Adriana Miranda cuenta que se enamoró de la cría y producción con cabras cuando estudió en la Escuela Centroamericana de Ganadería, en Balsa de Atenas, hoy Universidad Técnica Nacional. Desde entonces se involucró en una cruzada para demostrar que es posible mantener un sistema de manejo sostenible.
Por eso y pese a las dificultades, logró fundar una explotación agrícola modelo en medio de la ciudad de San Isidro de Coronado, cerca de San José, y lograr que sus hijos la sigan en ese camino. Hoy, uno de los nuevos objetivos centrales es convertir el lugar en un campo escuela, donde las personas aprendan acerca de la producción sostenible, pues estar dentro de una ciudad limita el crecimiento como desarrollo agropecuario.
Por eso es cada vez más creciente la recepción de personas, grupos, familias y escuelas en sus instalaciones. En el sitio no solo se compran productos logrados sin uso de agroquímicos y alimentos artificiales para vacas y cabras, sino que se aprende de la actividad y se pasa un momento divertido, adujo la empresaria.
Finca Agroecológica Biamonte está a solo 400 metros al este y 300 metros al sur del cementerio, en San Isidro de Coronado. Hoy se caracteriza por la producción y comercialización de quesos de muy alta calidad, los cuales vende en Auto Mercado y entre intermediarios que los colocan en supermercados regionales en el Caribe, la zona sur y en algunos hoteles. Centros de hospedaje y restaurantes de la capital, como el Grano de Oro, también son clientes muy relevantes.
Miranda no olvida el difícil inicio, cuando comenzó su proyecto, allá por el 2001, y por eso continúa colocando su queso de producción artesanal en ferias, particularmente en El Trueque y en la Feria Verde de Aranjuez, pese a los avances que ha tenido la empresa en materia de comercialización.
Cuando solo colocaba en las ferias, ella era la que hacía todo. Desde cuidar a las cabras, realizar el ordeño, producir el queso y salir a venderlo. Hoy la situación es diferente y la demanda del producto va en crecimiento, tanto que debió aliarse con tres productores que le entregan leche de cabra para la planta industrializadora.
Actualmente, esa planta procesa unos 2.000 litros semanales de leche. La industria se instaló en el 2005 y ya en el 2012 los quesos Biamonte en todas sus presentaciones se ofrecían en la cadena Auto Mercado.
Naturaleza entre cemento
Biamonte era una finca lechera tradicional, con vacas de producción, que le vendía la leche a la cooperativa Dos Pinos. Llegó como una herencia del padre de los hijos de Miranda y a partir de tomarla se decidió no solo conservarla, sino también diversificar la producción y reforestar hasta donde se pudiera.
Especies nativas de árboles de la zona se comenzaron a sembrar, con el fin de que dieran alimento a animales, en particular a las aves, y para que el sitio creara un ambiente totalmente diferente a las urbanizaciones que lo circundan, explicó la empresaria. Incluso se reforestó mediante un programa del Instituto Costarricense de Turismo.
Una ingrediente muy relevante de ese cambio fue la producción de leche de cabra y la instalación de la planta procesadora de quesos. Actualmente, tienen solo nueve vacas en producción y 36 cabras para obtener la leche. Ademas, procesan la producción caprina de otros criadores, por lo cual se puede decir que la actividad central es producir quesos de cabra, explicó Miranda.
“La idea era diversificar y la leche de cabra se considera aún más saludable que la de vaca; además, se pretendía hacer un proyecto diferenciado y saludable y ahí empezó a surgir el queso Biamonte”, recordó.
Los productos Biamonte se ofrecen ahora en línea, en las ferias, en algunos hoteles y restaurantes, en comercios como los supermercados BM de la zona sur del país, los Súper Negro del Caribe y se negocia su venta en los Compre Bien de la zona norte, además de los Auto Mercado.
Al ser consultada acerca de la rentabilidad de este tipo de negocios, Miranda dijo que en realidad quienes lo desarrollan lo ven como un estilo de vida, más que por los ingresos.
“De un lado, es muy sacrificado, pero si lo vemos desde la óptica de nosotros es muy bonito, es la ilusión de darle de comer a los animales, de ver cómo los visitantes se sorprenden al venir en medio de cemento, de urbanizaciones y casas y encontrarse con el verde que ofrece la finca”, declaró esta graduada en el área de manejo forestal y vida silvestre.
El portafolio de productos de la marca ha crecido con el tiempo. En la actualidad, ofrecen quesos maduros de cabra, con especias, queso crema, feta, yogur griego y mantequilla de leche de vaca, entre otros.