Los ojos del mundo se posan sobre Madrid, en España, donde a partir de este lunes 2 de diciembre se reúnen delegados de 197 países y representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, en el marco de la cumbre climática las Naciones Unidas (COP25).
Uno de los objetivos más importantes del encuentro, es que los gobiernos se comprometan a intensificar sus esfuerzos y emprender acciones concretas, dirigidas a la lucha contra el cambio climático.
Esta es la edición número 25 de este evento internacional, sin embargo, muchas personas desconocen su significado. Por ello recopilamos los principales aspectos que le permitirán seguirle al puso a lo que acontezca en la cumbre durante las próximas dos semanas.
¿Qué es la COP?
Es el nombre informal de la Conferencia de las Partes (COP), el órgano decisorio responsable de supervisar y examinar la aplicación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
“A lo largo del año hay todo un proceso de negociaciones de las partes de la Convención y culmina con lo que se llama la COP. Durante ese periodo, los miembros se reúnen para cerrar las negociaciones de ese año con una visión de largo plazo”, indicó el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Manuel Rodríguez.
Origen
La CMNUCC es una de las tres convenciones adoptadas durante la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, las otras dos son el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Convención de Lucha contra la Desertificación. El acuerdo internacional sobre el clima entró a regir en marzo de 1994.
Un año después, desde el 28 de marzo hasta el 7 de abril, se realizó la primer COP en Berlín, Alemania.
Los países que han ratificado la Convención se conocen como ‘Estados Parte’. La Convención cuenta con 197 Estados Parte.
Países sede
La sede de la COP rota entre las cinco regiones de la ONU: África, Asia, Europa Central y Oriental, Europa Occidental y América Latina y el Caribe.
Estaba previsto que Brasil fuera sede de la edición número 25, a celebrarse este año, sin embargo, el presidente Jair Bolsonaro, tras llegar al poder, se negó a organizarla, alegando “restricciones fiscales y presupuestarias”.
Se decidió que Costa Rica y Chile coorganizarían el evento, con la reunión previa (PreCOP25) realizándose en San José (del 8 al 10 de octubre pasados), para allanar el camino a la COP25 en Santiago.
Empero, la convulsa situación social que experimenta el país suramericano motivó al presidente Sebastián Piñera a también desistir de celebrar la reunión, obligando su traslado a Madrid, España.
La COP26 sería organizada de manera conjunta por el Reino Unido e Italia.
De Tokio a París
Las discusiones respecto al cambio climático han evolucionado con el tiempo, así como el sentido de urgencia con el que las naciones tienen que actuar, según el ministro Rodríguez.
Al inicio, se partió de “una visión muy primaria de cómo evoluciona el cambio climático”, durante esta etapa se enfatizaba en que los países industrializados debían bajar sus emisiones en alrededor del 5%, sin prever que el crecimiento económico y el desarrollo de los países de renta media, en pocos años, iba a tener un impacto importante en la problemática.
Esto se refleja en la adopción del Protocolo de Kioto en 1997, como un instrumento para implementar la CMNUCC.
Empero, los informes del grupo de expertos de la ONU sobre cambio climático (IPCC) han permitido cambiar esta posición
“A lo largo de los años han venido (los científicos) dándonos mejor y más confiable información sobre el estado del cambio climático y los diferente escenarios”, dijo el jerarca.
El paradigma gira, los gobiernos se dan cuenta que el Protocolo de Kioto no va a ser suficiente, y ahora todos los países del mundo, no importa la cantidad de emisiones a la atmósfera, deben hacer su parte.
Esto permite el nacimiento del Acuerdo de París, en 2015, durante la COP21, que busca mantener el aumento de la temperatura global promedio, por debajo de los 2°C. La meta posteriormente se modifició a 1.5°C
El convenio también plantea que el mundo alcance la carbono neutralidad para el 2050.
Negociaciones
Desde el encuentro en París, los Estados Parte han trabajado en operativizar el Acuerdo. El proceso es similar al que se sigue a lo interno de las naciones cuando se aprueba una ley, que se crea su respectivo reglamento que permite su implementación.
Este reglamento, conocido como el “libro de reglas” del Acuerdo de París, se definió durante la COP24 en Polonia.
Temas pendientes
Pese a los importantes avances hechos en Polonia para reglamentar el Acuerdo de París, dos grandes temas quedaron pendientes para ser definidos en la COP25: la creación de un mercado global de carbono y el financiamiento para los países más vulnerables.
El primero de estos puntos se conoce como el ‘artículo 6’ y tiene que ver con la posibilidad de generar un mecanismo de mercado global, donde se puedan hacer transacciones internacionales sobre carbono.
Para Rodríguez, este mercado “sería de muchísima utilidad, particularmente para los países en vías de desarrollo, ya que tenemos la gran mayoría de los bosques del planeta. Sin los bosques no vamos a lograr el objetivo del 1,5°C, ese servicio de fijación de carbono nadie nos lo está pagando”.
“Aún y cuando Costa Rica ya tiene un esquema doméstico con el Fondo Nacional de Financiamiento (Fonafifo), la mayoría de países del mundo no lo tienen, entonces, los países tropicales están deforestando sus bosques porque requieren el crecimiento económico o generar actividades productivas, por lo que mantener los bosques no les resulta rentable”, explicó el ministro.
" Lo que pasa es que hay algunos países que tienen posiciones ideológicas, incluso dogmáticas, y están en contra de este mecanismo de mercado", añadió. También han encontrado obstáculos para avanzar sobre este tema en cuanto aspectos de cooperación, transparencia y rendición de cuentas.
El otro tema es el de financiamiento, ya que muchos países dependen de los recursos externos para avanzar con sus metas climáticas.
“Sin duda hay una responsabilidad de asignar fondos suficientes de los países industrializados que en primer lugar han generado este problema y eso debe canalizarse a los países más vulnerables, más débiles institucional y financieramente”, indicó.
El problema, es que este reclamo de recursos lo hacen países en vías de desarrollo como China, considerado como el mayor contaminador del planeta.
Tan solo el pasado 27 de noviembre, Pekín acusó a los países desarrollados de contribuir de manera insuficiente a la lucha contra el calentamiento, según reseñó la agencia de noticias AFP.
"Si nosotros vamos a ver la realidad de algunas islas del pacífico Sur que se están hundiendo y la necesidad de financiamiento de esas islas, es muy diferente a las de China, que sigue pidiendo financiamiento climático cuando es el mayor generador de emisiones de carbono
“Tenemos que generar un poquito más de justicia en eso. Lo más importante en el tema de financiamiento, es que los países industrializados cumplan con sus compromisos de movilización de recursos a como se estableció en el pasado; hay una compromiso de movilizar $100 mil millones (¢56.146.975.528.284,10) para el año 2020 y estamos lejos de esa meta”, manifestó.