Río de Janeiro. El economista estadounidense James Heckman, quien esta semana ganó el premio Nobel de Economía, dijo el viernes que América Latina tendrá que luchar contra las regulaciones laborales para aumentar el empleo.
"Uno de los mayores desafíos que enfrenta América Latina es la reforma de las regulaciones del mercado laboral", dijo Heckman en una entrevista con Reuters .
"Existen claras evidencias de que la regulación reduce el empleo y hace inflexible a la fuerza de trabajo".
El profesor de la Universidad de Chicago participó en la quinta reunión de Asociación Económica Latinoamericana y del Caribe (LACEA por sus siglas en inglés), en Río de Janeiro. El miércoles pasado fue informado de que ganó el Nobel junto con su compatriota Daniel McFadden.
Heckman, de 56 años, diseñó métodos estadísticos para evaluar la efectividad de programas sociales, como los de entrenamiento para el mercado laboral, y de los subsidios de empleo, en la creación de trabajo y la igualdad de oportunidades en el mercado laboral.
Regulación rígida
El Nobel dijo que en América Latina las regulaciones muy rígidas, con salarios mínimos y elevadas indemnizaciones por despido, que impidieron a las compañías contratar a más gente y despedir a los que no cumplen con las expectativas.
Aunque este patrón se observa en todo el mundo es particularmente perjudicial en América Latina, que tiene una tradición de fuerte regulación del mercado de trabajo, agregó Heckman.
"Muchos dicen que la regulación es alta en Europa Occidental, pero nunca verán nada como en América Latina", señaló.
La regulación también perpetúa la desigualdad en una región que sufre una de las peores distribuciones de los ingresos del mundo, según el galardonado.
Recalcó que ese factor ayuda a mantener dentro del mercado laboral a los que ya están en él, y sigue dejando fuera a los que ya están excluidos.
Esta tendencia, a su vez, hace más difícil que se desmantele la regulación, "porque mucha gente se beneficia de ella y no quiere perder sus privilegios", dijo Heckman.
Las enormes indemnizaciones por despido y los salarios mínimos también hacen que las compañías acudan al mercado laboral informal para evadir las leyes laborales, una práctica que no sólo promociona la desigualdad en la fuerza de trabajo, sino que también mella contra los ingresos del gobierno porque hace que las empresas no paguen impuestos.
Ejemplos
Heckman mencionó a Bolivia y Argentina como dos países que tienen regulaciones particularmente fuertes.
Durante la presidencia de Carlos Ménem, un sector del gobierno argentino luchó para reformar las leyes laborales pero se encontró con una fuerte resistencia política, no solo de la oposición, sino también del propio partido gobernante. Al final del mandato de Ménem, logró la aprobación en el Congreso de una reforma laboral, criticada por empresarios que decían que mantenía privilegios del sindicalismo.