Una nueva plaga que puede afectar una gran cantidad de cultivos e incluso transmitir enfermedades a los humanos se dectectó en Costa Rica, localizada por ahora en una zona específica de Guanacaste. Se trata del caracol gigante africano (Achatina fulica), informó el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE).
Ese ente estatal, encargado de la vigilancia sanitaria de los cultivos y la protección del país, detalló que la presencia del caracol fue identificada, preliminarmente, por especialistas nacionales y confirmada por una autoridad internacional de un tercer país, la semana pasada.
Ante tal situación, Costa Rica informó de la presencia de ese molusco a la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), detalló el SFE, en un comunicado.
Las autoridades alertaron en el sentido de que el caracol gigante africano tiene una alta capacidad reproductiva y destrucción de plantas. Para la salud humana podría ser una amenaza, pues puede ser hospedero de parásitos, por lo que hay que evitar el contacto directo con el caracol.
La plaga se alimenta del follaje de todo tipo de cultivos, por lo cual se le considera una amenaza muy fuerte para la agricultura.
El molusco puede adaptarse a un amplio rango de ambientes y es una de las mayores amenazas para la agricultura y el medio ambiente, por lo cual se han aplicado medidas fitosanitarias con miras a la erradicación de la plaga, localizada y contenida en un área donde no hay plantaciones de cultivos agrícolas comerciales, señaló la entidad estatal.
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“Este caracol apareció y está contenido en Curubandé, en Liberia, Guanacaste, en donde se ha trabajado con los vecinos, quienes han colaborado con las autoridades fitosanitarias y se ha logrado una vigilancia y captura de manera constante”, detalló Fernando Araya Alpízar, director ejecutivo del SFE, en el informe.
El SFE puso en marcha de inmediato medidas tendientes a contener la plaga y a una posible erradicación. Esta medidas se aplican dentro del anillo de contención, en un radio de 500 metros a partir del punto en donde se identificaron los primeros especímenes, cubriendo un área total de 78 hectáreas, explicó el dircector del SFE.
Adicionalmente, agregó, se mantiene un área de igual tamaño como zona de amortiguamiento, evitando que se disperse hacia otros lugares.
Dentro de las medidas específicas, el funcionario describió la inspección visual en los actuales puntos de detección, se recolectan los caracoles en el área bajo vigilancia, se aplica molusquicida en el área bajo vigilancia, se recolectan y eliminan rastrojos y objetos hospedantes; además, se colocan trampas y se monitorea la zona.
Una de las tareas más relevantes y en las cuales el apoyo de la población es fundamental es evitar el transporte del molusco.
Ante la nueva amenaza, el SFE solicitó que si hay sospecha de su presencia se debe avisar a las autoridades fitosanitarias, a los teléfonos 2549-3555 y 2549-3635; o a los correos electrónicos grodriguez@sfe.go.cr y lvasquez@sfe.go.cr.