La nueva cepa de moscas estériles, utilizada como alternativa biológica para controlar el gusano barrenador, ya está lista para liberarse a finales de julio o inicios de agosto, confirmó Alexis Sandí, jefe de epidemiología del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa).
El proceso de producción de la nueva cepa se realiza en una planta productora de moscas estériles ubicada en Panamá en el marco del programa de erradicación de esta enfermedad desarrollado por ese país con el auspicio del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Una de las medidas de contención del gusano barrenador que realiza Senasa es la dispersión por vía aérea de 30 millones de moscas estériles semanales, con el objetivo de contrarrestar la diseminación de la enfermedad. La hembra de la mosca se aparea una sola vez en su vida, y este control biológico consiste en que produzca larvas estériles luego de su contacto con un macho que ha pasado por el proceso de esterilización en un laboratorio mediante irradiación en la etapa de pupa. De esta manera, la población de insectos se va reduciendo.
Sandí explicó que la producción de nuevas cepas es un proceso permanente para garantizar la baja de la enfermedad. Los especialistas recolectaron especímenes de moscas en Panamá y Costa Rica para renovar el material genético y reproducirlo en condiciones de mejor adaptabilidad.
Hasta el 10 de julio, Costa Rica registra 3.529 casos confirmados de la enfermedad a nivel nacional, según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
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Dagoberto Cerdas, vicepresidente de la Cámara de Ganaderos Unidos del Caribe, indicó que en el actual contexto se confirmó que las moscas que se estaban dispersando no estaban teniendo efectividad total. “Ya tenemos una cepa que es mucho más fuerte, se hicieron las pruebas de campo en Panamá con buenos resultados y se empieza a liberar en Costa Rica en agosto”, indicó.
La región Huetar Caribe es una de las más afectadas por la enfermedad, según los registros del Senasa. Cerdas estimó que el 75% de los 298 afiliados a la Asociación han reportado casos de gusano barrenador. “La incidencia ha sido bastante alta en la zona”, confirmó.
Sandí aclaró que la cepa que se está esparciendo en todo el territorio nacional sí está teniendo efectividad. “Dios guarde no se estuviera liberando moscas, porque la cantidad de casos sería peor”. Explicó que lo que se busca es colocar en el ambiente moscas mejoradas.
La estrategia utilizada antes de la erradicación en la década de 1990 fue enfocar el control y erradicación de la enfermedad desde el norte hacia el sur, la cual podría replicarse en esta ocasión, refirió Sandí.
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La enfermedad del gusano barrenador es causada por la mosca Cochliomyia hominivorax, que deposita larvas en heridas expuestas, provocando miasis (infestación por larvas). Luis Enrique Chaves, microbiólogo químico clínico y docente de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR), explicó que una vez que las larvas maduran, en un lapso de siete días, salen de las heridas y caen al suelo para enterrarse y transformarse en pupa. Así permanecen durante un período de siete a 12 días hasta que emerge el insecto.
El gusano barrenador continúa avanzando hacia el norte del continente. Nicaragua declaró alerta sanitaria a inicios de abril. Al 26 de junio, se reportaron 480 casos, según indicó el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) a un medio de comunicación televisivo del vecino país.
“La autoridad nicaragüense ha reportado casos, no masivos, pero ya hay presencia. Tenemos comunicación con ellos y hasta ahí nos han informado. El principal hecho es que ya hay confirmación de casos en Nicaragua”, dijo el jefe de epidemiología del Senasa.