Según las autoridades, muchos de los casos se presentan por descuido. Evite dejar las bicicletas fuera de su vista. Fotografía: Alonso Tenorio.
“La sacaron de mi casa, la bicicleta no estaba a la vista, pero la sacaron. Sospechamos que alguien entró y vieron que la bicicleta estaba ahí. Yo ese día me levanté y ahí estaba, pero cuando volví a la casa en la noche ya se la habían robado”.
Historias como la de Douglas Mata, un vecino de Desamparados, aficionado al ciclismo de montaña, se repiten una y otra vez —y cada vez con más frecuencia—, en el país.
Según Eddy Roda, jefe de la sección de Robos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los casos se han multiplicado durante la pandemia de la covid-19, debido a la fiebre desatada por la práctica del ciclismo, que disparó la venta de bicicletas.
"Con tantas bicicletas en la calle, alguna parte de la delincuencia empezó a asaltar, a hurtarlas y a robarlas de cualquier lugar, de las cocheras, de las casas, de los vehículos e inclusive mediante asalto”, explicó Roda.
Los números confirman la apreciación del funcionario. Desde el 1°. de enero hasta el 20 de octubre, el OIJ había recibido 1.890 denuncias por robo, hurto o asalto de bicicletas, es decir, 6,5 casos al día.
Si se toma en cuenta solo los datos de mayo a setiembre —meses en los que se empezó a registrar un crecimiento importante en el número de denuncias— el promedio sube a siete bicicletas diarias.
Agosto fue el mes del 2020 en que se dieron más casos, con 274, para una media diaria de nueve bicicletas sustraídas por día.
Alza del 10% en el último año
El crecimiento también se refleja cuando se comparan con los registros del año pasado. De enero a setiembre del 2020, se reportaron 1.779 denuncias, 105 más que en el mismo periodo de 2019, cuando fueron 1.674, es decir, un 10% más.
Julio fue el mes de 2019 en que se presentaron más eventos: 210. Esa cifra ya fue superada en 2020 durante tres meses consecutivos: julio, agosto y setiembre.
La cifra de 6,5 casos diarios presentada, parcialmente, durante 2020, es la más alta de los últimos cinco años. En 2016 y 2017 fue de 5; en 2018 de 5,5, y en 2019 de 6.
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Bicis de montaña, las más ‘apetecidas’
“Nos robaron esta bicicleta de la casa. En Heredia, Barrio Santa Marta”. “Rancho Redondo hombres delgados amenazan con arma de fuego para sustraer bicicletas”. “Me robaron esta bicicleta banana el día de ayer en San Pedro de San Ramón”. “Tengan cuidado los que van rumbo carretera al volcán Irazú, unos tipos se esconden y están armados para quitarles las bicicletas”, son algunos de los mensajes, más recientes, posteados en el grupo de Facebook: “Bicicletas Robadas Costa Rica”.
En ese tipo de grupos y páginas de esta red social también se confirma la tendencia de los últimos meses.
Ramón Pendones, director ejecutivo de Aconvivir, una organización que busca promover la convivencia pacífica de los ciclistas en carretera, asegura que las bicicletas más apetecidas por los delincuentes son las de montaña.
Ese tipo de bicicleta tiene un mercado importante de compradores, tanto de bicis completas como de repuestos.
"Son más las de montaña que las de ruta, porque uno anda por lugares desolados, es más difícil que a uno le traten de robar una bici en una calle pública asfaltada, en una zona más o menos urbana, que cuando uno va metido en un cafetal, una montaña por ahí solo o de último en una cola de varios ciclistas, entonces normalmente asaltan a los últimos, porque asaltan al último y agarran para abajo y con eso se aseguran que no los puedan alcanzar”, comentó Pendones.
Roda coincide con Pendones, pero resalta que la mayoría de casos se presentan por descuido, tanto en casas como cuando las bicicletas se transportan en carros y se dejan fuera de la vista de los dueños.
Una vez sustraídas, los delincuentes intentan colocar las bicicletas en tiendas de compra y venta, venderlas por Internet o desarmarlas para comercializarlas por partes.
Roda, el jefe de la sección de Robos también considera que los delincuentes cada vez seleccionan más el tipo de bicicleta que buscan sustraer, saben identificar las más caras y demandadas en el mercado.
"La comercialización se da desde cualquier punto de vista, la venden en una compra y venta, utilizan las páginas que existen a través de las redes para vender o simplemente algunos delincuentes las desarman y el marco que es el identificable no lo venden, todos los componentes los venden por a parte, y habiendo tantas bicicletas hay mercado para los respuestas”, explicó Roda.
Los delincuentes aprovechan que muchas zonas en las que se practica el ciclismo de montaña son solitarias. Fotografías: Alonso Tenorio.
¿Qué hago si soy víctima?
Ramón Pendones y Eddy Roda recomiendan tener fotografías del número de serie del marco de la bicicleta, así como de raspones o identificadores en el marco, asiento o manivela que permitan demostrar que usted es el dueño de la bicicleta.
Esto porque las bicicletas no son bienes registrables ante una entidad pública, entonces ese tipo de pruebas son esenciales para que las personas puedan comprobar que una bicicleta les pertenece.
También si se tiene una factura con el número de marco es muy importante guardarla y tener fotografías de ella.
"Al no existir un registro debemos procurar tener esta información para la hora de ir a poner la denuncia al OIJ poder describir la bicicleta perfectamente y ojalá tener una factura que respalde el número de marco o las características de las bicicletas, han llegado a detener delincuentes y encuentran bicicletas robadas y gracias a una denuncia bien específica es que uno va a poder recuperarla”, afirmó Pendones.
Además, existen aplicaciones como TuCletaCR, la cual busca crear una base de datos segura de las bicicletas en Costa Rica. Justo fue en ese sitio en el que Douglas Mata, el vecino de Desamparados, logró recuperar su bicicleta sustraída.
Casi seis meses después del robo, Mata pudo localizar a la persona que compró su bicicleta: “Me dijo que quien se la había vendido trabajaba para una compra y venta, y que él ya lo había llamado y le dijo que la bicicleta era robada, que le devolviera el dinero", narró.
El hombre que compró la bicicleta robada trató de registrarla en TuCletaCR, pero el proyecto le informó que la bicicleta que estaba intentando ingresar se encontraba reportada como robada.
Tener un registro como el de TuCletaCR o mínimo manejar un archivo personal es fundamental para intentar recuperar una bicicleta robada.
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Pobre oferta de seguros
Pese al incremento de este tipo de casos, el mercado ofrece poquísimas opciones para poder asegurar las bicicletas ante robos, hurtos y asaltos.
La Nación consultó, vía correo electrónico, a diez aseguradoras privadas y al Instituto Nacional de Seguros (INS) sobre el tema.
De las aseguradoras privadas, seis respondieron que no cuentan con productos en esa línea y cuatro no contestaron a las consultas, pero en sus páginas web no promocionan ningún seguro de ese tipo.
El INS sí cuenta con un seguro llamado de “Riesgo Nombrado” que permite proteger la bicicleta ante robos, es decir, cuando es sustraída con violencia.
El seguro tiene un deducible del 15% y si solo se incluye la cobertura por robo ronda un precio semestral de ¢8.000, para una bicicleta de un millón de colones.
Si se incluyen otras coberturas generales, como daños por incendio, temblor, terremoto o colisión, la prima semestral ronda los ¢12.000.
Normalmente, esta póliza se puede adquirir para bienes de un millón de colones o más, pero Grace Segura, de la Dirección de Suscripción del INS, explicó a La Nación que existe la posibilidad de que la aseguradora valore brindarla también para bienes de un precio menor si el cliente lo solicita.
El requisito básico para adquirir la protección es contar con una factura que incluya el precio de la bicicleta y el número de marco.