Este lunes 11 de octubre entró a regir la medida de vacunación obligatoria contra covid-19 para funcionarios de la Universidad de Costa Rica (UCR), contra la cual solo se han pronunciado algunos miembros del Sindicato de Empleados de la UCR (Sindéu).
De hecho, el rector de la casa de enseñanza, Gustavo Gutiérrez Espeleta, afirmó que el 95% de trabajadores acogió de buena manera la directriz. El restante 5% deberá llevar una capacitación para entender la importancia y urgencia de esta medida, informó el jerarca en entrevista con La Nación.
Gutiérrez dijo sentirse orgulloso de que la UCR haya dado el primer paso en este tema y considera que otras instancias públicas y privadas deberían seguir el camino. Además, destacó que su decisión está suficientemente blindada ante eventuales reclamos de funcionarios que no quieran vacunarse.
Esta fue parte de la conversación.
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– ¿Cómo ha recibido la comunidad universitaria esta medida?
–Estoy seguro que podemos hacer estadísticas perfectamente y las vamos a trabajar, pero le puedo afirmar que un 95% de nuestra comunidad universitaria la ha visto muy bien. Hubo mucha identificación con la propuesta que hicimos, que fue muy bien analizada por parte del cuerpo médico, epidemiólogos y virólogos tomados en cuenta para desarrollarla.
“Excepto, debo decirlo, el Sindicato, porque no están de acuerdo con que sea de carácter obligatorio.. Bueno, solo algunas personas del Sindicato, porque otros integrantes que están afiliados, públicamente han expresado el interés de desafiliación inmediata, recuerdo las palabras de una profesora nuestra que lo dijo”.
– ¿Qué aducen los del Sindicato?
–Ellos hablan de “derechos humanos”, oiga qué interesante, pero si hablamos de “derechos humanos”, nosotros más bien tenemos que preocuparnos por la salud de las personas que están a nuestro alrededor. Yo no puedo pensar únicamente como un derecho humano el escoger si vacunarme o no, porque es una posición totalmente egocéntrica, totalmente egoísta.
“Han llegado con una serie de contradicciones. Nos exigieron una reunión, inmediatamente les respondimos que con muchísimo gusto. Les hicimos una propuesta de fecha, eso sí que sea abierta, que tenga la oportunidad de participar el cuerpo sindical de nuestra universidad y también otras personas no necesariamente afiliadas, pero no, no quisieron reunirse en esos términos.
“Nos dijeron que no y después inmediatamente nos mandaron un oficio en el cual me invitan a mí a revisar el acuerdo, pero es un acuerdo de Consejo de Rectoría y no hay marcha atrás, así se los dije, de aquí vamos para adelante y a mí me parece inaudito que un cuerpo sindical salga en contra de la preocupación que nosotros tenemos de la salud de ellas y ellos. Es que es difícil de entender”.
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–¿Cómo será el ‘proceso de acompañamiento y sensibilización’ con los funcionarios que no quieran vacunarse?
– Lo que hemos pensado es que un cuerpo colegiado donde esté una persona que maneje los números, otra que sepa de virus y otra que sepa de psicología, pueda participar en diferente escenarios donde esta gente que tiene su posición firme, pero con criterios muy débiles –me atrevería yo a decir– pueda participar en estas capacitaciones y campañas de sensibilización, y le permita tener criterios científicos, que eso es lo que importa acá, no religiosos ni de ninguna otra índole, para la toma de decisiones.
“Ese es otro tema que quiero resaltar. Nosotros como Universidad de Costa Rica nos distinguimos en la capacidad de producción científica y estas pocas personas lo que están haciendo es desafiando el conocimiento científico de nuestra propia institución, y eso no se vale. Hay mucho criterio científico de nuestras personas expertas, de las nacionales y de las internacionales, refiriéndose a favor de la vacunación. Y esta gente viene a desafiar sin criterios, porque no me pueden hablar a mí del chip, no me pueden hablar de que (la vacuna) cambia la estructura del ADN, recuerden que yo soy genetista molecular, conozco la materia y no me pueden hablar de todas esas falacias que se están mencionando aquí y allá.
“Es con conocimiento científico con lo que nosotros queremos combatir ese desconocimiento por parte de algunas personas de nuestra comunidad. Entonces a muy corto plazo, estoy hablando de unos 15 a 22 días, vamos a tener todas esas oportunidades para que estas personas se capaciten en nuestra institución”.
–¿Qué medidas tomarán con quienes definitivamente no se vacunen?
–Eso lo tenemos que llevar al Consejo de Rectoría para ver cómo procedemos porque eso está normado desde el punto de vista administrativo. Sin embargo, aún no lo hemos analizado en el Consejo y esta semana no tenemos sesión, entonces probablemente la siguiente semana lo pongo en agenda para definir los caminos para todas aquellas personas que no se vacunen.
“Nosotros lo que estamos diciendo es básicamente: si usted tiene que venir a la infraestructura universitaria, en cualquier parte del país, es obligatoria la vacunación. Si usted quiere seguir en teletrabajo y su jefe coordina con usted, bueno, no es exigido, usted sigue su caso. Lo que le he dicho a muchas personas del Sindicato es que las posiciones de ellos nos obligan a que esas personas se vayan a vivir a una montaña, porque ellos no están preocupados del contagio que puedan acarrear. Esa es una posición, a mi criterio,bastante cuestionable”.
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–¿Podrían darse despidos?
–Ojalá que no sea el caso, pero nuestra posición será muy firme y ojalá que sea avalada con toda la normativa nacional que exista. La Sala IV ha sido muy clara y nosotros confiamos en que vamos a tener el sustento legal como para llegar a ese extremo (realizar despidos), pero bueno el deseo es que no se den esas situaciones y que la gente tenga la capacidad, después de esas sensibilizaciones, de reaccionar positivamente.
–¿Y con los estudiantes, cómo se va a abordar el tema de la vacunación?
– Será diferente. No lo hemos analizado. Esto ha generado algunas dudas. Lo estamos extendiendo para el primer ciclo del próximo año, pero yo no descarto que la posición vaya a ser por ahí, de que para poder venir a un aula universitaria se requieren las dos dosis mínimo de vacunación, no así para aquellas personas que están en total virtualidad, que esa es una posición que claramente hemos manifestado. Yo no descarto que algunas carreras teóricas se puedan mantener en forma virtual, entonces ese estudiante no tendría obligación de estar vacunado.
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–¿Los rectores de las otras universidades públicas se pusieron en contacto con usted luego de que anunció la medida?
–Sí, inmediatamente. Y no solo rectores, debo decirle que también la presidenta de la Asamblea Legislativa inmediatamente me contactó y me dijo que ella pensaba lo mismo para el Congreso. Lo que yo he hecho es compartir el análisis que hizo nuestra oficina jurídica y también la resolución que nosotros compartimos a toda persona que me lo haya solicitado y le cuento que son muchas.
“Y no sé si recuerda que al día siguiente salió el Ministerio de Salud con la obligatoriedad para trabajadores. A mí varios medios me consultaron que si yo estaba al tanto de que eso iba a salir al martes y que si por eso nosotros lo sacamos el lunes, pero yo respondí que no teníamos conocimiento y en tono jocoso dije que más bien el Ministerio de Salud lo hizo porque la UCR se pronunció”.
–¿Y usted cómo califica ese análisis jurídico que hicieron? ¿Tiene suficiente blindaje ante eventuales reclamos?
–Sí claro, es que tenía que ser así, muy sólido y muy amparado en las posiciones de la Sala Constitucional, en este sentido, porque de lo contrario esa obligatoriedad no la podíamos exigir. Después de todos los análisis que nos hace la oficina jurídica, es interpretado por nuestra asesoría legal y vamos para adelante, amparados en todo lo que dice la ciencia.
“No hay duda alguna que tenemos que estar vacunados para poder enfrentar lo que ha representado esta pandemia. Eso es categórico. Y ojalá en algún momento sean tres dosis, en lugar de dos. Y ahí están las estadísticas que hablan por sí solas: 7 de 10 personas con covid-19 en este momento en situación crítica no tienen vacuna”.
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