La plaga de la mosca del establo, también conocida como mosca de la fruta, que afecta al ganado en la zona Norte del país ha venido disminuyendo, luego de la alerta generada por los productores de esa región hace dos semanas.
Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera (Corfoga), dijo que han comprobado que el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) y el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) están realizando las labores pertinentes para combatir la incidencia del insecto.
Agregó que se han dispuesto órdenes sanitarias en fincas de piña que no cumplen con el protocolo establecido para evitar la proliferación de la mosca. “Esto implica que no pueden hacer las prácticas de derribo de la piña hasta que no estén acordes a las buenas prácticas para evitar plagas”, detalló.
Los rastrojos de piña son uno de los ambientes preferidos de la mosca del establo para su reproducción.
No obstante, Obando explicó que debido al ciclo de vida del insecto, la finalización de los brotes no es inmediata. Calculó que en tres semanas o un mes se percibirá la curva de disminución en la plaga.
Los ganaderos de la zona norte informaron sobre la magnitud del brote durante un encuentro con el viceministro del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Fernando Vargas, el 21 de marzo anterior.
“Lo que es cierto es que se están tomando las medidas porque el sector presiona muy fuerte al ministerio (MAG)”, comentó.
Indicó que el viceministro del MAG, Fernando Vargas, ocupa un cargo en la junta directiva de Corfoga. “Lo cual es muy bueno porque el viceministro técnico tiene a su cargo la parte fitosanitaria y de salud animal, porque no hacemos nada si se están atendiendo a las vacas y no se está atendiendo el foco donde se está generando el problema de la mosca”, apuntó.
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Reconoció que las mayores afectaciones se reportan en la zona norte del país, mientras que en la zona sur y el Caribe no hay avisos de afectaciones.
Consultado por La Nación, el viceministro Vargas indicó que los casos se han focalizado en algunas comunidades de los distritos Aguas Zarcas, Pital, Pocosol y Cutris en el cantón de San Carlos, zonas del cantón de Río Cuarto (ambos de la provincia de Alajuela) y en Sarapiquí (Heredia).
Afirmó que no se ha determinado con claridad los montos por pérdidas, ya que no se cuenta con una metodología acordada para el cálculo, a causa de la complejidad de la atención de la plaga. Aunque los ganaderos sí han expresado que el brote ha provocado abortos y muertes en el ganado afectado.
Afectaciones por décadas
La mosca del establo, cuyo nombre científico es Stomoxys calcitrans es una plaga hematófaga, es decir, que necesita de sangre para completar su desarrollo y reproducirse, afectando las explotaciones pecuarias a nivel mundial.
El viceministro Vargas explicó a La Nación que Costa Rica no es la excepción, ya que desde 1987 se han reportado daños económicos en ganadería debido a la plaga.
El insecto se reproduce en la mayoría de residuos agropecuarios en estado de descomposición, incluyendo rastrojos de piña, pinzote de banano, broza de café, raquis de palma aceitera, podas de cítricos, residuos de cosecha de arroz, caña de azúcar y yuca, restos de forrajes, acumulación de alimentos para animales, estiércoles de origen pecuario, entre otros.
En estos ambientes completan su ciclo de vida en un periodo de 15 a 22 días, detalló el funcionario.
¿Cómo enfrentarla?
Actualmente se desarrollan varias estrategias a nivel nacional, entre las que se encuentra la formación de equipos técnicos regionales, conformados por funcionarios de Senasa, SFE, la Dirección Nacional de Extensión Agropecuaria (DNEA) y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA).
Vargas señaló que además, desarrollan sistemas de alerta temprana para el monitoreo de la plaga, mediante mapas de calor para identificar los focos de afectación y priorizar esos lugares.
Establecieron también canales de denuncias, para identificar y atender zonas de afectación, tanto en las fincas de los denunciantes como en la de los vecinos.
Debido a los brotes, mantienen inspecciones en los establecimientos agropecuarios, donde verifican el adecuado manejo de los residuos para identificar posibles brotes. De encontrar anomalías, aplicarán medidas sanitarias y fitosanitarias.
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Por otro lado, monitorean las tendencias del clima para informar a los productores sobre el adecuado manejo de los residuos agropecuarios en épocas con exceso de lluvias, debido a que es una temporada que favorece la proliferación del insecto.
Vargas enumeró otras acciones que realizan, como el monitoreo del clima, uso de parasitoides, trampas, atrayentes, repelentes, insecticidas, prácticas culturales y usos alternativos en el manejo de rastrojos.
Según los datos del censo ganadero del 2022, la estimación del hato bovino del país fue de más de 1,62 millones de animales. El 63,2% corresponde a ganado de carne; el 16,2% a ganado de leche; el 20,5% a doble propósito y el 0,1% a animales de trabajo.