Rodolfo Salas, ganadero de Turrialba, ya registra 10 casos de reses afectadas por el gusano barrenador. Consideró que la diseminación se debe a que la variedad de mosca es más agresiva y se reproduce más rápido, con efectos más notorios en comparación con el insecto erradicado en Costa Rica a finales de la década de 1990. Indicó que los efectos son evidentes de un día para otro: “Tal vez, yo reviso el ganado en la tarde y no hay un caso, pero en la mañana ya hay”. Confirmó que los casos aparecen de la noche a la mañana.
Hasta el 10 de julio, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) registraba 3.529 casos de la enfermedad, principalmente en las regiones Huetar (Norte y Caribe) y Brunca.
Además de esta situación, Salas, de 53 años, mencionó el problema de la escasez de tratamiento que enfrentaron los productores. “Se está normalizando; duramos alrededor de una semana sin ningún producto. Es que también mucha gente acaparó; entonces, muchos productores nos quedamos sin insumos”. Indicó que tiene unas 100 reses y el primer caso de gusano barrenador lo registró hace dos meses. Estimó el gasto diario para el tratamiento de una res entre ¢5.000 y ¢8.000, dependiendo de la gravedad.
Salas es presidente de la Asociación de Ganaderos del Distrito Central de Turrialba y Jiménez, en Cartago, que agrupa a 165 productores, el 25% mujeres. Señaló que han recibido asistencia del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y estimó que, en los últimos días, se percibe una disminución de la incidencia, gracias a la dispersión de moscas estériles como alternativa de control biológico.
Una de las medidas de contención que realiza Senasa es la dispersión por vía aérea de 30 millones de moscas estériles semanales, con el objetivo de contrarrestar la diseminación de la enfermedad.
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La enfermedad del gusano barrenador es causada por la mosca Cochliomyia hominivorax, que deposita larvas en heridas expuestas, provocando miasis (infestación por larvas). Costa Rica fue declarada libre de la plaga en el año 2000, por lo que el nuevo brote, iniciado en julio del 2023, se considera una “reintroducción”. El gusano barrenador crea un agujero en la piel similar al de un tornillo, debido a la forma en que excava y se alimenta de tejido vivo.
Gusano barrenador genera “estado crítico” en Talamanca
Elizabeth Oses, productora pecuaria de Talamanca, calificó la situación provocada por el gusano barrenador de “estado crítico”: “Salen casos constantemente. Lo más grave es que los insumos son caros y escasos”, indicó. Oses es directiva de la Asociación de Ganaderos Valle La Estrella y Talamanca, en Limón. Aunque no precisó la cantidad de casos registrados, los calificó de “bastante elevados”, porque hay episodios que no se reportan al Senasa.
La productora atribuye la falta de reportes a que algunos ganaderos consideran que la curación diaria de los animales es función del Senasa y, al no realizarse, dejan de informar, además del temor de un control cuarentenario: “Es una mala percepción de las funciones del Senasa, porque curar al ganado les corresponde a los finqueros y el miedo de que pongan en cuarentena las fincas. Pero, en este caso, no se puede hacer, porque es una mosca que se desplaza”, aseveró.
Oses, de 59 años, educadora jubilada vinculada a la ganadería desde la infancia, confirmó casos de animales comercializados en la subasta semanal de la zona. Señaló que el Senasa está dando seguimiento a los casos en la región y realizando talleres de capacitación para los productores.
José Alfaro, productor de leche y carne en Carara de Turrubares, San José, tiene tres reses afectadas, de un total de 250. Atribuye el bajo número de casos al manejo que desarrolla en su propiedad. Dijo que en fincas aledañas los casos son mayores. Confía en la reducción de las afectaciones gracias a la dispersión de moscas estériles que realiza Senasa.
Alfaro coincidió en la dificultad para conseguir tratamiento, principalmente larvicidas, lo que sería una de las causas del aumento de casos en Jacó, Garabito y Puntarenas, en el Pacífico Central. “Aún no se ha normalizado, se ha aumentado el valor; la gente está recurriendo a productos que no son veterinarios por recomendación de otros”. Además, recomendó otorgar más recursos a Senasa, porque el personal es escaso frente a la cantidad de casos.
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María Lorena Suárez, de 55 años, ganadera en Llanuras del Gaspar en Sarapiquí, Heredia, confirmó que hay afectaciones en la zona, pero han evitado la diseminación con curaciones inmediatas. “Hay que cuidar a diario los animales y, cuando se les va a marcar o poner aretes, aumentar la vigilancia. Si se infesta, corresponde curarlo de inmediato”. En esta región no han percibido escasez del tratamiento porque utilizan alternativas a los productos más demandados.
“Somos muy cuidadosos en la zona. Todos los productores nos hemos ayudado unos a otros”, comentó Suárez, vinculada a la ganadería desde hace varias décadas y presidenta de la Asociación de Productores y Productoras de Llanuras.
Lecheros prevén baja de casos de gusano barrenador
Erick Montero, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Productores de Leche, expresó preocupación por el incremento de casos a nivel nacional, sobre todo porque se han reportado casos en zonas altas donde la enfermedad no tuvo incidencia en la década de 1990. Este comportamiento confirma la agresividad de la nueva cepa de la mosca.
Montero también destacó la falta de insumos para atender los casos. Explicó que la organización gremial no maneja el registro de los casos porque se reportan individualmente al Senasa: “Creo que estamos llegando a un pico; esperemos que se estabilice y empiecen a bajar”. La previsión de reducción se basa en la utilización de nuevas cepas de moscas estériles para la dispersión, mejoradas en laboratorios en Panamá.
Descartó que la aplicación del medicamento a los animales afectados sea condición obligatoria para separarlos de la actividad productiva, debido a que se utilizan tratamientos tópicos como los larvicidas: “Salvo que el producto indique que se debe realizar un período de retiro, se hace, pero la gran mayoría no tiene ese problema”, concluyó Montero.