La industrialización del cáñamo y el procesamiento del cannabis de uso medicinal avanzan lentamente en Costa Rica debido a la falta reglamentaciones técnicas, según confirmaron fuentes del sector. La normativa debía entrar en vigencia hace más de un año.
De acuerdo con los registros del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), de 46 proyectos aprobados, desde que entró en vigencia la Ley de Cannabis para Uso Medicinal y Terapéutico y del Cáñamo para Uso Alimentario e Industrial, en marzo del 2022, solo 11 empezaron la producción y cultivo de cáñamo o cannabis; 32 están en proceso de comenzar y tres personas autorizadas no han notificado sobre el inicio del cultivo, informó la entidad con datos al 22 de julio pasado.
El Estado, por medio del Ministerio de Salud y del MAG, controla, regula y otorga los permisos para las actividades relacionadas tanto al cáñamo industrial como al cannabis medicinal.
El 22 de setiembre del 2022, entró en vigencia el Reglamento del Cáñamo para Uso Alimentario e Industrial y tres semanas después, el 11 de octubre, se publicó en el diario oficial La Gaceta el Reglamento del Cannabis para Uso Medicinal y Terapéutico.
En ambas reglamentaciones se estableció como disposición transitoria que durante los primeros ocho meses de la entrada en vigor se elaboraría la normativa técnica sobre disposiciones administrativas y de control para cada uno de estos cultivos, derivados y productos terminados.
Por lo tanto, las reglas específicas debían estar listas en mayo del 2023 para el caso del cáñamo y en junio de 2023, para el cannabis de uso medicinal. A la fecha, no se han publicado.
El registro de autorizaciones publicado por el MAG hasta junio pasado, totalizan 40 permisos (ver tabla). De estos, 32 son para cáñamo y 8 para cannabis. La provincia de San José acumula la mayor cantidad (11), seguida de Alajuela (7) y Guanacaste (5). Cartago, Heredia, Limón y Puntarenas, tienen cuatro cada una.
La empresa Azul Wellness S. A. obtuvo la licencia de cultivo, producción y actividades conexas de cannabis psicoactivo en mayo del 2023, siendo la primera compañía en tenerla en el país. Sin embargo, la falta de reglamentación mantiene detenidas las inversiones programadas.
La firma tiene previsto desarrollar el proyecto de cultivo y procesamiento de cannabis en un área de 800 m² de invernadero ubicado en Filadelfia, Guanacaste.
Alfonso Gómez Jenkins, vicepresidente y asesor legal de Azul Wellness S. A., confirmó que el proyecto no ha tenido avances.
“Estamos pendientes de los reglamentos y sin eso no se puede invertir”, advierte.
El empresario refiere que las entidades a cargo le han expresado que el reglamento “ya está avanzado” y que “podría salir en cualquier momento”. Para desarrollar el plan se asociaron con el grupo estadounidense Merida Capital Holdings, especializado en el cultivo y procesamiento del cannabis, con un portafolio de más de 75 inversiones con empresas internacionales, explicó Gómez anteriormente.
Ahora, con el atraso de más de un año, el representante detalló que no han preparado las instalaciones por la falta de reglamento.
“Tenemos el terreno, sabemos cuál es la inversión prevista y el comprador en Estados Unidos, pero sin las regulaciones no podemos”, alegó. Y dijo que la sociedad con el grupo norteamericano se mantiene.
Por su lado, Derick Herrera Solano obtuvo la autorización de cultivo, producción y actividades conexas de cáñamo en junio pasado y espera producir flores de cannabidiol (CBD) en San Cristóbal Norte, Desamparados.
El cannabidiol es un componente no psicoactivo presente en la planta de cáñamo. Además, administra un proyecto en Goicoechea para producir flores de CBD que ya cuenta con la licencia y otro en Guanacaste de biomasa para extracción que está en trámites de autorización. Ambos están a nombre de empresas asociadas.
El CBD tiene usos medicinales e industriales. La diferencia radica en la forma de cultivo y procesamiento; en el caso de la utilización en salud se hace en invernaderos y se cosechan solo las flores, para la parte industrial, la materia prima se conoce como biomasa para extracción, en donde se aprovecha toda la planta, detalló Herrera. Sin embargo, confirma que la falta de reglamentación se ha convertido en un atraso.
“La traba con el Ministerio de Salud es que usted puede cultivar, pero la flor se debe exportar sin procesar; no se puede transformar en Costa Rica, todavía no hay permiso para darle valor agregado y eso es un gran inconveniente para la industria porque limita a solo exportar las flores o la biomasa triturada”, mencionó.
Añadió que todos los productos con CBD que se comercializan en el país ya procesados son en su mayoría importados como terminados o, en su defecto, se trae la materia prima.
Hasta diciembre pasado, de los 333 productos registrados en Salud con CBD, el 53% era originario de Estados Unidos y el 42% registrados como costarricenses.
Distribuidores y fabricantes confirmaron a La Nación en esa fecha que los artículos se elaboran con materia prima importada.
Reglamentos técnicos en revisión
La Nación consultó a la cartera de Salud y al MAG sobre el estatus de los reglamentos técnicos. La primera respondió por correo electrónico que el Reglamento Técnico RTCR 511:2023, Cáñamo, Derivados y Productos de Interés Sanitario que contengan Cáñamo, Disposiciones Administrativas, Registro Sanitario, Etiquetado, Especificaciones, Control y Publicidad, establece disposiciones administrativas y requisitos para la regulación y control del material vegetal, derivados y productos de interés sanitario que contengan cáñamo.
Según el ministerio, este documento se encuentra en la etapa final para su oficialización. Actualmente, está en consulta internacional en la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cual finaliza el 24 de agosto.
En caso de recibir observaciones, se les dará respuesta y posteriormente se tramitará su publicación en La Gaceta.
En cuanto al Reglamento Técnico Cannabis, Productos Medicinales a base de Cannabis, Disposiciones Administrativas, Registro Sanitario, Etiquetado, Especificaciones, Control y Publicidad, fija disposiciones administrativas y requisitos para regular y controlar productos medicinales a base de cannabis, es decir, productos industrializados que contienen derivados de la planta de cannabis destinados al uso y aplicación en la medicina humana distintos a medicamentos.
El documento permanece en revisión del Consejo Nacional de Calidad (Conac) y una vez se tenga visto bueno se tramitará a consulta pública nacional.
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Por su parte, Fernando Vargas, viceministro del MAG, señaló que la reglamentación técnica la establece Salud, y está relacionada con el procesamiento y aprovechamiento para la elaboración de productos.
El jerarca además refiere que recién se publicó un nuevo Reglamento del Cáñamo para Uso Alimentario e Industrial, que viene a actualizar el que estaba vigente desde setiembre del 2022. Esta normativa incluye mejoras en los procesos, asegura Vargas.
El funcionario prevé que en las próximas semanas también se publique la actualización del Reglamento del Cannabis para Uso Medicinal y Terapéutico de octubre del 2022.
Vargas también menciona que otro atraso que se genera es el trámite de inscripción en la Oficina Nacional de Semillas, porque corresponde hacer la validación del material que se utilizará en los cultivos, de acuerdo a lo establecido en la normativa vigente.