Noam Kostucki es un belga de origen polaco que llegó a Costa Rica hace seis años. Se enamoró de Tamarindo, en Guanacaste, y se asentó allí. Inicialmente, su proyecto era crear una empresa para apoyar a emprendedores de la zona; sin embargo, la falta de acceso a Internet le hizo replantearse su estancia.
Noam es asesor de negocios y de mercadeo. A sus 34 años afirma que ha brindado cursos en las universidades de Yale y Harvard, conocimientos que decidió aplicar en una faceta diferente pero que no deja de apasionarle: la cocina.
Si bien no es chef, Noam ha conocido muchas cocinas y culturas en los 40 países que ha visitado y eso le ha permitido fusionar conocimientos para crear platillos gourmet que cuentan con más de 100 ingredientes. Hace cuatro años creó en Guanacaste, HiR Fine Dining, un concepto de restaurante que funcionaba en su propia casa con el que ofreció cenas privadas y que fue catalogado muy positivamente en el sitio web que proporciona reseñas para viajeros, Tripadvisor.
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Si bien el restaurante estaba posicionado, el embate de la pandemia hizo a Noam cerrar, pero no dejar de emprender. Por ello, ante la falta de turistas, sus principales clientes en Guanacaste, el chef empírico decidió probar suerte en San José y ahora se instaló en Rohrmoser, lugar en el que quiere que las personas se adentren en su mundo.
Ahora mismo, el europeo invierte su tiempo entre la cocina, la mentoría para emprendimientos y proyectos personales de moda y arte.
El Mundo de Noam
En este nuevo concepto, Noam atiende a burbujas de hasta 10 personas, y él es quien prepara todo lo que se sirve en la cena. La velada es cerca de la cocina, por lo que el chef ofrece una experiencia única. El restaurante ahora se llama El Mundo de Noam.
En este lugar no hay menú, ni recetas. Solo la explosión de creatividad de este trotamundos que dice que la vivencia culinaria penetra los sentidos tanto como si se fuera al teatro o se visitara otro país.
"Hago platos inspirados en mis viajes de más de 40 países. No pude dejar el restaurante después de que las personas me hacían tan buenos comentarios.
“Con la llegada de la pandemia decidí traerlo a San José. Yo podía hacer dos cosas: quedarme en Guanacaste y no hacer nada hasta que vuelvan turistas o venir a San José y comenzar una nueva aventura. Me mudé en mayo para empezar un restaurante aquí y demostrar que con esto del covid puede haber oportunidades y que puede haber éxito”, cuenta entusiasta.
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Sobre la experiencia de las cenas que ofrece, en las que sirve cinco platos gourmet preparados con todo tipo de ingredientes nacionales, el europeo reitera que la cena es como ir al teatro por tres horas.
"Es muy íntimo, es llegar a casa de un amigo a conversar, todo es abierto.
“En cada plato cuento historias que me inspiraron. Todos los platillos cambian de un día a otro. Tomo ideas de los clientes. Todo cambia cada vez. Los clientes regresan de nuevo porque les gusta que siempre encuentran algo diferente, nunca es lo mismo”, asegura.
La cena de cinco platos cuesta $120 por persona (¢73.320 al tipo de cambio del 14 de octubre). Noam dice que si los comensales se organizan en grupo tienen descuento del 25%. Y está de más decir que toda la vivencia se hace en apego a los protocolos de salud propios de los tiempos de pandemia.
Las personas interesadas en conocer esta propuesta puede visitar las redes sociales @hirfinedining.