La sequía causada por el fenómeno El Niño deja pérdidas en la región del Pacífico norte estimadas hasta ahora en ¢10.500 millones, según un informe preliminar del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
De ese monto, ¢7.000 millones corresponden al agro, y ¢3.500 millones al sector pecuario.
Un total de 2.118 hectáreas de cultivos ya se perdieron totalmente, mientras que otras 11.718 hectáreas están afectadas en diferentes grados, agregó el MAG.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Felipe Arauz, explicó que ya se perdieron unas 30.128 toneladas en diferentes productos agrícolas, además de otras 8.312 toneladas en leche, carne y miel de abeja.
Al mismo tiempo, acueductos comunitarios ya están sufriendo por la escasez de agua potable, pero el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillado (AyA) está realizando el estudio con el detalle, dijo su presidenta ejecutiva, Yamileth Astorga.
El Niño es un fenómeno climático que se presenta por un aumento de las temperaturas en el Pacífico ecuatorial. Su efecto es de sequía en la faja costera del Pacífico y de un aumento de las lluvias en la región del Caribe.
Desglose. El cultivo más afectado es el maíz, del cual ya se perdieron 1.378 hectáreas, seguido por el arroz con 604, la sandía con 57, la caña de azúcar con 50 y el frijol con 29, según el detalle oficial.
Además, la sequía ya causó la merma de 5.814 toneladas de leche, de 2.496 toneladas de carne y de 2,4 toneladas de miel de abeja, en dicha región.
La sequía es tal en el Pacífico norte (Guanacaste) que, en lo que va del mes de julio, cayeron solo dos litros de lluvia por metro cuadrado (m²), mientras se esperaban 155 litros por m², explicó Juan Carlos Fallas, director del Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
A junio pasado, el déficit de lluvia de este año en el Pacífico norte, era de 50% en comparación con el promedio histórico, agregó Fallas.
Esas condiciones llevaron a que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declarara ayer una alerta amarilla para el Pacífico norte y el Pacífico central. Este último incluye cantones como Montes de Oro (Miramar), Esparza, Garabito, Parrita, Quepos y Puntarenas.
Alcances. Iván Brenes, presidente de la CNE, explicó que una alerta amarilla permite acudir a recursos del Fondo Nacional de Emergencias y de los fondos particulares que cada entidad debe tener para estas situaciones, aunque no se definen los montos por utilizar.
El objetivo es agilizar el uso de esos fondos para atender la necesidad inmediata de las poblaciones y productores, agregó.
De ese modo se llevará a los ganaderos alimentos para los animales (por ejemplo, pacas de forrajes, melaza o agua) y se les dará asistencia técnica, agua y capacitación a los agricultores.
En el caso del agua potable, la alerta amarilla facilita destinar recursos a darles más profundidad a los pozos para extraer el líquido, entre otras medidas.
Conforme las entidades encargadas de cada área presenten estudios definitivos acerca del impacto de la sequía, una comisión interinstitucional analizará los informes y decidirá qué medidas tomar.
Brenes declaró que no se descarta una declaratoria de emergencia, pero esto requiere de estudios muy específicos para determinar las áreas por atender y los montos que se deben destinar.
Admitió que es posible que las conclusiones sectoriales lleven a esa declaratoria.