Alejandra tiene 42 años. En su larga cabellera castaña destellan algunas canas y en su vientre abriga a una bebé de 15 semanas que llamará Begonia al momento de su nacimiento.
Se convertirá en madre en su cuarta década de vida y no porque tuviera algún padecimiento reproductivo, sino porque así lo decidió, cuando ya tenía su negocio consolidado, una carrera profesional concluida y luego de recorrer el mundo.
“Uno pasa ocupada y anda en la vida por el mundo. Yo viajé muchísimo, he viajado muchísimo, he estado ocupada con mi vida. Yo creo que eso de que las mujeres no son completas si no tienen un hijo es mentira".
“He sido una mujer completa, una naranja completa (...). El querer un hijo es una decisión que no conlleva el ser completa, ni tener un motor, es algo diferente”, expresó esta vecina de Escazú, quien pidió reservar su apellido para este reportaje.
Lejos de ser un hecho aislado, el de Alejandra es un caso cada vez más común y constante en el país. En el 2018, poco más de 1.500 mujeres tuvieron su primer hijo cuando ya tenían 35 años o más.
Esa cifra es la más alta de los últimos 19 años y es un 137% superior a la que se registró en el año 2000, cuando solo hubo 637 madres con esa edad.
Dicho incremento es igual de significativo cuando se analiza su peso dentro de la población femenina en edad fértil, es decir, entre los 10 y 50 años.
Al principio de siglo, solo el 2% de las madres primerizas tenía más de 34 años y, en la actualidad, se trata del 4%, o sea, el doble.
Así lo detectó La Nación, luego de analizar y cruzar las estadísticas de nacimientos de los últimos 19 años con las proyecciones de la población femenina en edad fértil, ambos registros del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
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Edad media al alza
Como consecuencia de esa postergación, la edad media en que las mujeres se convierten en madres subió dos años entre el 2000 y el 2018. Ahora, en promedio, un mujer tiene su primer hijo a los 24 años, mientras que hace 19 años, esa media era de 22 años.
Para Olga Araya, coordinador de la Unidad de Estadísticas Demográficas del INEC, esa alza de dos años es sustancial, pues ocurrió en un lapso muy corto (19 años) y porque durante décadas se había mantenido casi igual.
“Es un cambio sustantivo en 19 años, porque lo que me está mostrando es justamente cómo la maternidad en Costa Rica las mujeres la están haciendo cada vez más tarde, la están trasladando”.
“Ya Costa Rica no tiene una fecundidad de cúspide temprana, ya es una cúspide compartida y que cada vez se va trasladando al grupo de 25-29 años, y que si seguimos así, llegar a una cúspide de 30-34 años va a ser muchísimo más rápido, que pasar de 20-24 a 25-29 años”, estimó Araya.
Con ella coincide Luis Rosero Bixby, fundador y exdirector del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (UCR): “Eso es montones para un periodo de menos de 20 años (2000-2018). Durante décadas estuvo entre 20-21 años”.
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA CON BASE EN TASAS QUE SE OBTUVIERON LUEGO DE CRUZAR LAS ESTADISTICAS DE NACIMIENTOS CON LAS ESTIMACIONES DE POBLACIÓN DEL INEC . || w. s. / LA NACIÓN.
Otros indicadores
Otros indicadores también demuestran la tendencia a postergar la maternidad que vive el país. Se trata de un fenómeno que comenzó a principios de siglo, según Araya y Rosero, y que se ha ido agudizando en los últimos años.
Por ejemplo, del 2000 al 2018, disminuyó en 20 puntos porcentuales la cantidad de mujeres que llegaron a ser madres antes de los 35 años.
Hace 19 años, ocho de cada diez féminas ya tenían al menos un hijo para su cumpleaños 35 (el 82%) y en el 2018, solo fueron seis de cada diez mujeres (el 62%).
Aunado a ello, y como un dato positivo, cayó en ocho puntos porcentuales la cantidad de adolescentes que fueron madres en ese mismo lapso, al pasar de un 18% a un 10%.
También creció el porcentaje de mujeres que no están teniendo hijos. En el 2000, solo fue el 16%, mientras que el año pasado esa cifra ascendió al 34%, es decir, prácticamente se duplicó.
De mantenerse esos patrones de maternidad, los números lo que indican es que, tres de cada diez mujeres no tendrían hijos al término de su vida fértil (50 años).
“Es una señal de que se está posponiendo la maternidad. Lo que no sabemos es si todas las mujeres que no tuvieron ese hijo a los 35 años, lo tendrán ya de mayores, probablemente no, unas los van a tener, otras no. Otras, por más que quieran, no van a poder por eso del reloj biológico y esas cosas”.
“En unos cinco años ya se va a comenzar a ver si estas mujeres ‘recuperaron’ esos hijos que no tuvieron de jóvenes, si entraron a la maternidad a los 40 o a los 45 años, o si se quedaron sin hijos”, explicó Rosero Bixby.
¿Y por qué está ocurriendo esto?
La respuesta para los expertos demográficos y médicos es muy simple. Un cambio cultural. El tener hijos resulta cada vez menos prioritario para las mujeres. Ahora, muchas anteponen el estudio, los viajes, el tener un trabajo estable y el comprar una casa.
“Para mí es bastante claro. Antes la realización de la mujer era en la maternidad. Incluso, la gran mayoría de las mujeres se sentía menos mujer sino eran madres, estaba socializado, y eso ha cambiado”.
“Es un cambio de los objetivos de las mujeres, en las aspiraciones de la mujeres, entonces, ha perdido valor –aunque suene feo–, el concepto de la maternidad, el concepto de ser madre, con la forma de realizarse para la mujer”, declaró Luis Rosero Bixby.
Al respecto, Angélica Vargas, coordinadora del Programa de la Mujer de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) agregó: “Ya la mujer tiene un plan de vida diferente, un objetivo de vida que cumplir primero antes de tener hijos. ¿Qué estaba pasando antes? Que no estaban teniendo un proyecto de vida, entonces se embarazaron, o bien, el proyecto de vida era tener hijos. Ahora, eso sí está cambiando”.
“La meta de ser mujer no es tener hijos, como mucho tiempo lo fue. Antes, incluso las mujeres hasta eran castigadas por no tener hijos; ese es un concepto que se está rompiendo”.
¿Quiénes postergan la maternidad?
El perfil de las mujeres que postergan la maternidad también está muy claro, de acuerdo con los números. Se trata, especialmente, de mujeres con estudios universitarios concluidos, que están casadas o en unión libre, y que viven en los cantones con los índices de progreso social más altos.
Según las estadísticas del INEC, en el 2018, el 63% de las mujeres que tuvieron su primer hijo a los 35 años o más, cuenta con un título universitario, es decir, seis de cada diez.
Esa cifra triplica el porcentaje a nivel nacional, pues en términos generales, solo el 18,5% de las madres primerizas –sin importar su edad–, concluyó sus estudios superiores.
Incluso, entre las féminas de 20 y 29 años, el porcentaje está por debajo del promedio país, pues es de solo el 15%.
En cuanto al estado conyugal, el 58% de las madres primerizas de 35 años o más están casadas y un 15% en unión libre, o sea, que siete de cada diez conviven con una pareja.
Un 20% declaró ser soltera, mientras que el 7% restante era divorciada (6%), separada o viuda (1%), de acuerdo con los registros del INEC, del año pasado.
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA CON BASE EN LAS ESTADISTICAS DE NACIMIENTOS Y LAS ESTIMACIONES DE POBLACIÓN DEL INEC. || w. s. / LA NACIÓN.
Viven en zonas de mayor desarrollo
Ocho de los diez cantones mejor ubicados en el índice de progreso social cantonal del 2019 figuran también entre los 15 con la tasa de maternidad más alta por cada 1.000 mujeres entre los 35 y los 49 años.
Ese es el caso de Santa Ana y Montes de Oca, en San José; y Belén, Flores, Heredia, San Isidro, Santo Domingo y San Pablo, en la provincia de Heredia.
Por ejemplo, Santa Ana fue el cantón con más embarazos primerizos de madres de 35 años o más, en el 2017. Allí la tasa de maternidad fue del 7,25, muy superior a la que registró en el 2001, cuando solo fue de solo 1,55.
Mientras, en el segundo y tercer lugar se encuentran Belén con un 6,66 y Escazú con un 6,38.
Por el contrario, las tasas más bajas se registraron en Jiménez (0,84), en Cartago; Guatuso (0,78) y Turrubares (0,52), en Alajuela; Matina (0,46), en Limón; y La Cruz (0,77), en Guanacaste .
Esas tasas de maternidad se sacaron con el promedio de los alumbramientos efectuados por madres primerizas entre el 2016 y el 2018 y se cruzó con las estimaciones de población femenina en edad reproductiva del 2017, para obtener datos más exactos.
Los datos del 2001 se hicieron con la misma lógica, pero con una media de los nacimientos del 2000 al 2002 y las estimaciones de población del 2001, también para evitar distorsiones.