores creen que el H5N1 tendría que mutar para reconocer una disposición de azúcares que se encuentra en el tracto respiratorio superior humano: la nariz, la cavidad nasal, los senos paranasales, la boca, la garganta y la laringe.
También tendría que modificar la proteína que copia sus genes, la polimerasa viral. Esta polimerasa tendría que pasar de funcionar bien con proteínas de aves a funcionar bien con proteínas humanas.
El H5N1 podría evolucionar por sí solo o intercambiar genes con otra gripe que infecte a los humanos. Esta última posibilidad es especialmente preocupante en épocas de altas tasas de gripe estacional. Cuantos más virus de la gripe circulen, más posibilidades habrá de que dos tipos se encuentren en la misma célula del mismo animal e intercambien genes, dando lugar a algo nuevo y potencialmente peligroso.
“Hay muchas cosas que tienen que alinearse, no solo por parte del virus, sino también por parte de las personas”, afirmó Valerie Le Sage, viróloga de la Universidad de Pittsburgh y coautora de una descripción general de las barreras a la transmisión de la gripe en el Annual Review of Virology de 2023.
Una de ellas es el historial de la enfermedad. A partir de experimentos recientes con hurones, que contraen y transmiten el virus de forma similar a como lo hacen las personas, Le Sage sospecha que las personas que han tenido gripe anteriormente podrían tener suficiente inmunidad para sofocar las peores consecuencias de la gripe H5N1.
También es una buena noticia la observación de que el virus no está alcanzando la tasa de mortalidad del 50 % registrada en las últimas infecciones en EE.UU. Estas tasas son cálculos imperfectos, señaló Friedrich, ya que se basan en las personas que enfermaron lo suficiente como para someterse a las pruebas del H5N1; las personas que no enfermaron gravemente no se contabilizarían como supervivientes. Es posible que las infecciones asintomáticas no sean infrecuentes. Un estudio reciente de los CDC descubrió que tres veterinarios del sector lácteo tenían anticuerpos contra el H5N1, lo que indicaba que habían estado infectados, pero nunca habían notado síntomas.

Cuestiones de confianza y tiempo
Para el público en general, el principal consejo que ofrecen los expertos es no consumir leche sin pasteurizar ni productos avícolas que no estén bien cocinados. La pasteurización mata el virus, al igual que la cocción de los huevos, el pollo y la carne.
Estados Unidos tiene preparadas algunas medidas de protección, como una reserva de equipos de protección personal, medicamentos antivirales —al parecer, el Tamiflu funciona con este virus— y los ingredientes para fabricar vacunas humanas. Los científicos también están trabajando en vacunas actualizadas que se ajustarían más al virus que circula ahora.
Los factores sociales también podrían influir en la detección de una posible pandemia y en la respuesta a la misma. Muchos trabajadores agrícolas son inmigrantes indocumentados, por lo que son reacios a someterse a pruebas de detección o a buscar atención médica.
Un precio alto para la fauna
Independientemente de si el H5N1 salta de persona a persona, ya está haciendo estragos en los animales salvajes. En Estados Unidos se han infectado miles de aves de más de 160 especies autóctonas, como ánades reales, gorriones, palomas y águilas calvas. También lo han hecho cientos de mamíferos de más de dos docenas de especies autóctonas, como mapaches, osos y zarigüeyas. Algunos de ellos enferman y otros mueren.
A finales de 2022, el H5N1 había entrado en Sudamérica y bajaba a toda velocidad por la costa pacífica del continente.
“Recorrió los 6.000 kilómetros de Sudamérica en seis meses, muy rápido para un virus al que no ayudan los aviones”, explicó Wille. Llegó a la punta de Sudamérica y saltó a Antártica.
En su ruta, mató al 40 % de los pelícanos peruanos, al menos 24.000 leones marinos y más de 17.000 crías de elefante marino del sur.

Las aves silvestres se han visto afectadas en todo el mundo, e incluso las aves acuáticas, que normalmente albergan la gripe A sin síntomas, se han visto afectadas. La población de págalo grande se ha reducido en un 75 %. Un brote en cóndores de California en 2023 mató a 21 animales.
La H5N1 no ha llegado a Australia ni a Nueva Zelanda, pero Wille cree que es solo cuestión de tiempo.
“Creo que estamos en el precipicio de algo”, dijo Wille. “Qué es ese algo, no estoy seguro”.
Este artículo apareció originalmente en Knowable en español, una publicación sin ánimo de lucro dedicada a poner el conocimiento científico al alcance de todos. Suscríbase al boletín de Knowable en español.