Los casos confirmados de gusano barrenador en animales, en Costa Rica, ascienden a 3.888 al 13 de julio, según la última actualización de los registros del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa). El cantón de San Carlos, en la provincia de Alajuela, acumula el 8,17% del total con 317 afectaciones.
El registro de casos se hace por semana epidemiológica, una medición internacional estándar que las enumera con base en el año calendario desde uno hasta 52. Cada periodo incluye datos desde el domingo hasta el sábado. Hasta el 13 de julio, fecha que concluyó la semana 28, se registran afectaciones en 78 de los 84 cantones del país.
El primer episodio en Costa Rica se reportó el 14 de julio de 2023. La enfermedad estuvo ausente en el país durante 23 años, por lo que el nuevo brote se consideró una “reintroducción”. La especie de mosca Cochliomyia hominivorax provoca la enfermedad, depositando sus huevecillos en heridas expuestas y causando miasis (infestación por larvas). El gusano crea un agujero en la piel similar a un tornillo, debido a la forma en que excava y se alimenta del tejido vivo, de ahí la identificación de “barrenador”.
Mariano Arroyo, coordinador del Programa Nacional Enfermedades Transfronterizas del Senasa, indicó que el período de comprobación del caso positivo puede durar más de una semana, debido al tiempo que toma desde que el productor recoge la muestra de las larvas hasta que llega al Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios (Lanaseve), ubicado en Heredia. De ahí que en las estadísticas se refleja la fecha del caso comprobado, aunque las muestras se hayan recibido días atrás.
Cuatro especialistas realizan las pruebas
Arroyo señaló que los tiempos de comprobación son más lentos respecto a otras enfermedades, porque deben analizar cada muestra individualmente por medio de un microscopio bajo una técnica de identificación y el personal especializado es limitado. “Actualmente en el país solo hay cuatro personas entrenadas y certificadas por el laboratorio internacional Copeg de Panamá, que es el único certificado (para este análisis) en el mundo”.
La Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg) funciona desde 1994. La instancia administra el laboratorio de ensayo de la Unidad de Diagnóstico e Identificación de Gusano Barrenador de Ganado y la planta productora de moscas estériles.
Arroyo explicó que el proceso de identificación de las larvas es minucioso para confirmar si es un caso positivo, debido a que un animal afectado también puede portar parásitos similares y en algunos casos vienen mezclados en las muestras recolectadas. Por cada animal afectado, las muestras de las larvas se recolectan y colocan en un tubo de vidrio (de ensayo) con alcohol.
En las estadísticas semanales, todas las muestras recolectadas se clasifican como positivas antes de ser comprobadas y, una vez que se confirma que son negativas, se depuran los datos, que son mínimos. “El argumento científico es ganar tiempo para atender la emergencia lo más rápido posible porque estamos atendiendo todas las gusaneras del país como si fueran positivas, para tener un mejor control de lo que está pasando”, apuntó Arroyo.
Los datos se remiten al Copeg para establecer los recorridos de dispersión de las pupas estériles. Actualmente, este control biológico del gusano barrenador se hace en Costa Rica, Panamá y Nicaragua. Arroyo indicó que el laboratorio de Copeg tiene capacidad de producir 80 millones de insectos estériles por semana y distribuirlos en los tres países. En el caso de Costa Rica, semanalmente se dispersan 30 millones. “Es un bien escaso porque yo no puedo ir al supermercado a comprar una mosca”, comentó.
Hasta el 13 de julio, del total de casos registrados, el 75,8% son ganado bovino, seguidos de caninos con 15,2%, equinos con 2,5%, porcinos con 2,4% y ovinos con 2%. También se contabilizan 16 casos en seres humanos.
Isaías Rivas, presidente de la Asociación Cámara de Ganaderos de Liberia, indicó que el incremento de los casos en la zona vino con la llegada de la temporada lluviosa, hace mes y medio. Refirió que en la Región Chorotega se están reportando entre uno y dos casos de afectaciones por día. Consideró que la humedad generada por las lluvias propicia la reproducción de las moscas. La organización cuenta con 512 afiliados.
“La mosca es más agresiva y los insectos estériles eran efectivos, ahora el insecto hembra es más resistente a aparearse, la naturaleza es sabia, ahora busca el macho ordinario para aparearse, creo que vamos perdiendo la batalla por ese lado”, indicó.
Debido a esta situación, las autoridades de Senasa confirmaron recientemente a La Nación la próxima liberación de la nueva cepa de moscas estériles, utilizada como alternativa biológica para controlar el gusano barrenador, prevista para finales de julio o inicios de agosto.