La piña y el banano son dos de los tres principales productos de exportación de Costa Rica. Según Procomer, cada uno representó el 6% de las ventas externas entre enero y noviembre del año anterior, sin considerar los meses entre abril y junio debido al ataque que sufrieron los sistemas del Ministerio de Hacienda.
A pesar de la importancia que tienen dentro de la oferta nacional, los envíos de ambas frutas se vieron reducidos tanto en su valor como en su volumen, por la incertidumbre del mercado internacional, la dificultad de colocar la cosecha en el exterior y los elevados costos de producción.
Aunque el sector bananero tuvo una caída más drástica en comparación con la piña, ambos sectores se vieron impactados severamente por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Esto disparó los costos de producción y la incertidumbre en los mercados de la fruta, generando distorsiones en los precios de los productos.
En primer lugar, las exportaciones de banano disminuyeron de $732,8 millones, entre enero y noviembre del 2020, a $692,1 millones en el 2021, y cayeron aún más en el 2022, llegando a $672,5. Esto, sin considerar los meses de abril, mayo y junio, de los cuales no hay datos por el hackeo al Ministerio de Hacienda.
Por otra parte, los valores de exportación de la piña pasaron de $666,7 millones en el 2021, a $655,8 en el 2022, durante el mismo periodo analizado.
Entre 2021 y 2022, el volumen de exportación bananera cayó un total de 145.000 toneladas, una variación del 8,86%. En cuanto a la piña, la exportación disminuyó solo 19.700 toneladas (1,63%) y tuvo su segundo año de mayores exportaciones.
Varias afectaciones
Según el Banco Central de Costa Rica, en su comentario sobre el más reciente Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) –con corte a noviembre–, las subidas en los precios de insumos importados como fertilizantes, aplicados en las plantaciones de piña y banano, conllevaron una caída en la producción de ambas frutas.
Esto, al mismo tiempo, ha propiciado la disminución interanual de 3,9% en la producción del sector agro, a noviembre del 2022, una industria que arrastra caídas consecutivas desde enero del 2022.
Jorge Sauma, gerente general de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), explicó a La Nación que, en el 2020, se alcanzaron cifras récord en esta actividad gracias a la estabilidad en el mercado, a pesar de la covid-19. El clima también ayudó a una alta producción.
Caso contrario ocurrió en 2022, cuando la producción bananera se dificultó debido al frío clima y las fuertes lluvias, además del aumento en los costos de producción, lo que terminó afectando la oferta exportable.
En el primer semestre del 2022 los precios fueron muy bajos ante la necesidad de posicionar el producto. Pero esa situación se revirtió para la segunda mitad del año cuando los productores pudieron aumentar los precios como respuesta a la demanda, según Sauma.
En el caso de la piña ocurrió lo opuesto. Para el segundo semestre del año pasado, el precio de venta de la piña comenzó a caer en los mercados internacionales, según explicó Siany Villalobos, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
Según Villalobos, además de los bajos precios, existía dificultad para colocar el producto en mercados internacionales, lo que afectó el volumen de las ventas.
Finalmente, esas dificultades llevaron a los productores a enviar mercadería en consignación, lo que también terminó afectando los ingresos percibidos por esas ventas. De no haber hecho las exportaciones por consignación, las toneladas enviadas al exterior pudieron haber sido menores.
Un 2023 con pocas expectativas
Sauma explicó que las exportaciones de banano no se comportan de una manera lineal, sino por “ciclos”, en los que algunos años los indicadores suben y en otros descienden.
Por eso, amplió que no ve el 2023 como “un gran año”, pero mencionó que tampoco lo ve como un año malo. Más bien habló de un momento de reactivación, adelantando un precio estable en el producto durante las primeras 20 semanas del año.
A pesar de eso, sí prevé un leve descenso en los volúmenes de exportación, en caso de que se mantenga el conflicto en Ucrania y los altos índices de inflación. Señaló que ese descenso no será mayor al 3%.
Siany Villalobos coincidió con Sauma, y mencionó que la desaceleración económica mundial afectará las cadenas de suministro y el desempeño de las empresas exportadoras de Costa Rica.
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A pesar de eso, la jerarca de Cadexco mencionó que una estrategia para disminuir ese impacto es el aprovechamiento del comercio electrónico como canal de exportación por parte de las pequeñas y medianas empresas.
Por último, los representantes de Corbana y Cadexco coincidieron en que el país debe destacar en los principales mercados de alto valor (como Estados Unidos y la Unión Europea), y que para ello los avances en sostenibilidad, responsabilidad social y ambiental son primordiales.