Los apicultores de Costa Rica tendrán garantizada la asignación de cuota de azúcar para sus abejas y contarán con un precio diferenciado para usarla como un suplemento alimenticio en sus colmenas.
Esto les permitirá mantener sus actividades durante la estación lluviosa cuando escasean las flores y a los insectos se les complica la búsqueda de alimento por los aguaceros.
Las abejas visitan las flores para obtener néctar, una solución azucarada que ingieren para alimentar a su colonia y darse energía para sus vuelos. Ellas pueden saborear azúcares en su probóscide (un órgano alargado y tubular situado en su cabeza para absorber). Al entrar en contacto con comida, las neuronas gustativas en la probóscide se activan para indicar la presencia de alimento.
En época de pocas flores, esto es menos probable. En cambio, un jarabe a base de azúcar suele tener un efecto estimulante en una colonia pues promueve la expansión de crías. Por el contrario, una dieta a base de miel llega a tener el efecto opuesto: alimentar con miel a las colonias de abejas en algunos casos conduce a la colonia ser más defensiva y, en consecuencia, agresiva.
Sin embargo, el jarabe de azúcar es solo un sustituto cuando no está disponible el verdadero néctar de las flores. Con ese fin, la Liga Agrícola Industrial de la Caña (Laica) acordó acoger una solicitud del Ministerio de Agricultura y Ganadería de incrementar la cuota de azúcar para los apicultores. Esta subirá de 12,5 kilos por colmena, como era en años anteriores, a 30 kilos por colmena este 2022.
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Quienes deseen solicitar este beneficio, deberán contar con el Certificado Veterinario de Operación debidamente actualizado y el código asignado por Laica para luego gestionar la solicitud en las oficinas regionales del Servicio Nacional de Salud Animal.
La gestión ministerial para subir la cuota de azúcar se basó en una recomendación técnica del Centro de Investigaciones Apícolas de la Universidad Nacional y que fue acogida por el Consejo de Comercialización de Laica a inicios de julio.
“Este aporte de azúcar se requiere para el manejo de la colmena, ya que permitirá a los apicultores mantener la alimentación energética de las colmenas en la época de lluvias, dado que en esos meses, las condiciones del clima dificultan que las abejas puedan salir a recoger por su propio esfuerzo el alimento que requieren”, explicó David Carvajal, coordinador del Programa Nacional Apícola del MAG.
En Costa Rica hay más de 41.000 colmenas, según registros del MAG. Quienes se dedican a esta actividad requerían este apoyo para evitar que disminuya la producción de un bien que se consume en cantidades importantes en el país tanto por la miel y la cera que se destina a la producción de cosméticos y como insumo en la industria alimentaria.