El Consejo Nacional de Producción (CNP) atrasó la compra o construcción de su nuevo edificio, pues acordó utilizar parte de los recursos destinados a ello como un fondo revolutivo, para evitar el colapso del Programa de Abastecimiento Institucional (PAI).
La medida se tomó con autorización de la Contraloría General de la República y pretende el relanzamiento del PAI. Se trata de un programa que no tenía recursos para pagar a los proveedores, a quienes compra para colocar, a su vez, los productos en entidades públicas, como ministerios y hospitales.
La imposibilidad de comprar llevaría al colapso al programa, una de las áreas que el CNP pretende salvar, pues adquiere los productos a pequeños agricultores y empresarios, reconoció el gerente general del Consejo, Édgar Isaac Vargas González.
Urgencia. La Junta Directiva del CNP acordó usar parte de ¢6.320 millones obtenidos por la venta del plantel al Banco de Costa Rica (BCR), que se concretó en mayo del 2013, para salvar ese negocio con el Estado
La Contraloría de la República autorizó la asignación de ¢2.900 millones de ese fondo para financiar las compras a proveedores (pequeños agricultores y empresarios). El dinero se devolverá cuando se cobre a las entidades públicas, los clientes del CNP.
En tanto, el CNP negoció con el BCR quedarse durante todo este año en las instalaciones. La entidad aseguró que no le paga nada al banco por ese acuerdo.
Manuel Porras, secretario general del Sindicato de Empleados del Consejo Nacional de Producción y Afines (Sinconapro), comentó que desde el inicio se opusieron a la venta del plantel, pero se hizo en un gobierno que impulsó la reducción del Consejo.
Hoy, agregó, es inconcebible que la actual administración, luego de nueve meses de asumir, no tenga ni siquiera una noción de dónde se llevará el personal.
De acuerdo con Porras, los trabajadores preferían que se contruyeran, en el terreno de 22.000 metros cuadrados, dos o tres torres de oficinas. Con el alquiler se pagarían las inversiones.
El BCR respondió ayer un correo electrónico en el cual dice que el convenio permite al CNP quedarse en las instalaciones durante el 2015, “asumiendo ciertos costos de mantenimiento” .
Los ¢6.320 millones se depositaron en un fideicomiso en el BCR, luego de la venta de la propiedad, ubicada en el barrio Corazón de Jesús, 150 metros al este de la tienda Universal, La Sabana.
A partir de esa negociación, el CNP se dedicaría a la búsqueda de un edificio para alquilar, mientras conseguía la nueva sede definitiva. Los dos pasos están pendientes, aceptó Vargas.