Matapalo, Aguirre. Un grupo de voluntarios, tras mes y medio de trabajo, finalizó la construcción de un vivero para proteger nidos de tortuga marina en playa Matapalo, en Aguirre de Puntarenas.
Ellos son parte de un programa de la Asociación de Voluntarios para el Servicio en las Áreas Protegidas (ASVO), grupo que trabaja en la zona desde el 2005.
Este es el segundo vivero que se construye, debido a que el anterior cumplió con su vida últil.
Cada uno de los voluntarios, todos extranjeros, cancela ¢8.000 diarios por prestar sus servicios. El período de permanencia de ellos es de una a dos semanas.
El vivero, de 20 metros de longitud y 15 de ancho, tiene una barrera protectora contra las olas, hecha de sacos llenos de arena, para afrontar las mareas de octubre.
Como parte del proceso, los voluntarios zarandearon la arena para eliminar piedras, palos y evitar la atracción de plagas que impidan el desarrollo de los huevos.
Se colocó una malla plástica de color negro para que no entren perros, pizotes o personas ajenas.
Gustavo Gamboa, coordinador del proyecto Matapalo, manifestó que a esta playa arriban por año unas 500 tortugas, en su mayoría (99%) de la especie lora ( Lepidochelys olivacea ).
Agregó que tienen registro de nacimientos de tortuga negra ( Chelonia agassizii ), carey ( Eretmochelys imbricata ) y baula ( Dermochelys coriacea ).
Cada año, en la época de anidación –del 1.º de junio al 30 noviembre–, los voluntarios se encargan de patrullar la playa en horas de la noche. Ellos recolectan los huevos que las tortugas dejan en la orilla a fin de evitar que sean robados por los “hueveros”, quienes se dedican a comercializarlos –esta práctica es prohibida por la legislación nacional–.
“Una vez que son trasladados a los nidos del vivero, se les identifica de acuerdo con la especie, el número de huevos, la fecha del desove, y se vigila día y noche”, afirmó Juan Diego Pacheco, biólogo que trabaja en el proyecto.
Además, las tortugas que desovan son sometidas a un proceso de recolección de datos, mediante el cual se les hace una medición y marcaje. Para esta labor se cuenta con brazaletes que llevan impresas las siglas de ASVO, así como una numeración.
“Esto se hace para que, cuando arriben a otros países, sean identificadas y por medio de una página en Internet se inscriban para saber su destino”, agregó Pacheco.
Exitosa labor. Durante la temporada de anidación 2005-2006, ASVO y los voluntarios lograron proteger 478 nidos. Hubo un nacimiento de 23.840 neonatos. De estos, 5.480 fueron robados por “hueveros” y 476 fueron comidos por depredadores.
En la siguiente temporada (2006-2007) se recolectaron 285 nidos, igualmente protegidos en el vivero, que sumaron 18.573 huevos, de los cuales nacieron 16.798.
Para la temporada 2007-2008, se protegieron 203 nidos en el vivero. Además, 80 se reubicaron en la playa y cuatro se dejaron in situ. Entre las pérdidas destacan 83 nidos saqueados por personas y seis depredados por animales.
Entre los nidos protegidos, se contabilizaron 10.352 huevos y se liberaron 9.558 neonatos.