Las secuelas de las inundaciones causadas por la tormenta tropical Nate en Costa Rica se dejan ver en varios sectores agrícolas y pecuarios (producción animal), de acuerdo con informes preliminares, mientras las entidades continúan con el recuento de daños.
Hasta ahora, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) reporta un total de 27.289 animales, entre muertos y desaparecidos, explicó Bernardo Jaén, director de esa entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Las pérdidas totales comprobadas en arroz, entre tanto, son las de 2.401 hectáreas en tres zonas afectadas por las inundaciones, reportó la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz). De ese total, 2.040 hectáreas se perdieron totalmente en la región Chorotega (Guanacaste), 228 hectáreas en la región Brunca (sur) y 133 hectáreas en la región Pacífico Central, detalló Fernando Araya, director ejecutivo de Conarroz.
En total se perdieron en Costa Rica 2.401 hectáreas de arroz, de las cuales 2.040 fueron en la región Chorotega (foto), por el impacto de la tormenta Nate, según datos preliminares de Conarroz. [side_to_side]
Por su parte, Édgar Herrera, director ejecutivo de la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (Laica), explicó que los datos para ese sector son muy preliminares. Aún así, se estima hasta ahora que se reducirá el volumen de azúcar final en los ingenios en unas 7.000 toneladas. El país consume unas 250.000 toneladas al año de ese edulcorante y exporta otras 230.000 toneladas anuales, por lo cual no se prevé ni desabastecimiento ni aumento de precio.
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La Corporación Ganadera (Corfoga) informó, por su lado, de que se anegaron 84.000 hectáreas de pastos en las regiones Chorotega, Pacífico Central y Brunca. La situación más preocupante se presenta en las regiones Brunca y Chorotega, donde escasea el pasto para el ganado y hay todavía dificultades de acceso, según Leonardo Murillo, jefe del departamento de Investigación y Divulgación de Corfoga.
En el caso de la producción de leche, hay todavía algunas fincas aisladas en la región de Monteverde, mientras que a otras lecherías del cantón de Montes de Oro (cabecera Miramar) se llegó mediante caminos alternos de difícil acceso, a los cuales se llega solo con maquinaria especial, de acuerdo con el último recuento de Senasa.
Alcances
Jaén dijo que hay 23.595 gallinas muertas o desaparecidas que son parte el total de animales afectados. El mayor impacto en esta especie utilizada para producir huevos se presentó en la zona sur del país, donde incluso las aguas se llevaron una granja completa.
La información del Senasa indica que hay 1.744 bovinos entre muertos y desaparecidos, y que unas 67 toneladas de peces (entre truchas y tilapias) se perdieron en la emergencia. El impacto sobre los peces se presentó, especialmente, en fincas ubicadas en los cantones de Dota y Acosta.
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A eso se agrega que 322 colmenas (apicultura) se perdieron en las regiones Pacífico Central, Chorotega y Central Sur (en especial el cantón de Puriscal).
La afectación, en diferentes grados, alcanzó a 6.317 hectáreas de arroz, incluidas las 2.401 hectáreas declaradas con pérdidas totales. Conarroz analiza qué nivel de impacto hay en algunas zonas, aunque se prevé pérdidas de hasta el 50% de la producción en la mayoría.
Aunque el impacto en el arroz se considera grave, Araya aseguró, de nuevo, que la reserva alimentaria almacenada y la declaratoria de desabastecimiento que ya había hecho el país para importar el grano garantizan el abastecimiento de este producto. En este caso, agregó, no solo se mantendrá el precio sino que se espera una reducción al consumidor, posiblemente en noviembre.
Rónald Peters, director ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), dijo que para los primeros días de la próxima semana se tendrá un recuento más detallado de daños. Mientras tanto, esa entidad recibió ya más alertas por la aparición de los hongos de la roya y del ojo de gallo, pues la humedad y calor son condiciones propicias para su mayor propagación.
Los cañeros tuvieron al menos algo positivo, declaró Herrera. Eso porque las aguas salieron muy rápido de las plantaciones inundadas y prácticamente sin fuerza en la corriente. Las raíces de esta planta y su rendimiento se afectarían con más de cuatro días de inundación y una corriente fuerte también dañaría las raíces y volcaría, posiblemente, a muchas plantas.
El sector agropecuario, en general, y el Gobierno, coordinaron para nombrar comisiones, no solo para continuar con la evaluación de daños sino también para revisar los posibles atrasos en pagos a los bancos y eventuales readecuaciones y eventuales créditos futuros para los productores afectados.