San José.
Ensayos realizados por técnicos del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), durante cinco años, lograron aumentar hasta en 80% la productividad promedio por área de las mejores fincas comerciales de este grano, al obtener hasta 63 fanegas promedio por hectárea con dos híbridos cuyo material originario se trajo de Brasil.
El avance se logró en experimentos realizados prácticamente en todas las zonas cafetaleras del país. Aunque la productividad varió según la altura y la condiciones de suelo y clima de cada lugar, el volumen de cosecha se comportó por encima de las 60 fanegas por hectárea, mientras que las mejores fincas comerciales en la actualidad logran entre 30 y 40 fanegas por hectárea, con un promedio de 35 por hectárea.
En algunas regiones se lograron, incluso, 80 fanegas por hectárea en ensayos excepcionales.
Aparte de la productividad, las plantas presentaron un muy buen comportamiento en la resistencia a plagas y enfermedades y presentaron una calidad de taza excelente tras ser examinada la bebida por especialistas en cata del café.
Esas 28 fanegas o quintales de café beneficiado adicionales le significarían a Costa Rica $3.900 más por hectárea al año si el café se vendiera al precio de cierre de ayer en la bolsa de Nueva York, que fue de $139,30 por quintal, de acuerdo con un cálculo de La Nación.
Costa Rica logra mejores precios por colocar en mercados de alta calidad. El precio promedio acumulado en rieles (a la salida del beneficio) del grano nacional estaba en $198,28 el 29 de marzo, según el Icafé. A este precio, la productividad adicional significaría $5.551 más por hectárea.
Laboratorio en las fincas. Los experimentos estuvieron a cargo del Programa de Mejoramiento Genético del Icafé y son parte de los esfuerzos por aumentar la productvidad por área, venida a menos en los últimos años por el envejecimiento de las plantaciones, especialmente, y por el comportamiento de las variedades actuales suceptibles a algunas enfermedades. Costa Rica cultiva Caturra y Catuaí.
En la década de los año 90, la producción de café de Costa Rica alcanzó cera de los 3,5 millones de fanegas en fruta (corresponde a igual cantidad de sacos de 46 kilos de grano beneficiado) por cosecha. En el año cafetalero 2016-2017 el volumen alcanzó apenas 1,89 millones de fanegas.
Noel Arrieta, coordinador del Programa de Mejoramiento Genético del Icafé, explicó que además del buen comportamiento en la productividad, las variedades analizadas son resistentes a algunas enfermedades y hongos, particularmente a la roya, causante también de la caída en la productividad no solo en Costa Rica sino casi en todos los países productores del grano
Dos de las variedades analizadas entrarán ahora en el proceso de registro ante el órgano que rige las obtenciones vegetales. "Ya estamos dispuestos para iniciar ese procedimiento y posteriormente se pondrán al servicio de los productores", explicó Arrieta.
La meta es que esas dos variedades estén disponibles este 2017 para ofrecerlas a los productores y se disemine su uso comercial.
La directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Exportadores de Café, Xinia Chaves, dijo que lo importante es tener una buena alternativa para los productores y que los cafetaleros entiendan que estas nuevas variedades también requieren de atención para lograr las metas de productividad.
El director ejecutivo del Icafé, Ronald Peters, adelantó que el ofrecimiento de las nuevas variedades se complementará con planes de ayuda en financiamiento para los productores.
El proceso. Arrieta recordó que el Programa de Mejoramiento Genético busca darle al productor variedades con potencial productivo mucho mayor que las actuales, por lo cual se consiguió traer desde Brasil material híbrido.
Luego de los ensayos e investigaciones en Costa Rica, el Icafé tiene listas para el proceso de registro y liberación (uso comercial) las variedades Catiguá MG2, Araponga MG1 y Paraíso MG1. Las primeras tienen un mayor avance, pues, como parte de los ensayos, ya están en fincas de productores en investigación participativa con el Icafé desde hace un año.
El proceso de investigación en Costa Rica tuvo como objetivo la validación de las variedades a todas las zonas del país, la determinación de la calidad, la adaptación a los diferentes climas y alturas y la tolerencia a las enfermedades y hongos.
Se realizaron ensayos en la Península de Nicoya (Nandayure, Hojancha, zona norte (Tilarán, Monteverde), Valle Occidental (Naranjo, Grecia, Atenas), en Turrialba, en Coto Brus (San Vito, Sabalito), en Pérez Zeledón, en el Valle Central y en la región de Los Santos (Dota, Tarrazú y León Cortés).
"Estamos hablando de más de cinco años de investigación pensando en que la validación ojalá se realizara en todas las regiones cafetaleras, para exponer las variedades a todas las condiciones particulares de cada sitio, pues son distintos en suelo, clima y altura por regiones cafetales. Al menos son cinco años para tener resultados que nos den certeza de que son promisorias", declaró Arrieta.